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¿Cómo cambia la regla con nuestra edad?

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La regla es una de las circunstancias vitales más importantes en la vida fértil de una mujer y, sin embargo, la relación que la mayoría tiene con ellas es complicada por no hablar de mala.

La regla es una de las circunstancias vitales más importantes en la vida fértil de una mujer y, sin embargo, la relación que la mayoría tiene con ellas es complicada por no hablar de mala. Muchas mujeres la asocian como algo incómodo, que duele, que es tabú y que incluso llegan a detestar. Sin embargo es un proceso totalmente natural sin el cual no podríamos concebir.

Se podría decir -jugando un poco a las metáforas- que la regla es una compañera que nos sigue fiel durante toda nuestra vida fértil, pero que, al igual que nosotras mismas, va cambiando y evolucionando con la edad. Como nosotras, la menstruación que aparecía en nuestra adolescencia no es muy parecida a la que lo hace en la edad adulta ni la que nos visita cuando estamos sumergidas en la menopausia. Woom, la app que potencia tu fertilidad, nos da las claves sobre los aspectos más interesantes que debemos tener en cuenta con nuestra regla.

Desde el primer día en el que baja la regla -lo normal es que sea en algún momento entre los 9 y los 15 años- hasta el último día antes de la menopausia, la menstruación será diferente dependiendo de la etapa de la vida en la que se encuentre la mujer, como también lo serán los coágulos y flujo menstrual. Fundamentalmente, las mujeres atravesamos tres grandes etapas en la vida fértil: la primera comienza en el momento en el que se produce la menarquia -o primera regla- y dura hasta los 18 o 19 años; la segunda etapa es la más duradera, y suele comprender desde los 20 hasta los 45 años, -siempre en términos generales-; y finalmente la tercera comenzará con la premenopausia, que desembocará en la menopausia o cese de la regla, hacia los 50 años. A estas, podemos añadir, aunque no se trate de una etapa propiamente dicha, ya que es algo de depende de la voluntad de cada mujer, el embarazo, puesto que los cambios que se producen en la regla debidos al embarazo y el parto, son también muy destacables.

Ante todo hay que saber que la menstruación no obedece pautas muy concretas; tanto su duración, que suele oscilar entre los 3 a 7 días, como la cantidad de regla que expulsamos -varía entre 50 y 150 ml-, el color -desde carmesí o rojo oscuro hasta marrón los últimos días- o la textura, que a veces puede ser más espesa que otras y presentar o no coágulos, varía mucho de una mujer a otra, e incluso entre los ciclos de una misma mujer.

Las distintas etapas de la regla

Generalmente los primeros años de la regla los ciclos están marcados por la irregularidad. Puede que después de la primera regla la siguiente no se presente hasta pasados varios meses, o que en un mismo mes ocurran dos menstruaciones, una vez puede durar 2 días, a la siguiente 8... esta irregularidad es normal puesto que el sistema que regula las hormonas aún no está maduro. En torno a los 18 años -aunque esto también depende bastante del momento en el que vino la primera regla-, los ciclos comienzan a ser más regulares siempre y cuando no se tenga ninguna patología de alteración hormonal.

La segunda etapa, que suele mantenerse hasta, aproximadamente, los 45 años, es la más estable y regular; sin embargo, como ya dijimos, el volumen de sangrado, la duración y la frecuencia varían mucho dependiendo de cada mujer. Si bien, por lo general, las mujeres de mediana edad y con hijos tienen un ciclo menstrual regular, los cambios en el estilo de vida, alguna enfermedad, la actividad física excesiva, estar muy delgada o con sobrepeso pueden retrasar la regla e incluso hacerla desaparecer. Con el embarazo, como bien sabemos, la regla se detiene; después del nacimiento del bebé, se produce una revolución hormonal que pone en marcha el cuerpo de la mujer para su recuperación. Justo después del parto aparecen los loquios, un sangrado abundante sobre todo durante los primeros tres días después del parto que van poco a poco remitiendo aunque pueden alargarse durante varias semanas por el que se eliminan los restos de la gestación.

Lo normal es que después del parto las mujeres vuelvan a tener las menstruaciones similares a como eran antes de quedar embarazadas; sin embargo, tampoco es raro que algunas perciban ciertos cambios tanto en la regularidad -se dan muchos casos de mujeres que tenían ciclos irregulares antes de quedar embarazadas y de repente ven que su menstruación se ha regularizado-, como en la abundancia o en el dolor menstrual.

Finalmente, la premenopausia viene marcada por una vuelta a la irregularidad. Con el paso de los años los ciclos tienden a acortarse, debido a cambios en la ovulación y a la disminución en la producción de una de las hormonas femeninas en el ovario más maduro. Estos cambios se producen de una manera muy progresiva: poco a poco los ciclos además de irregulares van siendo menos frecuentes y abundantes. Puede pasar que tras una regla muy ligera le siga otra muy abundante. Durante este época es muy difícil predecir los ciclos y, aunque las posibilidades de quedar embarazadas están muy disminuidas, la probabilidad existe, por lo tanto, hay que tener cuidado con no abandonar la contracepción si no se desea un embarazo.