Nueva York

Europa legitima el castigo de Estados Unidos a Siria

El secretario de Estado estadounidense John Kerry en reunión con Catherine Ashton antes de la cumbre de ministros de Exteriores europeos celebrada en Vilna.
El secretario de Estado estadounidense John Kerry en reunión con Catherine Ashton antes de la cumbre de ministros de Exteriores europeos celebrada en Vilna.larazon

Después de semanas de indecisión sobre la forma de reaccionar al uso de armas químicas por parte del régimen de Damasco, los países de la Unión Europea lograron ayer ponerse de acuerdo y defendieron una respuesta «clara y contundente» por parte de la comunidad internacional. Aunque los ministros de Exteriores de los 28, reunidos en Vilna (Lituania), lograron una posición común, sigue habiendo divergencias de apreciación entre las capitales. «La comunidad internacional no puede mantenerse al margen. Una respuesta clara y contundente es crucial para dejar claro que estos crímenes son inaceptables y que no puede haber impunidad», señaló en nombre de los Veintiocho la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. El acuerdo entre los europeos se cimentó en las claves que ofreció el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, en una reunión que duró cuatro horas. El estadounidense logró disipar, o al menos mitigar, las dudas de los más reticentes a una intervención. «Frente a este cínico uso de armas químicas, la comunidad internacional no puede mantenerse al margen», plantearon los 28 en una declaración conjunta que considera importante «impedir que se cree un terrible precedente para el uso de armas químicas en Siria o cualquier otro lugar». Sin embargo la posición no es tan unánime si se examinan una a una las diferentes capitales.

Mientras París sigue abiertamente dispuesto a participar en una intervención militar junto a Washington, Alemania se ha sumado a la declaración de once países del G-20 que defiende la iniciativa de Washington. Por su parte, Londres, después del «no» de su Parlamento ha dado respaldo político a Estados Unidos, aunque no vaya a participar. No obstante, la mayoría de los países europeos –España, Holanda, Suecia y Luxemburgo incluso se han pronunciado en este sentido– creen necesario esperar al informe de los inspectores de la ONU sobre el supuesto ataque químico y a un debate en el Consejo de Seguridad de la ONU antes de actuar. «Si hay un elemento clave de este encuentro es: esperen por los inspectores», indicó a los periodistas el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt. Por este motivo, la declaración de los Veintiocho insistió en solicitar que se presente «cuanto antes un análisis preliminar de la investigación. En este sentido, celebraron el anuncio de Francia de que esperará al informe de los expertos que visitaron Damasco antes de tomar una decisión sobre un posible ataque al régimen de Bachar al Asad. Está previsto que el dosier de la ONU se presente a mediados o finales de septiembre, aunque se duda de que aclare quién está detrás del ataque químico del pasado 21 de agosto.

Si al final no hay visto bueno de la ONU, como es más que previsible dado que las posturas en el Consejo de Seguridad siguen inamovibles, parece poco probable que ningún Estado miembro condene una intervención. Pero, ante todo, la Unión Europea no quiere volver a vivir un nuevo Irak y así se lo ha hecho saber al emisario del presidente de Estados Unidos. En todo caso, la posición de los 28 manifestada en la reunión de Vilna fue un motivo de satisfacción para el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que puso de relieve el «fuerte mensaje» emitido por sus colegas europeos. Desde París, a donde voló desde Lituania para reunirse con su homólogo francés, Laurent Fabius, Kerry justificó una futura acción militar contra el régimen del dictador sirio Bachar al Asad, al que acusa de haber «traspasado la línea roja» y a quien Estados Unidos considera el único responsable del ataque con armas químicas del pasado agosto. «Lo sabemos con una certeza implacable», aseguró, convencido de que Damasco aún tiene medios para atacar de nuevo. «Tal masacre exige una reacción fuerte para sancionar y disuadir», añadió por su parte el jefe de la diplomacia gala, que rechazó el aislamiento de Francia y EE UU subrayando que cada vez el apoyo «es más grande y amplio» en cuanto a la necesidad de una reacción «clara y fuerte». Ambos recalcaron que no se trata de librar una guerra sino de dar una respuesta «corta, selectiva y limitada», destinada a reducir la capacidad de Asad para utilizar armas químicas, como paso previo a la solución al conflicto que, según señalaron, «tiene que ser política». Kerry apostilló también que Obama no ha decidido todavía si esperará al informe de la ONU para llevar a cabo su plan.

Obama: «No será otro Irak»

El presidente Barack Obama volvió a pedir ayer al Congreso norteamericano su visto bueno para un ataque «limitado» en Siria, apelando al deber que pesa sobre EE UU a la hora de defender sus «valores». «No podemos hacer la vista gorda ante las imágenes que hemos visto en Siria. Más que ningún otro país en la tierra, tenemos la responsabilidad de defender nuestros valores, cumplir con nuestros compromisos y defender la dignidad de todos los seres humanos», dijo. Consciente del miedo que despierta en la población engrosar la lista de muertos en el campo de batalla, el presidente insistió en que la operación militar «no será otro Irak o Afganistán», informa Marta Torres desde Nueva York.