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La columna de Carla de la Lá

Cogerse un pedo con absoluto glamour

Betty Drapper en la Mad Men bebiendo
Betty Drapper en la Mad Men bebiendolarazon

En este farragoso asunto de la elegancia no hay nada más contraproducente que perseguirla, de ahí la divertidísima palabra “elegantioso” (dícese de aquel o aquella que se esfuerza en parecer distinguido o pretende serlo sin conseguirlo en absoluto).

En este farragoso asunto de la elegancia no hay nada más contraproducente que perseguirla, de ahí la divertidísima palabra “elegantioso” (dícese de aquel o aquella que se esfuerza en parecer distinguido o pretende serlo sin conseguirlo en absoluto).

Como saben, se acercan las grandes ocasiones del año, y con ellas las cogorzas de la mano de los aconteceres asociados a las cálidas temperaturas, todos regados, ahogados diría, en licor.

Atrás quedaron los ásperos días de plumífero y paño, de recogimiento y cuaresma; España se viene abajo de terrazas, ágapes y eventos, en estos tiempos de decoradores, papeles pintados, gin tonics con hortalizas, Influencers divinos y estilistas repipones.

Con cientos (miles) de horas de fiestas, trompas y papalinas a mis espaldas, tengo el asunto del protocolo y el encanto analizado pormenorizadamente y, como soy bondadosa, he decidido compartirlo con ustedes. Mis respetuosas sugerencias:

1- Para ser elegante lo mejor es no beber nunca, no fruncir el ceño nunca y no salirse del tiesto nunca, excepto cuando los demás no lo hacen. Hay que tener sentido del espectáculo como Fredy Mercury, Michael Jackson, Ivan Espinosa de los Monteros o el mismísimo Rappel.

2- Cogerse una moña en compañía de toda una localidad no tiene ningún interés estético, histórico, escenográfico ni, por supuesto, glamour. Y no me refiero exclusivamente a la feria de abril o a los Sanfermines, esta sorprendente máxima podría extenderse, por ejemplo, a una boda. Hay que rechazar enérgicamente la melopea pública.

Lo sé, queridos, el calor nos invita a beber para refrescarnos, a pimplar y a vestir inadecuadamente. Ténganlo presente y mientras puedan hagan acopio de fuerzas de flaqueza para resistir el día malo.

3- En general, vistan y beban con absoluto comedimiento y ponderación, a no ser que sin quererlo se encuentren rodeados de abstemios, de individuos en plena dieta cetogénica o simplemente de aburridos. Es más, les aconsejo en tales circunstancias que vivan, beban y que vistan como cerdos o como reyes consortes monegascos.

4- Si yo fuera un hombre, me pasaría la vida en smoking, uno nunca está lo suficientemente borracho o desatinado en el interior de un buen smoking. Les recomiendo, señores míos, comprarse uno porque sin duda lo amortizarán ustedes que pueden repetir sin que se note. Si prefieren alquilarlo también pueden, mi consejo: Sagaz

5- Para nosotras las mujeres, la elegancia estilística cuesta mucho más. Charlando con mi querida Ayanta Barilli, en Cita con Carla de La Lá (mi sección que se emite en su programa) me dice que con tanta presentación no para de comprar modelitos que sólo puede reutilizar alguna vez en actos privados. ¿Pero qué actos privados?, respondo. Con el advenimiento de las redes sociales no existen los actos privados... La buena noticia, es que empresarias avezadas como Olaia Pose, conocedoras de esta colectiva e insostenible dilapidación han decidido poner cartas en el asunto y facilitarnos la vida fundando empresas filantrópicas como Dresseos.

Háganme caso amigas: Ahorrarán, irán más guapas, harán gala de un gran corazón ecológico... Y lo más importante, una de las formas más habituales de perder los papeles sin perder el glamour es hacerlo en el interior de un maravilloso vestido; un buen look es la perfecta patente de corso.

6- ¡Otra sugerencia! Si beben, no intenten ligar bajo ningún concepto, a no ser que lo hagan con alguien infinitamente más borracho que ustedes.

7- A mí me pasaba mucho esto: cuidado con creerse más joven, bello o incluso ágil de lo que uno es en realidad. No se quiten la corbata, ni la camisa, ni los zapatos, ni se despeinen... ni pretendan emular personaje alguno de escena hollywoodiense, por el amor de Dios.

8- Si van a hacerlo miserablemente, procuren no bailar. Hay determinados movimientos de cadera que un hombre no debe realizar fuera del lecho, acompañado y sin calzones.

9- En cuanto a la charla, busquen a un colocutor en las mismas condiciones de ebriedad que ustedes o más. Si no lo hay, márchense a casa, o mejor a urgencias. No discutan si es posible evitarlo y mucho menos de opiniones y gustos, política, religión.... Si se descubren rodeados de imbéciles una reacción distinguida es sentarse en el sofá más próximo y departir amigablemente con uno mismo.

10- Beban de todo, menos cerveza. Menos aun si es artesana... se lo pido encarecidamente; además de oler fatal e irritar poderosamente la vejiga, les sumirá en una insípida somnolencia como de maestro paellero minutos antes de la siesta. La cerveza es de cobardes y un pedo bonito no planifica el momento, ni el lugar, ni el principio, ni el fin, ni la materia de su perdición.

11- Regresen a casa caminando, y no por conservar el carnet de puntos, ni por evitar un accidente; la catástrofe, el delito, la muerte e incluso el asesinato no están reñidos con la elegancia. No obstante, hacer algo de ejercicio les proporcionará una mayor calidad y profundidad en el sueño y durante el trayecto podrán entablar relaciones sanas y respetuosas con cualquiera de las farolas a su paso.

12- Con respecto a las consecuencias, negarlo todo al día siguiente, aun borrachos es fino. Para nota, aún más divertido y glamuroso, será aceptar psicopáticamente reconociendo con una sonrisa sexi los reproches de quien sea que nos los haga, puesto que las normas están hechas para la mayoría, no para nosotros.