Lucha contra ETA
«Vi a Ordóñez en el restaurante y avisé a Gaztelu y Carasatorre para que le mataran»
Valentín Lasarte, que ya ha disfrutado de permisos penitenciarios, colaboraba desde hace algún tiempo con el «comando Donosti». A finales de octubre de 1994, un individuo llegó al bar donde trabajaba y le llamó por su alias, «Potxolo». Le habló en castellano y le citó 15 días después en Bayona, en la puerta de la catedral. Para identificar a su interlocutor tenía que decir «Kantauri laguna». Una vez en la localidad francesa, se encontró con «Kantauri» (José Javier Arizcuren Ruiz), le llevó a un restaurante cerca del río y durante la comida hablaron de temas relacionados con ETA. Lasarte le comentó un atentado anterior en el que había participado y le dijo que quería seguir la colaboración con la banda.
Arizcuren le dijo que iba a a entrar gente nueva en España y que debía colaborar con ellos. La cita sería en el Pub «El Muro», en el barrio de Sangues, de San Sebastián. Llegarían dos «liberados» (fichados y a sueldo de ETA) en noviembre y la consigna sería la misma. Le pidió que buscase un piso y le entregó una pistola, una Browning 9 mm Parabellum. Tras alquilar el piso, esperó la llegada de los pistoleros, con los que cometería varios atentados. Eran Francisco Javier García Gaztelu ( «Jon») y Juan Ramón Carasatorre Aldaz («Zapata»).
Después de asesinar al sargento de la Policía Municipal Alfonso Morcillo, se vio con «Jon» y «Zapata» un par de veces en el piso. En una de estas ocasiones, «me dicen,–según su declaración judicial–, en las Navidades aproximadamente, que tengo que controlar los movimientos de Gregorio Ordóñez porque van a ejecutar una acción contra él. Siguiendo las instrucciones, durante enero controlé sus horarios y costumbres a la salida y entrada del Ayuntamiento y comprobé que tenía horarios y costumbres diferentes cada día, por lo que comuniqué a Jon y Zapata que, de hacer algo, debía ser a mediodía, porque el objetivo no era nada sencillo».
«El 23 de enero de 1995, cuando me encontraba realizando una vigilancia sobre Gregorio Ordóñez, en las cercanías del Ayuntamiento, vi cómo sobre las dos, o un poco más tarde, salía en unión de otras personas y se adentraba en el restaurante La Cepa. Asimismo, observé que se sentaba al fondo del restaurante, que tiene una barra larga, en la primera mesa, de costado a la puerta. Inmediatamente, fui al piso del barrio de Gros donde estaban Jon y Zapata y les informé de la situación, de que en ese momento podían ejecutar la acción, ya que el objetivo iba a estar durante un rato comiendo en ese restaurante. Decidieron ejecutar la acción y yo les acompañé cruzando el Puente del Kursaal. Recuerdo que llovía y que por ello le dejé a uno de ellos mi chamarra roja. Les acompañé hasta las inmediaciones de La Cepa, manifestándoles dónde se encontraba Ordóñez, al que Jon y Zapata conocían por fotografías que habían visto en los medios de comunicación».
«Antes de separarnos, les indiqué que no debían escapar por la calle 31 de Agosto, sino por un callejón lateral que creo que se llama Santa Corda, que creo que da al Paseo Nuevo, porque la salida es más fácil por dicho callejón. En ese momento me fui a mi domicilio y los otros dos a ejecutar la acción. Quedamos citados al día siguiente en el piso de Gros, a las dos y media de la tarde. Me comentaron que habían tenido que actuar con rapidez, ya que la Ertzaintza había desplegado el dispositivo con mucha rapidez».
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