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Estar todo el día sentado en la oficina no es síntoma de productividad necesariamente

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Seguro que les suena: la cultura del “culete” en la silla. O hacer tantas horas como el jefe y un poquito más. O perder el tiempo frente al ordenador pero no trabajando y haciendo que no paras en todo el día.

Seguro que les suena: la cultura del “culete” en la silla. O hacer tantas horas como el jefe y un poquito más. O perder el tiempo frente al ordenador pero no trabajando y haciendo que no paras en todo el día. Todo esto, por supuesto, acompañado de repetir de manera constante y en voz alta las horas que uno le echa al trabajo. Pero, ¿es esto lo mismo que productividad? Obviamente, no. La productividad, de hecho, no tiene que ver con el número de horas invertidas sino con la gestión del tiempo a la hora de trabajar.

En muchos lugares de trabajo prevalece la absurda creencia de que cuantas más horas se trabaje, mayor será la productividad y mejor valorado se estará cuando la realidad es totalmente opuesta, porque trabajar y no disfrutar del trabajo es lo que hace el trabajo aburrido y a la larga las personas se enferman por ello. Cada persona debe cuestionarse y plantearse qué le hace un mejor trabajador dando al cerebro un tiempo de inactividad o desconexión, que es muy necesario para la salud mental.

Mucha gente se siente culpable por tomar los descansos necesarios durante la jornada laboral o por trabajar menos horas por día. Pero si se permiten un descanso, trabajarán con más ganas, y sino lo gastarán de manera furtiva haciendo algo sin alegría o de forma insatisfactoria, como sentarse en el escritorio delante del ordenador y navegar por sitios web que no contribuirán a conseguir la felicidad ni ayudarán a ganar productividad.

En cambio, lo que se debería hacer es perder el tiempo yendo de paseo, descansando en un parque o simplemente mirando por la ventana y pensando en nada en particular. Incluso darse un atracón de televisión, siempre que se disfrute realmente, y uno no se sienta más culpable por ser un ‘vago’ tirado en un sofá, porque puede tener un efecto de alivio psicológico y se conseguirá recargar las pilas y eliminar el desorden, lo que libera un espacio precioso en el cerebro, permitiendo a esa persona ser más eficiente y efectiva en el trabajo.

La conclusión es que adorar la productividad y minimizar la relajación no solo es poco saludable, sino que es totalmente innecesario y contraproducente. Y que hay que plantear ajustar el balance del tiempo dedicado al trabajo y el tiempo dedicado a descansar o desconectar.

María José Capdepón CCO de tiendas.com en base al planteamiento anterior ha declarado que: “Lo más probable es que el nivel de productividad de la persona no cambie, pero sí el sentido de calma y plenitud que sentirá. Y a la larga es una inversión en la salud de uno mismo, y por ende en la salud de la empresa”.

Es importante recargar el cerebro para volver al trabajo con más ganas y más fuerza, si cabe. Por ello, desde tiendas.com recomiendan 5 cosas que se deben hacer para mejorar la productividad en el trabajo:

-Encontrar el mejor horario de trabajo. Realizar el trabajo más duro cuando se esté más alerta. Para todos los creativos esto cambia: es mejor hacerlo cuando estén más cansados. Algunas de las mejores ideas vienen cuando están agotados.

-Organizarse. Una mala organización implica pérdida de tiempo por lo que baja considerablemente la productividad. Organizarse las tareas por horarios facilita muchísimo el trabajo.

-Adiós facebook, redes sociales... Tienes ordenador y nadie te controla y al salir de casa hiciste un comentario en un muro de facebook y ahora te llegan las notificaciones. Si no sabes decir no a estos enemigos de la productividad, desinstala las redes sociales de tu móvil y bloquea los accesos desde los ordenadores a las mismas.

-Momento siesta o cabezadita. Una siesta de 30 minutos al mediodía puede ayudar a reorganizar todos los detalles de la reunión de la mañana y despejar la mente para obtener nueva información. Hay distintos accesorios que se pueden llevar a la oficina para tener esa pequeña cabezada con más comodidad.

-Moverse y activar el cuerpo. El ejercicio hace bien al cuerpo. Aumenta el estado de alerta mental y golpear un saco de boxeo parece una gran idea, realizar ejercicio antes de iniciar la jornada laboral ayudará a estar más activo mentalmente.

-Enfoque. Mantenerse alejado de la multitarea: hace que el cerebro sea menos productivo y menos eficiente. En su lugar, elegir una tarea y hacerlo todo de una vez. El correo electrónico debe chequearse durante un período de tiempo concreto y cerrarse luego para evitar distracciones, por ejemplo, al llegar a la oficina, después a media mañana, antes de comer etc. a menos que se trabaje en el aré a de soporte o de atención al cliente, etc.

-Meditar (o rezar) durante 5-10 minutos puede fortalecer los músculos mentales disminuyendo la ansiedad y aumentando la memoria. Encontrar el espacio para ello, es necesario, o bien proveerse de unos auriculares para evitar distracciones imprevistas y que no permitan una perfecta meditación.