Un PSOE más fuerte sin el PSC

Observando el comportamiento electoral de los votantes socialistas en Cataluña (PSC) y en el resto de España (PSOE) en los procesos electorales en los últimos 20 años, excluyendo las elecciones autonómicas, concluimos que la diferencia es mínima con respecto a las elecciones europeas y generales y que su patrón de conducta es prácticamente idéntico; en las europeas de 1994 la diferencia entre ambos fue de sólo 2,6 puntos, en las de 1999 de 0,7 puntos, en las de 2004 de 0,6 puntos y en las últimas al Parlamento Europeo de 2009 de 2,1 puntos. Con respecto a las elecciones generales las distancias entre los socialistas catalanes y del resto de España han sido también reducidas; en 1996 de 0,4 puntos, en 2000 de 0,1 puntos, en 2004 de 3,5 puntos, en las de 2008 de 1,7 puntos y en las de 2011 de 2,0 puntos.

El promedio de voto obtenido por el PSC en estos nueve procesos electorales ha sido del 36,8% sobre el voto válido a candidatura, mientras que el del PSOE en el resto de España ha sido del 37,7%; la diferencia es de tan sólo décimas.

Por lo que se constata afinidad entre el electorado socialista en Cataluña y en resto de España en las consultas de ámbito nacional español. Durante este periodo de tiempo el voto en las generales o europeas recogido en Cataluña ha significado el 14% del total nacional del PSOE, constituyendo Cataluña el segundo granero electoral del PSOE, tras Andalucía que aporta el 22%. Ambas regiones representan el 36% del total del voto nacional y de diputados del PSOE. Sin el voto y escaños que el PSOE cosecha en Cataluña difícilmente podría construir una mayoría que le permitiese gobernar en España.

Pero sí que hay dos comportamientos diferenciados entre los votantes socialistas en Cataluña; un grupo formado por los votantes al PSOE en Cataluña en las elecciones generales, es decir nacionales, y los votantes del PSC en las autonómicas. En los últimos cinco procesos electorales, en los que se han ido alternando por este orden elecciones generales y autonómicas en Cataluña, se constata que el voto al PSOE ha sido superior al del PSC. Especialmente tras el desencanto producido en el electorado socialista como consecuencia del tripartito, la diferencia de votos de las generales de 2004 a las autonómicas de 2006, tras cuatro años de tripartito, es de 791.000 votos, en la práctica por cada dos votos que obtuvo el PSOE en las generales el PSC recibía sólo uno en las autonómicas. Esta misma situación de dos a uno se ha reproducido en 2012, en las últimas elecciones autonómicas catalanas, en las que el PSOE ha pasado de recibir 922.000 votos en las generales de 2011 a sólo 524.000 en las autonómicas del 25-N.

Es evidente que la marca PSOE en Cataluña obtiene mejores resultados que la marca PSC. La inmensa mayoría de los que votan al PSOE en Cataluña no está por el derecho a decidir y rechazan abiertamente la independencia. Me decía no hace mucho un dirigente socialista del PSC que «si no queremos la independencia para que "collons"queremos el "dret"a decidir».

El precedente sociológico en el que se ha fraguado la caída del PSC nos lo muestra el CIS de los años 1998 y 1999, en los que ya detectaban un 12% y un 13%, respectivamente, de independentistas en Cataluña. En 2000, el porcentaje que apoya la secesión crece hasta el 20%. Sólo un año más tarde del traspaso en materia educativa los independentistas suponen ya el 36%. Manteniéndose en este porcentaje hasta 2011, en el que se produce un nuevo repunte que lleva a los secesionistas a suponer el 45,4 %, según fuentes del CEO. Este mismo instituto registraba en 2012, un porcentaje de independentistas del 51,1%. Se dibujan tres épocas diferentes, la primera antes del traspaso de Educación, con el independentismo en el 13%; la segunda, a raíz de la plenitud competencial en Educación y la huella del tripartito, que elevó a los secesionistas al 36%, y una tercera, con Mas manipulando la opinión pública y vendiendo una falsa tierra prometida que ha elevado al 51,1% el porcentaje de independentistas.