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Hijas anoréxicas. ¿Qué podemos hacer?

Hijas anoréxicas. ¿Qué podemos hacer?
Hijas anoréxicas. ¿Qué podemos hacer?larazon

Según la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), unas 26.000 chicas padecen este tipo de trastornos, lo que supone el 6 por ciento de la población femenina joven. Otros 2.000 chicos han desarrollado también alguna de estas enfermedades.

Según la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), unas 26.000 chicas padecen este tipo de trastornos, lo que supone el 6 por ciento de la población femenina joven. Otros 2.000 chicos han desarrollado también alguna de estas enfermedades. Los trastornos de conducta alimentaria suponen la tercera enfermedad crónica en la población de entre 15 y 29 años. Se calcula que el 11,5 por ciento de las jóvenes tienen un riesgo elevado de padecerla. Además, «si inicialmente se hablaba de un problema propio de la adolescencia, en los últimos años se ha extendido a la población joven y adulta», señala la ACAB. En este sentido, la entidad apunta que el 60 por ciento de las consultas sobre este tipo de trastornos que recibe son de personas de más de 24 años.

El origen de esta disfunción es multifactorial. Puede ser biológico, psicológico o sociocultural, e, incluso puede deberse a una combinación de éstos. Además, la enfermedad no suele venir sola. Depresión, ansiedad o trastornos de la personalidad son algunas de las patologías que se le asocian. Todo ello implica que el abordaje del trastorno debe abarcar diferentes aspectos que incluyen el sanitario, el psicosocial, así como la concienciación y prevención desde los diferentes estamentos con autoridad, ya sea la Administración, la familia o un docente, por ejemplo.

Sara Pérez-Tomé, psicóloga en Sophya lo advierte: “Los adolescentes son el grupo social más vulnerable y al que más le influye el entorno verbal, no verbal y para-verbal que les rodea. Además hay determinadas personalidades más predispuestas que otras a terminar cayendo en la enfermedad psiquiátrica grave de la Anorexia y la Bulimia. Por eso no hay que descuidarse con el mundo adolescente ya que ninguna influencia es gratuita y cualquier experiencia repetida o no, puede alcanzar en su mente y corazón el rango de interferencia o de referencia vital con mas peso que su propia vida.

Primera meta: “Quiero estar tan delgada como...”

Vivimos en una sociedad donde la imagen corporal, vale más que mil palabras y por eso un voluntariado o el esfuerzo personal de alcanzar una meta académica, vale mas que mil argumentos. Hay determinados comportamientos que sin ser llamativamente anti-estéticos están abocados al rechazo, al bulying o al ninguneo más hostil entre los adolescentes. El carisma adolescente se cuenta por los kilos de menos y por tatuajes de más..., quedándose en segundo plano su auto-cuidado integral, aunque sea a costa de enfermedades orgánicas en algunos casos irreversibles.

Hoy y ahora todos (padres, adolescentes, profesores) somos responsables de estos desenfoques sociales dando más valor del que se necesita a determinadas modas y conductas:

-Magnificar el valor de los ídolos, las celebrities, los influencer o los Youtuber son en parte uno de los problemas.

-La publicidad y todo el marketing de un rol especifico que nos invade a través del consumo de moda, alcohol, perfumes...también suma.

-La moda y sus peculiares tallajes en determinadas tendencias y las modelos que se exhiben también son determinantes para verse uno bien cuando se viste y le miran.

Pero la familia, que tiene un rango de influencia mucho mayor que la calle, es donde cualquier experiencia se vive desde la intimidad personal pero puede desencadenar entre el grupo familiar ciertos hábitos y/o trastornos como la anorexia atención y/o abandono que pueden sufrir los adolescentes por parte de sus padres por el simple planteamiento educativo de que ya no me necesitan tanto porque que ahora ya son mayores y se valen por sí mismos...

Los padres deben ser unos auténticos profesionales de la educación de sus hijos en muchos aspectos que hoy en día se delegan fuera del hogar cuando realmente se deben aprender dentro de la familia con los padres como verdaderos líderes de lo que enseñan a sus hijos:

NO a la comida basura de manera usual.

NO a la falta de orden en el número de comidas y en el horario de las mismas

NO a los comentarios hirientes o sarcásticos sobre el aspecto físico de algún miembro de la familia y sobre todo en edad adolescente.

SI a una buena educación nutricional familiar integral de padres a hijos.

SI a comer juntos en familia al menos una vez todos los días.

SI a la presencia de los padres en el hogar con la necesaria intensidad que cada hijo necesita para proteger su autoestima y combatir su posible soledad acompañada que puede sentir aunque este rodeado de amigos y hermanos.