Política

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Un político todoterreno

La Razón
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Fue precisamente una malagueña, Celia Villalobos, quien le definió muy bien, al tenerle de compañero en las listas al Ayuntamiento de la ciudad andaluza: «Juanma, tú serás un todoterreno de la política». Así ha sido la carrera de Juan Manuel Moreno Bonilla, la gran apuesta de Mariano Rajoy para liderar el PP de Andalucía. Desde que a los diecinueve años asistió a un mitin de José María Aznar en la plaza de toros de La Malagueta, su trayectoria en el partido ha sido completa como concejal, parlamentario andaluz, diputado en el Congreso y secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad. Pese a su juventud, pocos como él conocen a fondo la administración local, regional y estatal. Nació en Barcelona, pero con tres años su familia se instaló en Málaga. Era un niño sumamente educado, por lo que se licenció en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela, para realizar luego varios másteres de Alta Dirección. Con tan sólo veintitrés años era ya presidente de las Nuevas Generaciones malagueñas y, poco después, a nivel nacional. A partir de ahí, pasó por todos los puestos: Ayuntamiento, Parlamento andaluz, Congreso y Gobierno de la Nación. En Andalucía, tuvo importantes padrinos, como Javier Arenas, la actual alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, y Celia Villalobos. Fue su marido, el influyente sociólogo de cabecera Pedro Arriola, quien le incorporó al llamado «equipo duro en la sombra», que asesora y prepara los debates de Mariano Rajoy.

Aquí empezó a ganarse la confianza del presidente y, tras ser nombrado secretario de Estado en el Ministerio de Sanidad, también la de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Ambos tenían «química» en la Comisión de Subsecretarios y Secretarios de Estado, y Juan Manuel Moreno fue el artífice de todas las medidas sobre igualdad, violencia de género y discapacidad. Ha sido un leal colaborador de la ministra Ana Mato y, por su talante, un hombre bien conectado con los movimientos sociales y de participación.

Este perfil de joven experto, carácter abierto, cercano y buen orador ha pesado en la decisión de Rajoy. Así como su excelente relación con los llamados «históricos» alcaldes andaluces del PP, como Esperanza Oña, Teófila Martínez o José Antonio Nieto. Casado, padre de dos hijos, le apasiona el mar de su tierra y perderse por las calles malagueñas y sus «chiringos» para degustar unas típicas coquinas. Su designación es un triunfo de Javier Arenas y del «andalucismo» con experiencia de gestión y elecciones ganadas. Una buena alternativa frente a quien de esto poco tiene, la socialista Susana Díaz.