Cataluña
Un jurista impecable
Conocía a José María Romero de Tejada de toda la vida. Mejor dicho, él me conocía a mí desde que nací. Su padre, también José María Romero de Tejada, también fiscal, fue íntimo amigo de mi abuelo, que siempre decía que en la vida había tenido sólo tres amigos: el periodista Manuel del Arco, el propio José María Romero de Tejada y el tercer amigo no lo decía para que nadie se enfadase.
José María padre ayudó a mi abuelo a montar su primera editorial, Editorial Lara. Ávido lector, él fue quién le recomendó que publicase a autores internacionales como Fulton Shen y también fue él quien tradujo a autores como Somerst Maugham. La amistad de los padres se proyectó en los hijos y, luego, en los nietos.
Comí con José María hace dos semanas. Guardaba muchas historias y recuerdos de nuestras familias y para mí era un honor tener la oportunidad de compartir anécdotas sobre mi padre y mi abuelo. Jurista de trayectoria impecable, sufrió por la tensión derivada del proceso independentista que vivimos en Cataluña e intentó evitar el protagonismo mediático que conllevaron algunas de las decisiones que le tocó tomar. Hombre tranquilo y sin ningún afán de protagonismo, José María se distinguió siempre por ser una persona buena, de gran corazón y leal.
Querido José María, ha sido un honor poder contar con tu amistad y cariño. Descansa en paz
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