Vestida para reinar

«Encarna a la mujer del siglo XXI. Se viste bajo estas mismas condicionantes y, por eso, estoy convencido que, cuando llegue el día de la coronación, irá muy bien». Hannibal Laguna lo tiene claro. El estilo de Doña Letizia no variará cuando se convierta en reina. Tampoco lo hará su vestidor. «Lo lógico será que en este viaje continúe de la mano de Felipe Varela. Los que hacemos costura, sabemos que la mujer que nos escoge, se desnuda física y psicológicamente ante nosotros. Por eso es normal que apueste por él para los momentos clave», explica el diseñador.

Lo cierto es que las elecciones que ha hecho en materia de moda para acontecimientos oficiales, viajes, almuerzos y cenas de gala, ceremonias religiosas y militares, han sido aplaudidas más allá de nuestras fronteras. Y todo, bajo la batuta de su «otro» Felipe, el diseñador que ha tomado la medida de la Princesa de Asturias de tal manera que sólo en lo cotidiano prescinde de él para dejarse llevar por otras firmas del textil español como Zara, Mango o Adolfo Domínguez. Un armario que antes de que asomara la crisis no abusaba del ataque «fashion victim» de otras aristócratas que le disputaban la lista de las más elegantes del planeta a golpe de talonario y con la mirada puesta en París como si aquello fuera garantía de etiqueta negra bajo el cuello de la camisa. Pero no, Doña Letizia siempre ha querido vestirse de arriba abajo con «marca España». O de abajo arriba si se prefiere mirar desde los letizios alicantinos de Magrit. Ayer mismo, «Daily Mail» lo ponía de manifiesto al repasar su testilo coronándola como «la reina más glamourosa» y advirtiendo a la princesa Kate de lo alto del listón.

Con estas premisas, LA RAZÓN ha querido imaginar cómo sería el vestido de Doña Letizia para el día en que deje de ser Princesa de Asturias para acompañar a Don Felipe como Rey de todos los españoles. Verde esmeralda para los Alvarno. El dúo formado por Álvaro Castejón y Arnaud Maillard la dibuja con un diseño en crepe de chine de seda con un drapeado y efecto asimétrico que tiene una manga y una parte del escote en tul de seda color «nude» con bordados en oro. Es el único toque que rompe la sencillez final de un vestido de complejo patronaje en el que se apuesta por la manga francesa. «Con este diseño hemos querido reflejar la sobriedad que siempre de la que siempre ha sido abanderada Doña Letizia y la elengancia del estatus acorde con el papel que va a representar a partir de ahora en nombre de España», explican los directores creativos de Azzaro, que se estrenarán en la alta costura de París en un mes. Rosa Clará y Roberto Diz también apuestan por líneas simples y la seda en una mirada desde la sencillez y sofisticación de Doña Letizia.

Tonos suaves frente al azul cielo que Doña Sofía decidió vestir aquel noviembre de 1975 para la ceremonia de coronación o el rosa fucsia que optó para acudir al Congreso de los Diputados. Un color vivo nacido del taller de las hermanas Molinero que quería dar carpetazo al luto y poner de manifiesto el nuevo tiempo que comenzaba. Un reto de elección de pantone que ahora le toca asumir a una nueva reina.