Actualidad

Violencia de género

S.O.S mujeres en peligro

Soy un poco tiquismiquis y encima pertenezco a ese 17% de inconscientes que no sienten miedo de andar solas por la noche

Pancarta en una manifestación contra la violencia de genero
Pancarta en una manifestación contra la violencia de generolarazon

Según un estudio publicado por una app de seguridad para mujeres, el 83% de las españolas siente miedo al volver a casa de noche. La encuesta realizada online entre más de 35.000 mujeres desvela que, además, un 45% siente miedo siempre que anda sola por la calle, sea la hora que sea.

La verdad es que a mí, que soy un poco tiquismiquis y encima pertenezco a ese 17% de inconscientes que no sienten miedo de andar solas por la noche, que una aplicación de seguridad para mujeres diga que el 83% de las mujeres sienten miedo me da la misma confianza en los datos que si los desarrolladores de la app iCuenca dijeran que el 83% de los encuentros sexuales son mucho más satisfactorios si se mira, por supuesto, a Cuenca. Vamos, que podrían empezar con un “recientes estudios inventados por nosotros afirman” y a mí me darían la misma confianza en sus cifras que me dan ahora.

Pero, fíjate por donde, las cifras del CIS me parecen fiables. En julio de 2017 se realizó un estudio sobre la percepción social de la violencia sexual. Y estos datos sí me parecen muy relevantes (y confiables). Como sé que os gustan los datos y las cifras, os cuento:

Un 81,9% de las personas encuestadas no conoce personalmente a ninguna mujer en su circulo familiar o de amigos que haya sufrido una agresión sexual. Un 87% no conoce a ninguna mujer en su vecindario que haya sufrido una agresión sexual. Un 90,3% no conoce a ninguna mujer en su lugar de trabajo o estudio que haya sufrido una agresión sexual. Es decir, la experiencia directa, el hecho comprobable de primera mano, es ese.

Ese año, 2017, según el INE, fueron condenados 356 hombres y cuatro mujeres por agresiones sexuales. 27 hombres fueron condenados por violación. 942 hombres y 14 mujeres lo fueron por abuso sexual. En 2017, en España, la población era de 46,53 millones de habitantes.

En 2018 y 2019 el CIS, pese a que un 83% de las mujeres españolas (ejem) tienen miedo al volver a casa de noche, no ha realizado ningún estudio sobre la percepción de la sociedad de la violencia sexual. ¿Por qué será? ¿Con la barrila que se nos da día sí y día también con esto y no nos interesa conocer esos datos? ¿No nos interesa conocerlos o no nos interesa que se conozcan? No sé, pregunto.

Lo que sí podemos consultar es cuáles son los problemas que más preocupan a los españoles. Yo es que me conformo con cualquier cosa. En noviembre de 2019, los últimos datos al respecto, para el 60,3% de los encuestados el mayor problema en España es el paro. Los políticos en general, los partidos políticos y la política, son un gran problema para un 45,5%. Para un 30,4% lo son los problemas económicos y para un 19% lo es la independencia de Cataluña. La inseguridad ciudadana lo es para un 3,1% y la violencia contra la mujer para un 5,7%. La calidad del empleo, las pensiones, la corrupción, el fraude o la sanidad están por delante en porcentaje de preocupación.

Es decir, que en España, el tercer país más seguro de Europa, con una tasa de infracciones penales de un 45,6 por cada 1.000 habitantes, se ha conseguido crear un clima de alarma social tal que muchas mujeres se sienten inseguras en sus calles, incluso de día. Al margen de cifras y datos. Mujeres adultas que tienen la sensación de estar en constante peligro por el mero hecho de serlo. Llegados a este punto y con los datos del CIS y el INE en una mano y la encuesta de una app desarrollada para que las mujeres se sientan seguras volviendo a casa en la otra, me siento en la obligación de felicitar desde aquí al movimiento feminista de cuarta ola (o la ola que sea por la que van ahora, que yo ya pierdo la cuenta) por el papel destacadísimo que ha tenido a la hora de orquestar y alentar semejante paranoia grupal.

Justo me estaba leyendo un libro sobre neurociencia (culpo a Sergio Parra, mi divulgador científico favorito, de algunas de mis más extrañas y recientes aficiones) en el que hablaba de cómo nuestro cerebro primitivo (también llamado “cerebro reptiliano”, me chifla este nombre, es muy Diana de “V”) es el que toma las decisiones finales. Muchas veces de manera emocional (¿sabíais que según la neurociencia las reacciones emocionales generan enlaces químicos cerebrales que producen un impacto directo en el modo de procesar y memorizar la información?) y luego ya se busca la manera de justificarlas racionalmente. Es decir, que podríamos dirigirnos directamente al cerebro reptiliano, crearle una alarma o un problema, y ofrecerle luego la solución. No sé, se me ocurre, por ejemplo y a bote pronto, casi sin venir a cuento, convencer a un montón de mujeres de lo muy en peligro que están constantemente y que exista, oh sorpresón no me lo esperaba para nada, una aplicación móvil que podría llamar a emergencias, proporcionar la ubicación exacta o señalar en un mapa el recorrido. Salvarles la vida, en definitiva.

Vuelvo al principio. Un 83% de las mujeres españolas tienen miedo al volver solas a casa por la noche en el tercer país más seguro de toda Europa. No seré yo quien les diga que no va a pasar nada, porque puede pasar. A cualquiera y en cualquier sitio. No sería usted, amiga cagueta, la primera buena persona que se cruza por azar con un monstruo. La maldad existe. No por casualidad el sargento Esterhaus acuñó aquel mitiquísimo “tengan cuidado ahí fuera”. Pero entre ser prudente y vivir cada segundo como si fuera a ser el último y una muerte dramática nos esperase constantemente a la vuelta de la esquina, media un mundo.

De verdad que yo ya no sé, cuando pasan estas cosas, si es que me he empoderado de más o me he empoderado de menos. Qué cruz.