Ginecología

Dónde hay pelo ¿hay alegría? Una ginecóloga revoluciona las redes con sus declaraciones sobre el rasurado íntimo

La doctora Miriam Al Adib Mendiri ha revolucionado tik tok e Instagram al haber hecho varios vídeos explicando que no es necesario depilarse para ir a la ginecóloga, que es una decisión muy íntima y personal de la mujer y que, en modo alguno, impide una correcta valoración ginecológica que es lo que importa. El vídeo ha alcanzado ya los 4 millones de visitas.

La doctora Miriam Al Adib Mendiri ha revolucionado tik tok e Instagram al haber hecho varios vídeos explicando que no es necesario depilarse para ir a la ginecóloga, que es una decisión muy íntima y personal de la mujer y que, en modo alguno, impide una correcta valoración ginecológica que es lo que importa. El vídeo ha alcanzado ya los 4 millones de visitas.
La doctora Miriam Al Adib Mendiri ha revolucionado tik tok e Instagram al haber hecho varios vídeos explicando que no es necesario depilarse para ir a la ginecóloga, que es una decisión muy íntima y personal de la mujer y que, en modo alguno, impide una correcta valoración ginecológica que es lo que importa. El vídeo ha alcanzado ya los 4 millones de visitas.Miriam Al Adbiri

Miriam Al Adib Mendiri que, como su propio apellido indica tiene una procedencia siria, de la época en la que tantos médicos huyeron al exilio, es, sin embargo extremeña y con su buen acento extremeño así como con mucha gracia. Hace poco que empezó a explicar de manera muy didáctica muchas dudas tanto de embarazo como de ginecología en las redes sociales viendo que así su consulta online empezó a crecer. Lo gracioso de todo el revuelo formado es que la mayoría de los que protestaron por no tener la zona íntima rasurada o depilada ¡fueron los hombres! Hablamos con la doctora que es, además, autora del exitoso libro Hablemos de Vaginas.

-Está hecha usted una gamberra desde que descubrió tik tok e instagram pero hace bien porque lleva la ciencia de la ginecología a más lugares...

Jajaja, ¿gamberra? bueno... me gusta mi profesión y también la divulgación, y estas redes te permiten añadir un puntito de diversión y creatividad al asunto. Cuando a través de las redes intentas romper algún tabú relacionado con la sexualidad te encuentras con reacciones de todo tipo; y algunas personas lo toman como un ataque personal, critican y juzgan como si necesitaran reafirmarse en alguna creencia, otras llegan a faltar al respeto. Cuando veo que no se puede razonar como personas adultas sobre ciertos asuntos creo que la salida más inteligente es tomártelo con humor y utilizar la ironía.

-Menuda la que ha liado con lo de rasurarse o no el vello púbico. Lo peor de todo es que han saltado como fieras los hombres cuando debería ser una decisión que compete única y exclusivamente a cada mujer, ¿no?

¡Por supuesto! Subí a TikTok un vídeo en el que al ritmo de una canción dije que no es necesario rasurarse por higiene, ni por vergüenza, y que tampoco es necesario para ir a la ginecóloga, ni tampoco por respeto (esto último lo dije porque hubo alguien que afirmó que por respeto a los profesionales hay que rasurarse). Este vídeo lleva 4 millones de visualizaciones y no te puedes imaginar las barbaridades que han escrito en los comentarios. Algunas personas juzgando, otras indignadas llegando a un tono totalmente irrespetuoso, y tampoco faltan las personas adultas haciendo chascarrillos como si fueran niños pequeños. Después de esto pensé que además de no poder hablar de política ni de religión con gente para evitar discusiones acaloradas, parece ser que tampoco de rasurado del vello púbico. Me parece increíble que un tema tan irrelevante como este desate tanta polémica.

-Pero vayamos a la ciencia. Digo yo que si hay vello púbico será por algo, ¿cuál es su función?

Claro. Este vello es más grueso y está ahí para proteger los genitales, para que la piel y mucosas de esta zona no estén demasiado expuestas. Es la primera barrera defensiva ante estímulos que puedan irritar la zona o causar infección.

-¿Una vulva totalmente rasurada está más desprotegida que una que tiene algo de pelo?

-Claro. Aclaro que estamos refiriéndonos al rasurado integral (no es lo mismo que recortar un poco o rasurar las ingles, esto es otra cosa). Parto de la base de que el rasurado integral es una decisión personal. Y como tal es muy respetable, nada que juzgar en cuanto a lo que decida cada cual con su cuerpo. Pero esto no quita poder añadir que es innecesario hacerlo por cuestiones de higiene, es más, es un factor que puede predisponer más a diferentes tipos de vulvovaginitis. Evidentemente estamos diciendo que el rasurado es un factor de riesgo más, es decir, no tiene por qué generar invariablemente problemas a todo el mundo. Y más allá de las cuestiones médicas, siempre insisto es en lo siguiente: no es lo que haces sino por qué lo haces. ¿Por qué lo haces? Si lo haces por asco o por vergüenza tendrás que revisar estas creencias, ya que el vello púbico ni es antihigiénico ni debería causar vergüenza ninguna. Distinto es si lo haces porque realmente te gusta y te da la gana hacerlo por el motivo personal que sea, entonces perfecto, porque tu cuerpo es tuyo y tú decides. Pero ¿hacerlo por asco y vergüenza? ¿Por qué construimos esa motivación? ¿De dónde sale?

