Cultura

Estas son las palabras extremeñas que en el resto de España no se entienden

El extremeño es una lengua que ha ido tejiendo la identidad cultural de Extremadura a lo largo de los siglos

Diccionario español
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El extremeño, también conocido como castúo o extremeño en su variante rural, es una lengua que ha ido tejiendo la identidad cultural de Extremadura a lo largo de los siglos. A pesar de su reconocimiento limitado en comparación con otras lenguas de España, como el catalán o el gallego, el extremeño posee un valor histórico y social significativo.

Originado a partir del latín, el extremeño ha absorbido influencias de diversas lenguas y dialectos a lo largo de su historia, incluyendo el árabe y el portugués. Esto ha dado lugar a una variedad lingüística rica y diversa, que se manifiesta en diferentes dialectos dentro de la propia región, desde las zonas rurales hasta las urbanas.

Uno de los rasgos más característicos del extremeño es su léxico, que incluye términos y expresiones que no se encuentran en el español estándar. Palabras como "pita" (pollo), "merienda" (comida ligera) o "macho" (persona valiente) son ejemplos de cómo el extremeño refleja la vida cotidiana y las costumbres de sus hablantes.

Un idioma en peligro de extinción

A pesar de su riqueza, el extremeño enfrenta desafíos significativos. La globalización y la predominancia del español han llevado a una disminución en el uso diario de la lengua. Muchos jóvenes, atraídos por las influencias urbanas y los medios de comunicación, se ven alejados de su lengua materna, lo que pone en riesgo su transmisión a las futuras generaciones.

Sin embargo, en los últimos años ha surgido un creciente interés por la revitalización del extremeño. Diversas iniciativas, como talleres de lengua, publicaciones literarias y programas educativos, están ayudando a recuperar el uso de esta lengua. Grupos de jóvenes y asociaciones culturales están trabajando activamente para promover su aprendizaje y uso en la vida cotidiana, así como en el ámbito artístico y literario.

Como cualquiera de las lenguas que han coexistido con el castellano han transformando muchas de las palabras, que incluso han llegado a extenderse al resto del país. Algunas de las definiciones extremeñas más conocidas fuera Cáceres y Badajoz son "melopea" como sinónimo de borrachera, "escuchimizao", que se utiliza para hablar de una persona delgada y demacrada o "arramplar" para decir que se ha acabado con algo.

Palabras en extremeño que en el resto de España no entienden

Pero también existen otras expresiones locales muy llamativas que en el resto del país no entienden. Como muestra, algunos ejemplos:

  • Amoncornao: adormilado, cansado.
  • Calambuco: recipiente, vasija.
  • Cazaporra: pegote de barro que se adhiere al zapato al caminar por un terreno mojado.
  • Mamaluta: mentira.
  • Entinguerengui: Algo que está a punto de caer.
  • Gentinoso: Que siempre está de mal humor.
  • Jabetá: corte muy profundo.
  • Jamielgu: Que siempre está con hambre.
  • Derrengón: dolor de espalda.
Esta última expresión tiene sus variaciones según la región, ya que es un vulgarismo que proviene del latín y que significa "lastimar los riñones", aunque se utiliza normalmente para definir a una persona agotada, exhausta, baldada, rota...