Estado Islámico

«Yo no tenía intención de ser yihadista»

Un presunto integrante de la célula del Estado Islámico admitió a la Guardia Civil que coincidió con otros cinco españoles en Siria, pero lo negó en el juicio

El fiscal pide penas de entre diez y doce años de prisión para los once acusados de integrar una célula de captación de muyahidines para sumarse al Estado Islámico en Siria (en la imagen, en una sesión del juicio)
El fiscal pide penas de entre diez y doce años de prisión para los once acusados de integrar una célula de captación de muyahidines para sumarse al Estado Islámico en Siria (en la imagen, en una sesión del juicio)larazon

Es, por ahora, el único español que ha luchado en las filas del Estado Islámico y ha regresado para contarlo. Su nombre, Abdeluahid Sadik Mohamed. Es uno de los supuestos integrantes de la célula española del Estado Islámico que reclutaba muyahidines para enviarlos a Siria e Irak a los que juzga la Audiencia Nacional por pertenencia a organización terrorista. «Yo no participé en ninguna guerra ni jamás he empuñado una pistola», se le escuchó declarar en el juicio. Sus declaraciones antes de ser puesto a disposición judicial, sin embargo, apuntan a lo contrario.

Ante la Guardia Civil, Sadik Mohamed, alias «Pinchito», reconoció el 6 de enero de 2014 que coincidió en un campo de entrenamiento sirio con cinco españoles, cuatro de los cuales habrían fallecido en diferentes atentados suicidas. El joven ceutí explicó además a los agentes que había participado, en julio de 2013, en el asalto a la cárcel iraquí de Abu Ghraib.

Más de un año después, sin embargo, el pasado 26 de marzo, negó en el juicio –que hoy se reanuda en la Audiencia Nacional con la audición de las conversaciones grabadas a los procesados durante la investigación– que hubiera coincidido con más españoles y que formara parte del grupo de asalto del Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL) que protagonizó el ataque a la cárcel de Abu Ghraib.

«No estaba de acuerdo»

En una cosa sí coincidió: tanto a los agentes como al tribunal que preside la magistrada Concepción Espejel les insistió en que se desplazó a Turquía, desde donde se trasladó a Siria, «para hacer turismo». Pese a que, como admitió a preguntas del fiscal Vicente González Mota, en dos semanas en Estambul (la investigación le sitúa en la ciudad turca apenas un par de días) ni siquiera visitó una sola mezquita.

LA RAZÓN ha tenido acceso a la declaración de Abdeluahid Sadik Mohamed ante la Guardia Civil, de la que parcialmente se retractó en la vista oral, y en la que explicó que regresó «voluntariamente a España» (fue detenido por las autoridades turcas en el aeropuerto de Estambul cuando intentaba dirigirse a Amsterdam) «en cuanto pudo escapar» del Estado Islámico de Irak, en cuyas filas permaneció, según él, contra su voluntad, durante ocho meses. «No estaba de acuerdo con lo que hacían», aseguró.

El 29 de abril de 2013, «Pinchito» se trasladó de Ceuta a la localidad fronteriza de Castillejos, en Marruecos, desde donde viajó a Casablanca «con un amigo» marroquí, Abdelhalak. Una vez allí tomaron un vuelo hasta Estambul. Su amigo le dijo que «iban a hacer turismo». Tras dos semanas en la ciudad turca, volaron a Antioquía y, ya en coche, llegaron a Siria. Él insistió en que «no sabía» a dónde iban hasta que llegaron «ni tenía intención de ser yihadista».

El 4 de mayo estaba en un campo de entrenamiento de la organización terrorista en Atarib, donde durante 40 días recibió «entrenamiento físico y clases de religión». «Cuando llevaba un mes», aseguró a los agentes, le dijeron «que habían llegado varios españoles».

Eran Mohamed «Pizza», Hamza Mohamed Abdeselam, Yunes Ahmed, alias «Esponja», y Zuhair Ahmed –que habían viajado el 31 de mayo de 2013 de Málaga a Turquía y de ahí a Siria– y Nordin Abderrayat Madani, que entonces contaba 16 años de edad, y que había iniciado ese mismo viaje el 25 de marzo, a quien las Fuerzas de Seguridad dan por muerto. «Los saludé a todos» y coincidió con ellos «sólo dos días». Ellos, explicó, se integraron también en el ISIL, pero «en facciones distintas», en la llamada Ansar Sharia (él, sin embargo, estaba encuadrado en la Nokhta Islam, Gota del Islam).

Preguntado por la suerte que corrieron, Sadik Mohamed explicó que Mohamed «Pizza» «murió en un coche bomba, puede que en Irak», que Yunes falleció «por el disparo de un francotirador cuando iba a realizar una acción con un chaleco bomba a finales del Ramadán, a principios de agosto,» y que Hamza «también murió, aunque no sé si en Irak o en Siria».

Zuhair «sigue vivo», añadió, como Nordin, a quien situó en una zona próxima a Alepo, en El Monte, integrado en la facción Ansar Sharia, «donde se le conoce como Abu Leys (Cachorro de León)». El procesado aseguró que no recordaba a ningún español más entre los yihadistas que conoció en Siria.

«Liberamos a 1.400 personas»

La campaña de atentados perpetrados por el ISIL durante el Ramadán de 2013, en la que participaron estos cuatro españoles, se recuerda entre las más mortíferas, pues causó la muerte de más de un millar de personas.

A finales de junio, diez días antes del comienzo del Ramadán, continuó contando a los agentes, entraron a pie en Irak «con unos 50 ó 60 miembros del Estado Islámico de Irak y Levante con la misión de liberar a los prisioneros suníes que se encontraban en la cárcel de Abu Ghraib, en Bagdag, encarcelados por los chiítas y torturados». Liberaron, explicó, «a 1.400 personas» con «armamento ligero y cohetes RPG». En el juicio, no obstante, negó la mayor. «No sé nada del asalto a la cárcel. Yo no participé», declaró.

En el atentado en la prisión de Bagdag el grupo terrorista utilizó dos coches bomba y otros tantos atacantes suicidas, pertrechados con cinturones bomba, para asaltar la cárcel. Murieron al menos 26 policías y guardias de seguridad del centro.

Sadik Mohamed, de vuelta al campo de entrenamiento de Atarib, intentó huir. «Cuando se enteraron me metieron en un coche y me llevaron a uno de los puntos de combate más peligrosos, de donde prácticamente nadie regresa vivo», contó. Tras 48 días pudo regresar a Atarib. «Estaba decidido a escaparme a toda costa». El 2 de enero de 2014 un amigo le llevó en coche a la frontera turca, que pasó confundido entre un centenar de personas. Ya en Estambul, fue detenido por la Policía turca, cuando intentaba volar a Amsterdam, y expulsado a España.