Caso Gürtel

Una testigo reconoce que medió en la venta ficticia de cuadros de Bárcenas

La Razón
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La ciudadana argentina Isabel Mackinlay reconoció hoy en su declaración ante el instructor del 'caso Gürtel', el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, que se prestó a realizar un montaje mediante unos contratos ficticios para que el extesorero del PP Luis Bárcenas pudiese justificar un ingreso en efectivo de 560.000 euros.

Mackinlay, en su declaración de más de una hora por videoconferencia desde la Embajada de España en Buenos Aires, explicó que accedió a firmar un contrato ficticio en el que se señalaba que la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias Villar, recibía 560.000 euros por la venta de dos tablas del siglo XV.

La testigo, a la que se hizo pasar por marchante de arte cuando en realidad es pintora y restauradora, obtuvo una comisión de 1.000 dólares por la firma de este contrato, en el que aparecía como intermediaria de la operación.

La ciudadana argentina explicó que, poco después, tuvieron que rectificar el contrato para señalar que, en vez de dos tablas del siglo XV, lo que Iglesias Villar había vendido era en realidad un cuadro del pintor napolitano del siglo XVII Giuseppe Recco.

Iglesias, imputada en el 'caso Gürtel' por un delito de fraude fiscal, ingresó en el año 2006 un total 560.000 euros en efectivo en una sucursal de Caja Madrid. En sus declaraciones en la Audiencia Nacional, Bárcenas y su esposa aseguraron que este dinero respondía a la venta de varios cuadros en la que intermedió Mackinlay.

La testigo desmintió que los contratos se firmasen en enero de 2006, tal y como consta en los documentos aportados a la causa.

Mackinlay involucró además en estas operaciones fraudulentas al que fuera tesorero del PP en los años 80 –por entonces Alianza Popular- Ángel Sanchís, quien ya está imputado en el 'caso Gürtel' por las supuestas gestiones que habría realizado para mover y ocultar los fondos de Bárcenas en Suiza. También ha destacado la intervención del empresario Edgardo Patricio Bel, uno de los socios de Bárcenas en sus operaciones.

Relató en este sentido que fue Bel quien contactó con ella para que interviniera en el contrato, ya que se conocían por que sus hijos estudian en el mismo colegio de Buenos Aires. De hecho, el primer contrato se firmó en el despacho de Bel en la capital argentina.

El segundo contrato, según dijo, se firmó en las dependencias de la empresa La Moraleja, la sociedad argentina que supuestamente compartían Sanchís y Bárcenas. Mackinlay señaló que en la firma de este segundo contrato estaban presentes, además de ella, tres personas: Bel, Sanchís y una personas que no le fue presentada pero que después supo que se trataba del propio Bárcenas.

Ruz volvió a imputar a Iglesias Villar a raíz de un nuevo informe de la Agencia Tributaria, emitido en junio de 2012, en el que se señala que la mujer de Bárcenas "habría podido defraudar una cuota de 222.113 euros, al reflejar una supuesta ganancia patrimonial de 55.168 euros". En su comparecencia ante el juez, que tuvo lugar en mayo de 2012, Iglesias Villar se negó a declarar pero su abogado aportó documentación con la que intentó demostrar que su clienta no cometió ningún delito fiscal.

La documentación aportada, en concreto, intentaba demostrar que la citada ganancia patrimonial se debió a la venta de unos cuadros y no una operación de su marido, y que sí se pagó a Hacienda por la transacción.

La Agencia Tributaria remitió además en marzo pasado un informe al juez en el que se revelaba que Iglesias Villar, llegó a acumular en tan sólo un año un total de 10.935.241 euros en una cuenta bancaria en Madrid a pesar de no tener trabajo.

Bárcenas, en su comparecencia del pasado 25 de febrero ante el juez Ruz, defendió la licitud de los 28 millones de euros que llegó a atesorar en Suiza y dijo que los mismos proceden de sus exitosos negocios en áreas como las operaciones inmobiliarias, los movimientos bursátiles o la venta de cuadros. Llegó a decir que cree que algunos de sus cuadros están en el Museo del Prado de Madrid.