Mariano Rajoy

Diputados de C's denuncian insultos a la salida del Congreso

A pesar del calentamiento en redes, apenas 6.000 personas acudieron a la llamada a tomar las calles de la izquierda radical para protestar contra la investidura.

El portavoz de Podemos en el Congreso, Iñigo Errejón (d) se suma a la marcha "Rodea el Congreso", en la madrileña plaza de Neptuno
El portavoz de Podemos en el Congreso, Iñigo Errejón (d) se suma a la marcha "Rodea el Congreso", en la madrileña plaza de Neptunolarazon

A pesar del calentamiento en redes, apenas 6.000 personas acudieron a la llamada a tomar las calles de la izquierda radical para protestar contra la investidura.

Unas 6.000 personas, según los datos que maneja la Policía, acudieron ayer a la convocatoria lanzada por la Coordinadora 25, que arrancó desde la Plaza de Neptuno para protestar contra la que consideraban como «investidura ilegítima» de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

La protesta arrancó a las seis de la tarde, momento en el que se cortaron las calles, con una cabecera de la plataforma en la que se podía leer «Ante el golpe de la mafia, democracia» y a la que la precedían gritos como «que no, que no nos representan», «esta investidura es una basura», «España, mañana, será republicana» o «PP, PSOE, la misma mierda es».

Así coreaban los manifestantes que en la tarde de ayer recorrían el centro de la ciudad con banderas –en su mayoría del Partido Comunista español y republicanas–, desde el Paseo del Prado en dirección a la madrileña Puerta del Sol. También se podían ver pancartas con la cara de Doris Benega, en homenaje a la abogada socialista y feminista que falleció el pasado mes de julio. Otras pancartas que apoyaban el movimiento fueron las de «PP falsario, feroz ladrón, cruel tirano» y «no a la mafia golpista». La manifestación había transcurrido sin incidentes hasta que, disuelta la protesta sobre las ocho de la tarde y después de que los diputados salieran del Congreso, un grupo de manifestantes que se encontraban en la calle Cedaceros, abuchearon, insultaron y lanzaron objetos a algunos de los diputados todavía allí presentes, sobre todo de Ciudadanos. Según denunció la diputada de la formación naranja Patricia Reyes, a través de su cuenta de Twitter, la llamaron «puta» y le tiraron «una lata de cerveza». «Me quedo con la democracia y no con la violencia», denunció Reyes.

El dispositivo de seguridad estaba formado por un millar de agentes de hasta 20 grupos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos popularmente como «antidisturbios», que forman parte del dispositivo dispuesto por la Delegación del Gobierno de Madrid para velar por la seguridad en el día de ayer. Concretamente, según confirmaron a Efe fuentes policiales, unos doce furgones custodiaban el acceso a la plaza de las Cortes, la cual se encontraba vallada y con un fuerte cordón de seguridad.

Antes de que comenzara el acto de protesta, uno de los portavoces de la Coordinadora 25, Luis Do Campo, explicó «la necesidad de la marcha por la prevaricación de las condiciones sociales, el recorte de las libertades y la falta de expectativas de este régimen monárquico del 78» que –a su juicio– «no ofrece nada y ya está acabado».

Ya en la marcha por el paseo del Prado, continuaban escuchándose gritos como «Felipe eres un fascista», uno los cánticos más repetidos en referencia al papel jugado por el ex presidente del Gobierno en la abstención del PSOE. También referencias a la líder socialista de Andalucía, Susana Díaz: «vergüenza me daría ser Susana Díaz», se podía escuchar.

Preguntado por este periódico sobre la presencia de políticos en la manifestación, uno de los portavoces de la Coordinadora 25, Alejandro Rodríguez, explicaba que si estos habían formado parte de la protesta lo hacían «como una persona más», «igual que los demás colectivos».

Según la propia organización, a la manifestación acudieron en torno a unas 150.000 personas, según la organización convocante. Una cifra que, según la Policía, se reducía a 3.000. A su llegada a la Puerta del Sol, Elena Martínez, de Izquierda Castellana, Ramon Walsh, de la Coordinadora 25-S, y Alejandro Fernández, de la Unión de Juventudes Comunistas de España, leyeron el manifiesto en el que han destacado que la investidura del líder del PP, Mariano Rajoy, que se producía en ese momento en el Congreso de los Diputados, es «ilegítima» y que el gobierno de Rajoy «será ilegítimo, de un régimen ilegítimo».

Momentos después de que acabara el Pleno, muchos de los manifestantes que aún estaban en la plaza de Neptuno y que no habían seguido la manifestación comenzaron a corear el «sí se puede», grito proferido en todos los actos convocados por la formación morada. Por su parte, Alberto Garzón volvió a integrarse en la manifestación tras acabar el pleno en el Congreso con el objetivo de respaldar a la gente que, aunque ya desconvocada la protesta, seguía la marcha. «Es una expresión democrática contra los recortes», aseguró.