Caso Bárcenas
«Un documento en apariencia clarificador puede disolverse cuando se somete a la crítica jurídica»
La lógica del proceso penal es averiguar unos hechos presuntamente delictivos y, si hay indicios, juzgar a quien se acuse de ellos. Dentro del proceso, la lógica de quien acusa es probar la culpabilidad. Fuera del proceso, la lógica de quien está en el Gobierno es que se mire a otro lado y sufrir el mínimo desgaste; la lógica del partido en la oposición es desgastar a quien gobierna para sustituirle en el poder; y la lógica de un medio de comunicación es vender periódicos y crear opinión según sus intereses. Muchas lógicas y todas respecto de unos mismos hechos.
Sólo me interesa la primera de esas lógicas en pugna, la jurídica; las otras son más bien intereses encontrados. Lo malo es que en asuntos como el «caso Bárcenas» son tan fuertes los intereses en liza que esa lógica jurídica, la procesal, no siempre será la triunfante, aunque habrá que intentarlo; o triunfará, pero a quien no convenga ya procurará deslegitimarla. Digo todo esto porque llevamos asistiendo a la dosificada filtración de documentos y de SMS que permiten, cada mañana, tener un buen titular, un tema del qué hablar para los antaño tediosos veranos políticos, carnaza para la lucha política y la oportunidad de calibrar cuánto de torpeza u oportunismo hay entre los políticos.
Dentro de esa lógica que ahora interesa –repito, la jurídica- cada elemento probatorio debe valorarse en sí y en relación con el conjunto de las pruebas aportadas en el proceso; algo que es muy sencillo de decir pero que encierra muchas complejidades. Además será sencillo sacar un espectacular titular de prensa sobre la base de tal o cual documento, en sí, aislado, pero el juicio jurídico es otro cantar: los documentos pueden ser impugnados y quien acusa con base en ellos debe probar su autenticidad. Un documento en apariencia clarificador y definitivo –para un periódico- puede disolverse como un azucarillo cuando se somete a la crítica jurídica o se contrasta con otros medios de prueba.
Es la lógica del Derecho. Forma parte de nuestra cultura, de nuestra manera civilizada de resolver las contiendas por y ante los tribunales, y con arreglo a unas reglas que no son caprichosas sino lógicas, que no son de hoy ni de ayer sino que vienen de lejos. Es la razón sin la pasión. Frente a ellas el juicio de papel, la sentencia de titular, el ajusticiamiento o el indulto radiofónico no sirven.
*Magistrado
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