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Vox y Podemos tienen en común un 20% de sus programas

Al margen de sus choques y cruces dialécticos, Abascal e Iglesias coinciden en medidas como la reforma de la Ley Electoral, la despolitización del CGPJ o el rechazo a la gestación subrogada

Pablo Iglesias, líder de Podemos, y Santiago Abascal, presidente de Vox
Pablo Iglesias, líder de Podemos, y Santiago Abascal, presidente de Voxlarazon

Al margen de sus choques y cruces dialécticos, Abascal e Iglesias coinciden en medidas como la reforma de la Ley Electoral, la despolitización del CGPJ o el rechazo a la gestación subrogada.

«Entre Podemos y Le Pen hay un hilo común. No en la expresión ideológica, pero sí una reivindicación común: yo quiero ser parte de una patria democrática, que en las malas me proteja». Fue Íñigo Errejón, el otrora estratega de cabecera de Pablo Iglesias, el que lo reconoció en 2016: que los extremos, también en política, se tocan. Nunca desde entonces, ningún líder de Podemos ha insistido en el diagnóstico. Mucho menos desde la irrupción de Vox. De hecho, en sus manifestaciones públicas, los líderes de Podemos y de Vox se han esforzado en dejar clara su recíproca animadversión: «Me da vergüenza como español que exista Vox», reconoció Iglesias; «si hay un partido al que hay que ilegalizar es a Podemos», aseguró Santiago Abascal.

Más allá, sin embargo, de los choques dialécticos entre sus representantes, las propuestas y los programas electorales de ambas formaciones tienen un tronco común. Alejados de forma irreconciliable en su concepto de España y en las políticas migratoria y de Defensa, sus recetas en otros ámbitos sí guardan parecidos. De las «100 medidas para la España Viva» que dan forma al programa electoral de Vox, hasta un 20% ya han sido planteadas por Podemos, bien en su programa electoral de 2016, bien en las propuestas que el partido morado ha defendido desde entonces en el Congreso o en los compromisos que ha logrado arrancar al Gobierno socialista de Pedro Sánchez.

Ambos consideran que la Ley Electoral es mejorable y de ahí que tanto Podemos como Vox propongan su reforma y que los cambios vayan orientados a lograr una «proporcionalidad más pura». Hay matices que los separan: los de Abascal plantean que una parte de los diputados sean elegidos en distrito único nacional mientras que Iglesias defiende no modificar la circunscripción provincial.

Entre las medidas de regeneración, otra coincidencia importante: Vox defiende «el control de los cargos públicos antes, durante y después de su mandato», así como reforzar «la normativa de incompatibilidades» al abandonar la actividad política. Podemos ya llevó en su programa de 2016 una batería de medidas para regular las incompatibilidades de los cargos públicos: plazos mayores para evitar puertas giratorias, limitación en el acceso a consejos de administración en sectores estratégicos y un registro de conflictos de interés. Desde Vox, además, urgen a anteponer «las necesidades de España» a los intereses de determinados lobbies, un terreno que Podemos siempre ha defendido regular, a través de la creación de registros de lobbies.

Los dos partidos plantean una drástica reducción del gasto público, sobredimensionado en las últimas décadas. A ello se comprometió Podemos en los ayuntamientos del cambio, con desigual éxito. En su programa, el partido morado propone hacerlo a través de la eliminación de los privilegios de los cargos electos y de la aprobación de una Ley de Profesionalización de la Administración Pública. La receta de Vox pasa por «eliminar cargos y organismos duplicados», incluido el cierre de aquellos «destinados a crear estructuras paralelas al Estado».

Una de las líneas rojas que Iglesias puso al presidente Sánchez para negociar los presupuestos de 2019 fue la de bajar la factura de la luz. En las últimas generales, Podemos ya planteó esto, incluida la puesta en marcha de una «auditoría de costes del sistema eléctrico». Vox aquí coincide en que el Estado intervenga: «Menos impuestos y costes regulados en la factura de la luz, que son los culpables de que paguemos uno de los recibos más caros de Europa».

En materia laboral, Podemos considera necesario blindar por ley que las pensiones suban al ritmo del IPC. Vox está de acuerdo, según recoge su programa: las pensiones deben revalorizarse con el coste de la vida. Ambos coinciden en su apoyo expreso a los autónomos –con distintas fórmulas para aquellos con ingresos por debajo del Salario Mínimo–, el apoyo a los desempleados mayores de 50 años y la reducción de las cotizaciones de la empresa para nuevas contrataciones.

Dentro del apartado que dedican a sus propuestas para la familia, Vox defiende «la prohibición de los vientres de alquiler y toda actividad que cosifique y utilice como producto de compraventa a los seres humanos». Desde Podemos conciben la gestación subrogada como una forma de «explotación reproductiva de la mujer» al «anteponer los deseos de los padres a los derechos de los niños».

Defienden modelos de flexibilidad laboral y de teletrabajo en las empresas. Podemos lo hace proponiendo una reducción de la jornada a través de un mecanismo de ajuste inspirado en el modelo alemán, y Vox, fomentando los trabajos de media jornada. Dentro de este ámbito, ambos defienden una mejora de las bajas por nacimiento, aunque las soluciones sí difieren: Podemos propone la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad –en 2019, aumentarán los de paternidad a 8 semanas– y Vox defiende la ampliación del de maternidad hasta los 180 días.

Lograr que la Justicia sea independiente del poder político es un pilar básico en el programa electoral de Podemos y de Vox. Los primeros apuestan por establecer la «elección directa por parte de la ciudadanía de los quince miembros del CGPJ quienes serán elegidos entre jueces y magistrados, fiscales, secretarios judiciales y juristas de reconocido prestigio». En Vox, propugnan la elección de los miembros del CGPJ y del Supremo «por concurso de méritos y entre quienes son parte de la comunidad de la Justicia».

En materia educativa y cultural, son tres los puntos de conexión. Vox exige un «generoso y exigente de sistema de becas» y Podemos logró arrancar a Sánchez el compromiso de aumentarlas en un 36% en 2019. Ambos partidos apuestan por la aprobación de una Ley de Mecenazgo que permita a particulares y a empresas participar en la financiación de proyectos culturales. Y coinciden asimismo en plantear medidas orientadas a reducir la «brecha digital» de la que es víctima la España rural.

Dentro del apartado económico, Vox incluye propuestas abanderadas también por Podemos: un plan de reindustrialización de España –los de Iglesias dedican a ello cinco puntos de su programa–; el «desarrollo de un Plan de la Energía sobre las bases de una energía barata, sostenible y limpia»; y la reducción del IVA a productos farmacéuticos –en línea con lo que defiende Podemos y con, por ejemplo, el acuerdo alcanzado con el Gobierno para aplicar el IVA superreducido a productos de higiene femenina–. Ambos consideran también urgente la reforma de la gestión del agua: Podemos propone hacerlo por ley –bajo la consideración del agua como bien común– y a través de la revisión de los planes hidrológicos; Vox, a través, de un nuevo Plan Hidrológico, «bajo el principio de la solidaridad y el bien común».