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¿Qué ventajas aporta tener un seguro médico para seguir mi embarazo?

Básicamente un seguimiento más exhaustivo del embarazo y postparto

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Contamos con una sanidad pública envidiable, no obstante muchas mujeres, a la hora de decidir tener hijos se sienten más cómodas y seguras teniendo un seguro médico por dos razones principales: una es porque con los seguros privados se tiene un seguimiento más exhaustivo del embarazo, generalmente una vez al mes se visita al obstetra y dos porque a la hora de dar a luz se tiene una habitación individual sin necesidad de compartirla en un momento tan íntimo y delicado.

Tras la decisión de formar una familia y la intención de tener un bebé, muy a menudo surge el mismo dilema: “¿Deberíamos contratar un seguro médico para el embarazo?”. Contamos con una sanidad pública envidiable, no obstante muchas mujeres, a la hora de decidir tener hijos se sienten más cómodas y seguras teniendo un seguro médico por dos razones principales: una es porque con los seguros privados se tiene un seguimiento más exhaustivo del embarazo, generalmente una vez al mes se visita al obstetra y dos porque a la hora de dar a luz se tiene una habitación individual sin necesidad de compartirla en un momento tan íntimo y delicado.

Laura Corbella, directora comercial de iSalud.com con más de 15 años de experiencia en el sector asegurador considera que “puede darse el caso de que uno de los miembros de la pareja disponga ya de un seguro de salud, pero es muy probable que, hasta la previsión de la llegada de un bebé, no se haya necesitado nunca un seguro médico”. Si este es tu caso y ya ves venir la avalancha de visitas de seguimiento del embarazo, ecografías y ginecólogos, la contratación de una póliza para el embarazo puede convertirse en algo muy útil que te dará tranquilidad en todo el proceso. Desde lo más básico, hasta la información acerca de que debes tener en cuenta al viajar en avión embarazada.

Ventajas de disponer de un seguro privado durante el embarazo

“Ya sea durante el embarazo, en el mismo parto o en la fase postparto, la llegada de un bebé supone siempre una gran cantidad de visitas médicas, consultas con especialistas y visitas al pediatra. Disponer de un seguro médico durante esas primeras etapas de maternidad nos facilitará mucho las cosas y pondrá a nuestro alcance servicios y tratamientos clave para el bienestar de la madre y el bebé”, asegura Corbella.

Muchas pólizas cubren el seguimiento y la vigilancia de la gestación, dando a las futuras madres acceso a ginecólogos, obstetras y otros especialistas encargados del control del embarazo. En caso de haber superado el periodo de carencia, la gran mayoría de pólizas cubren también la hospitalización por parto, lo que incluye la cobertura para el recién nacido hasta el momento del alta hospitalaria.

Una vez en casa, disponer de un seguro médico nos dará acceso también a todos aquellos pediatras que formen parte del cuadro médico de nuestra compañía y, en muchos casos, nos permitirá disponer de tratamientos y recomendaciones enfocados al bienestar de la madre tras el parto.

¿Hay carencias y exclusiones en este tipo de seguros?

Pero para disponer de todos estos servicios, antes debemos haber contratado un seguro de salud. La representante de iSalud.com lo tiene claro: “los trámites y labores administrativas pueden parecer algo secundario en el momento en que nos decidimos a tener un bebé, pero en realidad es una de las primeras cuestiones que se ha de considerar, ya que todas las compañías aseguradoras cuentan con periodos de carencia y casos de exclusión para los casos de embarazo y eso provoca que el tiempo juegue en nuestra contra”.

La gran mayoría de aseguradoras suelen tratar los casos de embarazo previos a la contratación como un hecho preexistente. Eso significa que existe un periodo de carencia, es decir, un intervalo de tiempo fijado por la aseguradora y que marca los meses que debemos llevar como asegurados antes de poder hacer uso de los servicios relacionados con el embarazo.

La duración de los periodos de carencia en caso de embarazo varía entre las diferentes compañías, pero siempre oscila entre los 6 y los 10 meses. Esto significa que deben pasar entre 6 y 10 meses desde la contratación de nuestra póliza de salud para que podamos empezar a hacer uso de los servicios y coberturas relacionados con el embarazo y el parto.

Aunque todas las aseguradoras cuentan con productos que cubren los tratamientos derivados del embarazo, es cierto que la mayoría de compañías no acepta a mujeres ya embarazadas como nuevas clientas. O en todo caso, se aceptan como clientes, pero su cobertura no contempla el parto o demás servicios vinculados a la maternidad.

Es por este motivo que se debe considerar la contratación de un seguro privado desde los primeros instantes en los que nos planteamos tener un bebé. En caso contrario, tan solo dos aseguradoras nos permitirán disponer de los servicios de seguimiento del embarazo y asistencia en el parto sin carencias: DKV Seguros y Sanitas.

Información elaborada gracias a la colaboración de WoomFertility