-Usted en sus stories imita las posibles reacciones de sus pacientes cuando van a su consulta por el tema de vello. ¿Cómo las tranquiliza?

Hice un sketch simulando un clásico que se da en la consulta. Paciente que antes de desnudarse intenta justificarse y casi pide perdón porque no se ha depilado. Me da mucha pena cuando veo a una persona tan avergonzada con algo de su cuerpo que es tan natural como la vida misma. Siempre les explico que es completamente irrelevante tener pelos o no para hacer una exploración ginecológica. Para que se les quite esa sensación de vergüenza suelo decirles cosas como ¡uy! pues mira, yo tampoco voy depilada y no pasa absolutamente nada ¿cómo me voy a asustar por ver pelos? por favor, no me pidas perdón por esto, no hay nada de qué avergonzarte.

-Cuesta creer que todavía hay mujeres que no saben diferenciar la vulva de la vagina. Nos ilustra, por favor.

Es muy sencillo. La vulva es la parte de los genitales que vemos por fuera: labios mayores, labios menores, monte de Venus... En la vulva entre los labios menores vemos dos orificios, uno delante que sería la uretra (parte final del sistema urinario) y otro detrás que es el orificio de entrada a la vagina. La vagina es ese tubo fibromuscular elástico que no vemos por fuera, si seguimos subiendo por este tubo tocaríamos el cuello del útero. Algunas mujeres que no conocen bien sus genitales, cuando se han tocado el cuello del útero por primera vez se asustan, algunas incluso han venido a la consulta diciéndome “creo que tengo un bulto dentro”.

-Su libro Hablemos de vaginas, imagino, que tirará por tierra un montón de mitos, ¿cierto?

-El título del libro es una forma simbólica de decir aquí vamos a hablar de lo que no se ve y de lo que no se suele hablar, desde varias perspectivas diferentes. Es un libro que explica de una forma muy sencilla (para que lo entienda cualquiera) conceptos que de entrada pueden parecer difíciles de entender, y curiosamente está gustando a muy diferentes perfiles: a gente que no tiene demasiada formación académica, a gente con formación (ya sea dentro de las ciencias y/o de las humanidades) e incluso colegas de profesión. Además de hablar de vaginas, clítoris, orgasmos, autoexploración, squirting... se habla de muchos aspectos y procesos de la sexualidad femenina de los que no se suele hablar, ni siquiera en el mundo académico. La primera parte es más sobre filosofía de la ciencia, desgranando qué pilares fallan en la medicina moderna de hoy (cientificismo, medicalización de la vida, supraespecialización, las consecuencias de la separación entre ciencias y humanidades...), después desde las neurociencias nos adentramos en cómo funciona el cerebro (hablamos de la fantasía sexual, de cómo nos vinculamos, la neurobioquímica del miedo, del amor,...), a través de la epigenética explico cómo lo que nos rodea en nuestras primeras etapas de la vida nos afecta a nuestra salud física y mental en nuestra etapa adulta, hablo de menopausia, menstruación, maternidad, programación fetal, duelo gestacional (un duelo socialmente negado que pasan las madres que pierden a sus bebés antes de nacer), hago un pequeño repaso histórico de aquello que llamaron histeria femenina, de cómo es la sexualidad femenina en todas las etapas de la vida, de los nuevos tabúes del sexo, de cómo nos afecta la ciclicidad de nuestras hormonas, cómo se interconectan los sistemas, cómo mejorar nuestra salud hormonal a través de los autocuidados...

-Vamos a ponernos serios, ¿qué podemos hacer para evitar los embarazos no deseados?

Esto es algo que también abordé en Hablemos de vaginas más extensamente, la educación sexual. Muy resumidamente le diré que la educación sexual comienza desde que nacemos. Es necesario entender cómo los tipos de crianza influyen mucho en cómo nos relacionamos en la etapa adulta. Cuando una persona ha desarrollado un apego evitativo o un apego ansioso va a tener un impacto en su manera de relacionarse y por tanto en su sexualidad. Por otro lado están los mitos y tabúes sociales que hay que derribar, son diferentes a los que había antes, en esto no podría extenderme porque necesitaría varias páginas más para desarrollarlo mejor. Y por otro está la creencia de que la educación sexual es simplemente enseñar a los adolescentes a evitar embarazos y enfermedades. Abordamos la educación sexual de una forma completamente mecanicista y separada de las emociones, los vínculos, el amor, el placer, el respeto... y claro, si solo enseñamos la parte negativa de la sexualidad y la separamos completamente de los afectos ¿dónde acuden para informarse de las demás inquietudes? A internet, y ya sabes lo que es googlear estas cosas, toda la industria del porno está ahí, al final acaban entendiendo la sexualidad de una forma completamente distorsionada, donde se cosifican los cuerpos y donde finalmente acaban accediendo a prácticas completamente irresponsables haciéndose mucho daño emocional y físico (ITS, embarazos no deseados...)