Política

Un millón de votos sin dueño en la izquierda

Los comicios del 26-J reflejaron una importante pérdida de votantes de Podemos e IU, que buscan un referente electoral

La Razón
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El surgimiento de Actúa es oportunista ante la descomposición electoral de IU y Podemos, algo que queda constatado en el importante retroceso en las elecciones generales de 2016, en las que la coalición a la izquierda del PSOE perdió un millón de votantes en seis meses al pasar de 6,1 a 5,1 millones de votos. Además en el último año, y especialmente tras Vistalegre II, la coalición Unidos Podemos está en claro declive electoral.

Es un nuevo episodio de división de la izquierda, que representada por el PSOE, IU y Podemos con sus confluencias obtuvo el 43,8 por ciento del voto válido en las últimas elecciones generales de junio de 2016. Un semestre antes, en las elecciones generales de diciembre de 2015, sumó el 46,4 por ciento.

Su descenso fue de 2,4 puntos porcentuales. Ese sería el mínimo que en teoría obtendría a nivel nacional una nueva formación política de izquierda de ámbito nacional, como es el caso de Actúa.

No obstante, el dato del 26-J es el que más se aproxima al promedio electoral del periodo 1996-2016. En estos veinte años la izquierda ha registrado una media del 44,2% del voto válido. Por lo tanto, el crecimiento de la izquierda española es poco probable y más en un triple escenario: la moderación del PP, la aparición de Ciudadanos y el fuerte crecimiento económico que experimenta el país. Lo que sí es más cercano a la realidad es un trasvase de votos desde la izquierda más radical a la izquierda moderada, europeísta y constitucional que debe representar el PSOE.

El PSOE, entre Podemos y Cs

En la actualidad, los socialistas se ven sometidos a una pinza cuyos extremos son Unidos Podemos y Ciudadanos. Ambos flanquean al PSOE. La transferencia de votos desde el PSOE a estas dos formaciones fronterizas es constatable desde las elecciones europeas de 2014. Sin embargo, el PP no sufre el pinzamiento por la ausencia de un partido a su derecha y se limita al intercambio de votos limitado con Ciudadanos.

Cada vez queda más clara la fractura de la izquierda, entre socialistas pragmáticos y el resto de la izquierda menguante, melancólica y congelada en el tiempo en 1975, esperando el levantamiento popular contra la dictadura del General Franco, que tras 42 años no llega.

Actúa nace para recoger ese millón de votos perdidos por la izquierda utópica que vive de las consecuencias sociales de la crisis económica y que en pocos años quedará reducida de nuevo al 10,5 por ciento que logró Anguita en 1996.

Pero mientras tanto, Actúa tiene potencial de atraer a los desencantados de IU y Podemos y hacer crecer la brecha electoral entre PSOE y Unidos Podemos, incrementando de este modo la desmovilización de los rupturistas y fortaleciendo al PSOE. Actúa llega en un momento en el que el PSOE debe despreocuparse de su flanco izquierdo y moderarse para invadir el terreno del centro político que ocupan Ciudadanos y el PP, para poder optar a la derecha.

Derrotas históricas

Recordemos que la izquierda española cosechó dos históricas derrotas, ambas coincidentes con las mayorías absolutas del Partido Popular. Tuvieron lugar en los años 2000 y 2011. La victoria de José María Aznar dejó a socialistas y comunistas en el 40,1 por ciento. Pero la gestión que realizó de la crisis el PSOE llevó a la izquierda a su peor resultado, con tan solo el 35,2 por ciento en 2011, propiciando la mayoría absoluta del PP de Mariano Rajoy.

La izquierda obtiene sus mejores resultados no como recompensa de su gestión, sino por su enfrentamiento con la derecha. Es una conducta electoral más propia de mediados del siglo XX que de los tiempos actuales. Su capacidad de movilización frente al «dóberman» quedó demostrada en su oposición a la posibilidad de alternancia política en 1996, después de tres años de crisis económica y catorce de gobiernos ininterrumpidos del PSOE. La suma de socialistas y comunistas alcanzó el 48,2 por ciento del voto válido. El mayor porcentaje de los últimos veinte años. Pero ese esfuerzo no evitó finalmente la mayoría absoluta de José María Aznar.

La otra victoria de la izquierda sobre la derecha se produce en los años 2004 y 2008, cuando la suma del PSOE e IU representa en ambos comicios el 47,6 por ciento del voto válido.

De nuevo la demonización del PP surte réditos electorales tras los trágicos atentados del 11-M a pesar del crecimiento económico y la superación de la crisis de 1993.