La intrahistoria

Así fue la negociación contra reloj entre PSOE y Sumar

Los equipos negociadores redoblaron sus esfuerzos ante la orden de Ferraz de cerrar un acuerdo exprés. Díaz liberó su agenda para conseguir la reducción de la jornada laboral, a la que el PSOE se negaba

Sin agotar el tiempo que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se habían marcado, finales de octubre. PSOE y Sumar han anunciado este martes antes de las ocho de la mañana su pacto programático para reeditar el Gobierno de coalición. Lo hacían tras que las negociaciones se hubiesen intensificado en el fin de semana para alumbrar un acuerdo exprés antes de que se agotara el tiempo que ellos mismos se dieron, el 31 de octubre.

La orden en Ferraz era la de acelerar las negociaciones y dar carpetazo a la mesa con Sumar, puramente de contenidos para, ahora, centrarse en la más complicada, el acuerdo que debe fraguarse para arrancar el «sí» del partido de Carles Puigdemont para, entonces sí, tener asegurada la investidura y el Gobierno. Fuentes de la negociación por parte de Sumar reconocían las prisas de los socialistas por rubricar el acuerdo por este mismo motivo.

El pacto estaba casi hecho, el lunes por la tarde, según reconocen fuentes de la negociación y todas las fuentes implicadas esperaban a que fuesen Pedro Sánchez y Yolanda Díaz quienes rubricaseb a primera hora, su acuerdo de coalición. Una imagen que favorece a ambas partes. A Pedro Sánchez, que consigue alejar –con el anuncio de este acuerdo– el foco de la negociación de la ley de amnistía y, a Sumar, que logra capitalizar la atención y su fuerza negociadora al no dar por cerrado todavía el acuerdo mientras que los socialistas sí lo hacían ya desde el domingo. Esto último es clave para Sumar para presentar ante sus aliados dentro del Congreso –Podemos, Más Madrid, Compromís– su papel clave dentro de la coalición con el PSOE. Más en un momento en el que entre los socios hay malestar por el formato en el que se han llevado las negociaciones. En Podemos señalaban este lunes a la vicepresidenta a la que acusaban de haber llegado a un pacto «insuficiente».

Si bien en el PSOE daban el acuerdo por hecho, la incógnita sayer seguía siendo cómo quedará el escollo mayor que han capitalizado todas las reuniones. Desde Sumar enfriaban las prisas socialistas y pedían al socio sentarse a negociar las materias encalladas, que son las que tienen que ver con el ámbito de competencias que corresponden al ministerio que la vicepresidenta aspira a seguir liderando. Para los de Díaz era vital esta parte de la negociación que finalmente se ha conseguido desencallar, a falta de leer la letra pequeña del acuerdo de coalición que se presentará este mismo martes en un acto con una foto entre Sánchez y Díaz en el Museo Reina Sofía a las 12:30h.

Sumar se presentó a sus primeras elecciones generales garantizando que esta legislatura será la del nuevo estatuto del trabajo, la de la conciliación laboral y la de los derechos laborales.El eje de su campaña se vertebraba bajo el lema del nuevo laborismo. El punto más candente de la negociación con el PSOE, al final de la noche, seguía siendo la reducción de la jornada laboral de las 40 a las 37,5 horas semanales. Según fuentes de la negociación, se trata de un debate que el PSOE se resiste a abrir y es vital para arrancar el «sí» de Díaz. Más después de que Sumar haya reconocido durante la negociación la dificultad de arrancar más compromisos a su socio. De hecho, fuentes cercanas a la vicepresidenta lamentaban estos días que no tenían «la sartén por el mango», así como que se habían encontrado con unos negociadores que no querían «atarse» a acuerdos muy explícitos.

A lo largo de la tarde, las negociaciones se intensificaron incluso con la participación de la propia líder de Sumar, que liberó su agenda ministerial vespertina para participar en las reuniones que estaban sucediéndose con el PSOE. No hacía lo mismo el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que mantuvo reuniones por la tarde en Moncloa con la embajadora de Israel y el jefe de la misión diplomática de Palestina así como con representantes de las comunidades judías y musulmanes en España para evitar que se extienda el conflicto en Oriente Medio.

A última hora de la noche todavía había confusión sobre si en el pacto de Gobierno se incluirá hoy o no la reducción de la jornada laboral. No todas las fuentes consultadas lo daban por asegurado y evitaban explicar los términos en los que si se incluía, se materializará la medida estrella de Díaz durante la legislatura. Aunque, en el PSOE sí reconocían que se admitiría la propuesta de la reducción de la jornada laboral, aunque "con matices". La orden en Sumar era no levantarse de la mesa hasta conseguir el «ok» del PSOE. El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, reconoció que «las conversaciones avanzan» y esperaban cerrar un acuerdo «en plazo». Sin embargo, admitía que «cuestiones esenciales» para ellos «aún no están cerradas». Además de la reducción de la jornada laboral, en Sumar también negocian el mantenimiento del impuesto a la banca, la aprobación del estatuto del becario, la gratuidad del transporte público de manera permanente o la derogación de la ley mordaza, como puntos más importantes de fricción entre ambos socios.

La última cuestión clave era, tras desbloquear el pacto, cómo presentarlo. Y es que la agenda internacional de Pedro Sánchez y de Yolanda Díaz dejaba poco margen a la improvisación. La líder de Sumar estará esta tarde en Bruselas y el presidente, este miércoles, para acudir a la cumbre social tripartita y al Consejo Europeo. Por eso, fuentes de la negociación trabajaban en la escenografía oficial en la misma mañana de hoy, que culminará con la "foto" en el Museo Reina Sofía, cuna de los actos más reivindicativos de Podemos.