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Zarzuela quiere que la investidura sea el 30 para que el Rey esté en España

Zarzuela prefiere que la segunda votación se celebre el domingo porque Felipe VI ya habrá vuelto de la Cumbre Iberoamericana. Los grupos se inclinan por votar el sábado 29 y será Ana Pastor la que tendrá la última palabra a la hora de convocar el Pleno

Mariano Rajoy participó ayer en la reunión del Consejo Europeo
Mariano Rajoy participó ayer en la reunión del Consejo Europeolarazon

►Si la segunda votación es el domingo, Felipe VI ya habrá vuelto de la Cumbre Iberoamericana ►Los partidos se inclinan por adelantarla al 29

Las etapas que acercan a la segunda investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno van quemándose poco a poco. Ayer, el Palacio de la Zarzuela confirmó el calendario de la ronda de consultas que el Rey Felipe VIcelebrará a principios de la próxima semana. Y la fecha oficial del Pleno de investidura se conocerá el martes, una vez que el Monarca convoque a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, para informarle del resultado de las conversaciones con los grupos parlamentarios y esté en condiciones de confirmar si propone, como se espera, la candidatura de Mariano Rajoy. Para ello también se prevé que el PSOE ratifique este domingo en el Comité Federal su decisión de abstenerse. Hay confusión sobre las fechas, con propuestas cruzadas que sitúan la votación final en sábado o en domingo. Zarzuela desea que esa segunda votación se celebre el domingo día 30, para que Felipe VI ya esté en España, de regreso de la Cumbre Iberoamericana en la que no podrá participar Rajoy por estar inmerso en el proceso de investidura. Mientras que los grupos, sin embargo, se inclinan más por la fecha del sábado 29. En medio está la presidenta del Congreso, que será quien convoque finalmente el Pleno después de escuchar a los partidos.

No obstante, el Rey ha comprimido sus contactos, citando como siempre a los representantes de menor a mayor, con Rajoy, como cierre, a las tres y media del martes. Al dejar la tarde libre, esto permitiría a Ana Pastor fijar un Pleno para el día siguiente por la tarde, respetando el plazo mínimo de las 24 horas en la convocatoria oficial a los grupos y en el SMS que se hace llegar a los diputados. Un plazo mínimo para que los diputados de fuera de Madrid tengan tiempo para sus desplazamientos.

Si el Pleno empezase el próximo miércoles por la tarde, con Rajoy y algún grupo más, seguiría el jueves, y la primera votación sería ese mismo día y la última el sábado, justo 48 horas después de la primera. Pero, en principio, parece más probable que se atienda al deseo de Zarzuela, con todas las prevenciones porque no es una decisión cerrada. En este caso, el Pleno comenzaría el jueves por la mañana, se votaría el viernes a mediodía y, de nuevo, el domingo a la hora de comer, más o menos. Felipe VI regresa a España de Colombia el domingo a las once y media de la mañana. En cualquier caso, no habrá horarios nocturnos, que después de diez meses sin Gobierno apuntalarían una imagen de precipitación y poca seriedad. Moncloa y el Congreso han trabajado en favor de ese objetivo «en respeto a las instituciones».

El debate, en lo que estrictamente afecta a la fijación de posición por parte de los grupos, se prevé también tranquilo, salvo en lo que toca a la intervención de Podemos. Siempre jugando con la hipótesis de que el Comité Federal ratifica la decisión de abstenerse en segunda votación, y sin tener en cuenta el alcance de la visualización de la fractura en el seno del Grupo Socialista. Hasta el próximo lunes, en señal de respeto también hacia el debate socialista, no se abrirá formalmente en serio la discusión sobre la fecha del Pleno, y su convocatoria oficial se publicará el martes.

Felipe VI comenzará las audiencias con el dirigente designado por Nueva Canarias, el lunes por la mañana, continuará con los representantes de los grupos de menor a mayor, de manera que el líder deCiudadanos, Albert Rivera, acudirá el martes a las once y media. Una hora después el máximo dirigente dePodemos, Pablo Iglesias, y ya a la una y media el presidente de la gestora socialista, Javier Fernández. La ronda se cerrará con Rajoy a primera hora de la tarde. En las anteriores rondas de consultas, el líder popular acudió a Zarzuela sobre las cinco, lo que confirma el gesto por parte del Rey de dejar margen para que la votación pueda ser tanto el sábado como el domingo.

En principio, en Moncloa querían que el acto de jura de su cargo de Rajoy ante el Monarca se celebrase el lunes. El martes es festivo nacional, por lo que la toma de posesión de sus ministros podría ser el jueves y la primera reunión del Gabinete el viernes, 4 de noviembre. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, compareció ayer, tras la que pudo ser la última reunión del Gabinete en funciones, y su mensaje de cierre de esta larga etapa fue un llamamiento a todos los demás partidos para conseguir que la Legislatura que empieza sea «colaborativa» y permita que se inicie una etapa de estabilidad política para «recuperar el tiempo perdido» en los últimos diez meses. La «número dos» del Ejecutivo en funciones puso el ejemplo de lo ocurrido esta semana en el Congreso de los Diputados, por la aprobación de la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y de la modificación de la legislación electoral para reducir a la mitad la campaña en el caso de que volviesen a tener que repetir unos comicios generales. Las dos iniciativas se aprobaron con el acuerdo de los tres partidos constitucionalistas: PP, PSOE y Ciudadanos.

A horas de que se celebre el Comité Federal del PSOE, la vicepresidenta del Gobierno esquivó la demanda de información sobre las conversaciones entre Rajoy y el presidente de la gestora socialista, Javier Fernández. «Ya saben, aquí la información es al gusto del otro, que lo administra como estime oportuno», se limitó a indicar, sin aclarar si en los últimos días ha habido nuevas entrevistas entre los dos. Sáenz de Santamaría tampoco quiso comentar los posibles cambios en el futuro Gabinete y su papel en el mismo: «Yo sigo mi máxima y no quiero merendarme la cena».