
Salud
Cómo afecta el frío a los pies de los niños y qué hacer para prevenir problemas
En invierno los pies infantiles pueden sufrir. Descubre las causas más comunes y las mejores recomendaciones de los podólogos para cuidar su salud

Muchos padres creen que los problemas en los pies de los niños son más frecuentes en verano, debido a la aparición de hongos por el uso de piscinas. Sin embargo, el frío también puede generar múltiples patologías que afectan a la salud podológica infantil.
Según explica Irene García Garrido, podóloga especializada en posturología y directora de la clínica Podología García en Sevilla, el frío puede provocar que los niños cambien su manera de caminar para evitar el dolor. Este cambio en el patrón de la marcha puede derivar en molestias, dolores y alteraciones que antes no existían.
¿Por qué el frío afecta a los pies de los niños?
En invierno, los pies de los más pequeños pueden sufrir por varios motivos:
Tensión muscular y ligamentosa: el frío hace que músculos y ligamentos se contraigan, generando dolor y rigidez.
Problemas circulatorios: la vasoconstricción ralentiza la circulación sanguínea, lo que provoca sensación de pesadez y molestias.
Piel seca y deshidratada: la falta de elasticidad favorece la aparición de ampollas, heridas e infecciones.
Menor actividad física: los niños suelen moverse menos en invierno, lo que afecta a su musculatura y postura.
Principales problemas en los pies de los niños durante el invierno
Los especialistas señalan que las patologías más comunes en esta época del año son:
Sabañones: aparecen por los cambios bruscos de temperatura (pies fríos expuestos a calor directo).
Hongos: la humedad por calcetines o calzado poco transpirables favorece su aparición.
Debilidad muscular: la inactividad reduce la fuerza y puede contribuir al sobrepeso.
Postura antiálgica: los niños modifican su forma de caminar para evitar el dolor, lo que puede provocar tendinitis, fascitis plantar o molestias en tobillos, rodillas y espalda.
Disfunciones posturales: las alteraciones en la marcha repercuten en la columna, la mandíbula e incluso en la visión.
Impacto emocional: el dolor puede limitar su participación en juegos o actividades, afectando a la autoestima y a las relaciones sociales.
Cómo prevenir los problemas en los pies de los niños en invierno
La buena noticia es que existen medidas sencillas para cuidar los pies de los más pequeños:
Elegir un calzado adecuado: flexible, transpirable, de materiales aislantes, con suela antideslizante y puntera ancha. La talla debe dejar entre 1 y 1,5 cm de espacio desde el dedo gordo a la punta.
Mantener una correcta higiene: lavar con gel neutro, secar bien (especialmente entre los dedos) e hidratar la piel. El calzado también debe limpiarse y cuidarse para evitar hongos y bacterias.
Usar calcetines de fibras naturales: algodón o lana merino, que permiten una buena transpiración y evitan alergias.
Fomentar la actividad física: mantener a los niños activos ayuda a fortalecer la musculatura y prevenir el sobrepeso. También se recomiendan ejercicios y estiramientos específicos para los pies.
El invierno puede ser tan problemático como el verano para la salud podológica de los niños. Una correcta elección del calzado, la higiene diaria y la actividad física son claves para prevenir lesiones, molestias e infecciones en los pies.
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