Violencia radical

El agente que investigó la paliza: «Fue planificada»

Vincula la paliza a varios actos previos de rechazo a la Guardia Civil impulsados por el movimento Ospa, con el que relaciona a cuatro acusados

Monitor de la sala de prensa de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares durante el juicio de Alsasua
Monitor de la sala de prensa de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares durante el juicio de Alsasualarazon

Un perito de la Guardia Civil vincula la paliza a varios actos previos de rechazo a la Guardia Civil impulsados por el movimento Ospa, con el que relaciona a cuatro acusados

No fue una pelea de bar ni un incidente espontáneo. La agresión a los dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua (Navarra) en la madrugada del 15 de octubre de 2016 «fue planificada». Así lo manifestó ayer el responsable de la Brigada de Información de la Guardia Civil que realizó el informe sobre la paliza y que vinculó a dos de los acusados –Jokin Unamuno y Adur Ramírez de Alda– con «el entorno de la disidencia de ETA, la gente más radical» dentro de la izquierda abertzale. A otros dos, Julen Goicoechea y Aratz Urrizola, los relacionó con actos impulsados por el movimiento Ospa Mugimendua, que persigue la expulsión de la Guardia Civil del municipio navarro.

El agente recordó que en el «Ospan Eguna» (Día de la Huida) de 2012, en la plaza del pueblo «se quemó una falla con un tricornio gigante» y se llevó a cabo una representación en la que dos muñecos vestidos de guardia civil y policía foral eran expulsados de un bar con un rastrillo. Posteriormente, en septiembre de 2016, en la localidad navarra de Echarri Aranaz se convocó una manifestación a favor de los presos de ETA (con el lema «Por lo presos enfermos. Amnistía total. Los presos en lucha. Nosotros también») que enmarcó «dentro del ala más radical del entorno de ETA, los disidentes de la izquierda abertzale oficial». Allí estaban Unamuno y Ramírez de Alda. Y también el teniente agredido en Alsasua un año después, que integraba el dispositivo policial.

Ya en las jornadas abiertas de la Guardia Civil de octubre de 2016, a las puertas del cuartel se celebró una manifestación de protesta, en la que situó a Jokin Unamuno. «Desde nuestro punto de vista indudablemente tuvo que haber una planificación. Esto no puede ser un hecho casual», aseguró en su declaración.

Y el 12 de octubre de ese mismo año, festividad del Pilar, ocho individuos se concentraron a las puertas de la iglesia de los capuchinos de Alsasua, donde la Guardia Civil celebraba una acto religioso. Entre ellos, según refirió el agente, se encontraban el propio Unamuno y Adur Ramírez de Alda.