Actualidad

Lenguaje

Incluir el lenguaje inclusivo, perdón, inclusive

Opinión

Letras escritas en piezas de madera | Fotografía de archivo
Letras escritas en piezas de madera | Fotografía de archivolarazon

Paso de malas influencias. Me han convencido. Para hacerles a ustedes más fácil la transición hacia un uso responsable e inclusivo del lenguaje, les he preparado un resumen.

Me pillan ustedes liada. Creía que iba a ser más fácil, pero me ha costado lo mío ponerme con lo del lenguaje inclusivo. No será por falta de voluntad: me he descargado varias guías y documentos en pdf, he lanzado por el balcón el María Moliner y no he vuelto a entrar en la web de la RAE. Paso de malas influencias. Pero creo que el esfuerzo ha valido la pena y ya lo tengo. Me han convencido. Así que, para hacerles a ustedes más fácil la transición hacia un uso responsable e inclusivo del lenguaje, mucho menos sexista y más justo con todos los colectivos, les he preparado un resumen. Para que puedan ir introduciéndolo sin dramas en su vida diaria.

En primer lugar, es necesario acabar con el uso del masculino como genérico y como neutro. Es sexista. Así que vamos a evitarlo. Cuando nos refiramos a un grupo mixto de personas, no lo utilizaremos. Da igual que en castellano coincida, en algunas ocasiones, el masculino con el neutro y con el genérico. Acabemos con esa coincidencia, que no es tan coincidencia y no es tan inocente. Que os tenemos calados, académicos. Por mucho que tengamos que invertir más tiempo para decir lo mismo, es preciso que lo hagamos. Aunque haya que alargar palabras o añadir otras del todo innecesarias para la comprensión del mensaje. A tope con el sesquipedalismo. A muerte con los archisílabos.

Así, en lugar de referirnos a “los profesores”, hablaremos de “el personal docente”. Lo mismo con genéricos como “los niños” o “los adolescentes”. Nos referiríamos a “Los niños y las niñas” o “los adolescentes y las adolescentas”. O “mi gabinete de asesoría” en lugar de “mi asesor”, para no caer en androcentrismos claramente discriminatorios.

Es también muy necesario evitar el genérico masculino para hacer referencia a las mujeres que desempeñan una profesión. Esto también es machista. Debemos aludir a ellas como “abogada”, “fotógrafa”, “médica” o “bedela”, sustituyendo siempre la terminación masculina genérica por la femenina. Cuando coincidan dos profesionales de distinto género en el espacio y en el tiempo, nos referiremos a ambos en singular y no en plural genérico y masculino.

Por ejemplo, no diremos bajo ningún concepto que “los médicos nos dieron los resultados”. Utilizaremos un mucho más correcto “la médica y el médico nos dieron los resultados”. O, en lugar de exclamar “consultaré con mis abogados”, un “consultaré con mi abogada, mi abogado y mi otro abogado”. O bien, en lugar de “tengo cita con el notario”, “tengo cita con la notaria, el auxiliar de notaría, el secretario del despacho y la conserja del edificio”. Es, quizás, algo más largo y farragoso pero mucho más respetuoso con todas las sensibilidades.

Trataremos por encima de todas las cosas, de la claridad del mensaje incluso, de no invisibilizar a ningún género y ser inclusivos con todas las diversidades existentes en nuestra sociedad. Así, deberemos prestar especial atención a la terminación de artículos determinados, pronombres y, en general, todos los elementos de una frase susceptibles de ofender por su cualidad de aludir a masculino o femenino, obviando y excluyendo por lo tanto a las personas trans, bi, a, cis, queer , inter o pan (disculpen si me dejo alguno). De este modo, “los niños” o “los niños y las niñas” pasarán a ser “les niñes” y “elles” sustituirá a “ellos” o “ellos y ellas”. Por supuesto, para referirnos a la totalidad de los miembros de un grupo, hablaremos de “todes” y no de “todos” o “todos y todas”.

Como estoy muy a favor de la causa, atentos, que viene mi arenga:

Amigas y amigos, conocidas y conocidos, desconocidas y desconocidos, lectores todes:

Es necesarie que nuestra idioma se adapte a les tiempes actuales. Nuestra lengua es, hoy en día, discriminatoria hacia el género femenino y hacia varies y diverses colectividades. Está en nuestres manes llevar a cabo les cambies precises para acabar de una vez por todes con el androcentrismo lingüístico; que no es más que el refleje de unes actitudes machistes enquistades en nuestre socieded camufladas de erudición y corrección gramatical. Puesto que les lengues son una herramienta social viva y, por le tante, cambiante, es de recibo que se vea adaptada a las nuevas demandas de ese socieded a la que sirve. Y ese socieded está pidiendo a grites que la igualdad sea, por fin, efectiva y patenta. Más allá de representación, visibilidad y reconocimiento social, de cuotas en puestes de alta dirección, de conciliación, oportunidades y dereches. Una igualdad real. Aquí y ahore.

Sé que puede resultar al principie un poque confuse y liose. Pero con práctica y buene voluntad por parte de todes, llegaremos a utilizar el lenguaje inclusivo con soltura y normalidad. Es justo y necesario para que todes nosotres nos sintames realmente contemplades, con nuestres especiales circunstancies y característiques, en un mecanisme social de vital importancia como es el lenguaje. Al principie nos sentiremos un poco mal por saltarnos a la torera y al torero las más elementales normas ortográficas y gramaticales. Pero pronto nos daremos cuenta de que La Causa está por encime de tode. Que les regles vulneran nuestres dereches. Que es muchísime más importante que nadie absolutamente se sienta ofendide, por muy peregrine que sea la razón, que respetar y cuidar una lengua riquísima como la nuestra. El inmovilismo es otra forma de perpetuar privilegios. Y los privilegios son masculinos, blancos y heterosexuales. Eso lo sabe tode el munde.

No quiero parecer oportunista ni oportunisto al atreverme a pedir, ya que nos ponemos a hacer cambies, que acabemos con la H a principio de palabra. Total, es muda y solo sirve para confundir a la hora de escribir. Pido también unificar B y V, lo que facilitará la vida académica de nuestres niñes, que no tendrán que aprender cuando escribir une y cuando la otre sonando ambas igual como suenan.

No descansaremos, voy avisando, hasta que nuestres requerimientes se vean satisfeches. Unamos nuestres fuerces. Yo os apeleo a todes: periodistas y periodistos, electricistas y electricistos, maquinistas y maquinistos, ebanistas y ebanistos, latifundistas y latifundistos, piragüistas y piragüistos, anestesistas y anestesistos, exorcistas y exorcistos,... Socieded entere. Sin excepciones ni exclusiones. Por un lenguaje inclusivo obligatorie.

Todes a une como Fuenteovejune.

(Que Lope de Vega me perdone).

Rebeca Argudo es periodista.