Crisis en el PSC
Un sector del PSC pide plantar al presidente hoy en el Palau
La frágil estabilidad del PSC amenaza con romperse. La cumbre convocada por Artur Mas sobre el derecho a decidir puede abrir de nuevo la caja de los truenos y reabrir las heridas entre el sector oficial, liderado por Pere Navarro, y los cinco diputados díscolos que ya rompieron la disciplina de voto del partido en una votación parlamentaria sobre el consabido derecho a decidir. Oficialmente, los socialistas asisten a la reunión «precavidos» y «por respeto institucional», según manifestó el portavoz parlamentario, Maurici Lucena. Los socialistas coinciden con Iniciativa per Catalunya que en boca de su copresidente, Joan Herrera, calificó el encuentro como «una reunión superflua» que ha sido convocada por el presidente de la Generalitat «como una gesticulación más para ocultar su falta de política». Un dirigente cercano a Navarro apuntaba en esta línea que «Mas es consciente de que su anhelada amplia mayoría queda lejos y está dispuesto a apretar el acelerador con esta cumbre por el derecho a decidir, en la forma, pero por el proceso de transición nacional, en el fondo». Y es en este terreno donde empieza la tormenta perfecta en el PSC. Para unos, acudir a la reunión es un ejemplo evidente de la subordinación a Mas para justificar su ausencia de políticas además de dar cobertura al proyecto de transición nacional y, para otros, acudir a la reunión es la razón de ser de un PSC comprometido con el derecho a decidir. El primer secretario, Pere Navarro, ha optado por la prudencia y ha decidido acudir a la cita «a escuchar» aunque la convocatoria no tiene ni orden del día ni propuestas concretas. Algunos de sus próximos justifican la decisión «porque es necesario ir virando de forma lenta para evitar que se vuelvan a abrir las heridas. El PSC no irá más allá ni dará cobertura a las veleidades soberanistas de Mas pero debe ir a la reunión para cargarse de razones», aunque ironizan «mucho nacionalismo, pero Mas ha convocado a las Diputaciones, ha convocado a las provincias. Todo un contrasentido».
Un diputado del sector crítico lo ve muy diferente: «Hemos de estar con la mayoría de un país que defiende el derecho a decidir» y niega la mayor con estas palabras: «No es una cumbre por el soberanismo». Desde el sector oficial se les responde con contundencia. «No hay vuelta atrás, este grupo ha cruzado la línea. Rompernos es inevitable por mucho que haga la dirección». E insisten en que la reunión es simplemente otra cortina de humo. «Mas se rodeará de muchos que quieren tener su protagonismo en su afán de ser más cabeza de ratón que cola de león. Buscará apoyos para justificar su mística. En este mundo hemos venido a sufrir y a padecer pero hay un más allá. Hay otra vida en la que no tendremos problemas, que los catalanes vivirán felices. Estaremos en el paraíso, en la Cataluña independiente».
Por eso, algunos dirigentes apuestan por romper la baraja. Abandonar la reunión si Mas y sus allegados sólo buscan justificar su hoja de ruta. Otros prefieren limitarse a una dura declaración. Y un dirigente presente en la ejecutiva llega a verbalizar que «no me extrañaría que si damos un portazo, alguno de los diputados díscolos puedan seguir yendo a título individual pero más vale un día rojos que ciento colorados». Pere Navarro valorará la situación en la ejecutiva de la mañana para tener las manos libres en la reunión de la tarde.
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