Un grito por la unión frente al laberinto independentista

Ramón Tamames quiere contribuir a que la pretensión secesionista de Artur Mas se aborde con planteamientos racionales, en vez de esperar impávidos al choque de trenes.

En 1976, Ramón Tamames escribió «¿Adónde vas, España?», un libro en el que examinaba el futuro que se abría tras la dictadura y que obtuvo un notable éxito en aquella España de la Transición. Casi cuarenta años después, Tamames vuelve a ocuparse de nuestro ruedo ibérico con «¿Adónde vas, Cataluña?» (Ediciones Península, a la venta el 13 de mayo), una obra en la que, a partir de un amplio conocimiento de la realidad histórica y sociocultural catalana, se adentra en el análisis —siempre fundado en hechos y previsiones—, de si realmente la secesión que algunos plantean en la Comunidad es conveniente para sus propios ciudadanos y para el resto de los españoles. Con una visión crítica de los argumentos independentistas, Tamames expone sus razones «para seguir juntos» y aborda una serie de medidas que podrían significar un verdadero compromiso reconstituyente de la realidad española; un compromiso en el que Cataluña tendría las más amplias posibilidades de desarrollar su gran potencial económico, cultural, científico e innovador. Este libro es un grito por la unión: para que todas las Españas continúen su vida en común, en unión democrática, en torno a la Constitución de 1978, con todos los cambios que en ella sean necesarios. ¿Adónde vas, Cataluña? Es la pregunta que se formula en este libro. Y está bastante claro que los secesionistas proponen un viaje lleno de incertidumbres, a no se sabe dónde: fuera no sólo del Estado español sino también de la Unión Europea sin los indispensables factores de racionalidad. Por ello, la respuesta al «¿Adónde vas, Cataluña?» no puede ser otra que «salir del laberinto»; precisamente el subtítulo de este libro. De modo que Cataluña pueda avanzar en la senda de la Constitución de 1978, aprobada por los propios catalanes, con máximos de asistencia a las urnas y de adhesión, muy por encima de cualquier otra ley en toda su historia. A fin de cuentas, lo que se trata de esbozar es la idea que los catalanes recapaciten sobre la deriva secesionista y se planteen algo muy diferente: una nueva relación de concordia con el resto de una España, que genere nuevos impulsos de progreso e innovación, lo cual exigirá indudable coraje contra obstruccionistas y desintegradores, que proponen un viaje a lo desconocido.