Psicología

¿Sabes qué es una persona con síndrome de Asperger?

Es un trastorno general del desarrollo, forma parte del Trastorno del Espectro del Autismo

Sheldon Cooper (’The Big Bang Theory’) es un personaje de ficción con rasgos de Asperger
Sheldon Cooper (’The Big Bang Theory’) es un personaje de ficción con rasgos de Aspergerlarazon

El Síndrome de Aspergeres un trastorno general del desarrollo, forma parte del Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), se caracteriza por una marcada alteración social, dificultades en la comunicación, déficit en la capacidad de juego y un rango de comportamiento e intereses repetitivos, sin una dificultad significativa en el lenguaje, ni cognitivo. Miriam Agudo de la Clínica Ciprea nos da las claves.

El Síndrome de Asperger (SA) se ha interpretado, hasta el momento, desde las teorías cognitivas, como una falta de empatía porque no comprenden los pensamientos y sentimientos de los demás, éstas personas no pueden imaginar la mente de los otros, ni anticiparse a sus respuestas. Poseen un estilo cognitivo diferente, en el cuál, les cuesta encontrar sentido a las situaciones y eventos e integrar los aspectos cognitivos y afectivos de la misma, según la realidad, y representa un pensamiento sistemático basado en reglas, con una dificultad en la capacidad de mantener la atención para conseguir una meta o un resultado.

Se desconocen los factores de riesgo, como los antecedentes familiares, prenatales o perinatales que afecte a los genes, pero aún está en estudio. La persona con Asperger puede haber progresado en los años de primaria como excéntrico y retraído, esa conducta de aislamiento puede confundirse con una personalidad esquizoide, sus intentos de unirse a actividades sociales están relacionados con el ridículo, causando en la adolescencia una posible depresión, en algunos casos o ansiedad y pueden alcanzar niveles que requieran tratamiento.

En cuanto a la comorbilidad el 65% tienen síntomas de inatención con o sin hiperactividad, trastorno de tic en el 80%, Síndrome de Tourette en el 20%, desordenes afectivos en el 24%, depresión 15%, ansiedad no especificada en un 35%, principalmente por pánico, agorafobia, fobia social, ansiedad de separación y miedo a injurias físicas.

Es importante un diagnóstico temprano del S.A, para un tratamiento adecuado. Tanto Leo Kanner como Hans Asperger, describen el síndrome como niños con una pobre interacción social, comunicación y desarrollo de intereses especiales. En los años 90, fue prevaleciendo la idea, de que el Síndrome de Asperger es una variante del autismo y un trastorno generalizado del desarrollo. Ahora es considerado como un subgrupo dentro del espectro autista y con sus propios criterios diagnósticos.

Los doctores Garnett y Attwood, con base en los criterios diagnósticos del DSM-IV, presentaron en la Conferencia Nacional del Autismo en Brisbane, Australia en 1995, lo que denominaron una Escala Autraliana , que es un Cuestionario diseñado para identificar las conductas y habilidades del Síndrome de Asperger y poderlo diagnosticar en edad escolar.

Lorna Wing describió, 1983, las principales características clínicas del Sindrome de Asperger como:

  • Carencia de empatía
  • Interacción ingenua, sencilla, inapropiada y de una sola dirección
  • Muy poca habilidad para tener amigos
  • Lenguaje pedante y repetitivo
  • Comunicación no verbal muy pobre
  • Intensa absorción por determinados temas
  • Movimientos torpes y pocos coordinados, además de posturas extrañas

Analizando de forma más detallada su forma de procesar la información, hay una repercusión en su adaptación en el medio, y en la sociedad, en general.

Conducta social

La conducta social, está bastante afectada en SA, hoy en día el éxito personal y social parece estar más relacionado con la sociabilidad y habilidades interpersonales del sujeto que con sus habilidades cognitivas e intelectuales

Las personas Asperger, son ingenuos, se aíslan y muchas veces el acercamiento a otros es inapropiado, les cuesta realizar un juego con los demás niños y puede llegar incluso a tener pánico si se le obliga a jugar en grupo. Desconocen los “códigos de conducta” que de alguna manera están implícitos en la sociedad, y puede verse comprometido en situaciones embarazosas. Les cuesta mucho mantener el contacto visual, identificar y expresar, sus propias emociones y las de los demás.

Las recomendaciones para ayudarles en este aspecto sería trabajar la socialización, fomentando el juego cooperativo, inscribiendo al niño en asociaciones y actividades para que conozca a niños, juego con un niño en casa, donde pueda modelar conductas, y trabajar la gestión emocional.

Lenguaje

El lenguaje, se caracteriza por ser formalmente pedante, con una prosodia extraña y deterioro de la comprensión, incluyendo errores de interpretación del sentido literal o implícito. Algunos estudios sugieren, que al menos el 50% de los niños con SA, tienen retraso en su desarrollo del lenguaje, pero normalmente hablan con fluidez a los 5 años (Eisenmajer et al, 1996).

La mayor dificultad reside en la pragmática o el uso de la conversación en un contexto social, mostrando comentarios irrelevantes, interrupciones en momentos inadecuados o hablar a la vez que los demás. Los SA tienen una habilidad de inventar palabras extrañas (neologismos), esto es uno de los aspectos más creativos y fascinantes. Algunas veces necesitan vocalizar sus pensamientos, cuando juegan solos o con otros para ordenar sus ideas. Los niños pueden hablar mucho o poco, algunas veces su entusiasmo por un área de interés les lleva a tener conversaciones locuaces, en contraste, algunos niños pueden tener periodos que estén más callados, o incluso con despistes de palabras y tartamudeo cuando están ansiosos.

Tanto profesores como padres pueden enseñar a los niños al “arte de la conversación” a evitar un lenguaje con falta de precisión y abstracción, al uso de metáforas, al pararse a pensar las cosas antes de hablar, a modificar el ritmo y entonación para enfatizar en lo relevante de la conversación.

Otro aspecto que dificulta mucho al S.A, en la sociedad, es la tendencia a los intereses restringidos y a las rutinas, eso repercute en que amplíe sus intereses por otras actividades. Muchas veces el problema reside, en que esas ocupaciones suelen ser en solitario, se convierten a veces en una obsesión, y dominan gran tiempo de la persona y su conversación con otras personas, se reducen a un tema que les apasiona, usando tecnicismos, en muchas ocasiones, monopolizando la conversación, ya que le da seguridad y reduce su ansiedad. Además necesitan controlar todo, ya que las novedades, el caos y la incertidumbre les causa mucha ansiedad.

Por ello y para ayudar al niño con SA, se recomienda limitar la duración de la actividad en solitario y ampliar actividades sociales, e intentando exponerle a los cambios, poco a poco, que no es tolerado fácilmente. Para ello los padres deben de intentar que sus hijos se comprometan en otras actividades. Les motiven y que de esa manera se reduzca la ansiedad social.

Uno de los primeros indicadores de la torpeza motora es que algunos niños con SA aprenden a andar unos pocos meses más tarde de lo que se esperaría (Manjiviona y Prior 1995). Principalmente se ve afectada la locomoción, (caminan sin el movimiento asociado a los brazos), en habilidades básicas de coger y tirar el balón, problemas de equilibrio, destreza en actividades manuales, escritura, movimientos rápidos. Algunos estudios recientes de Eric Courschesne identificó anormalidades en determinadas partes del cerebelo, cuya función principalmente es la de regular el tono muscular, los movimientos de las extremidades, la coordinación de los movimientos, del equilibrio y de la modulación sensorial. Expertos como fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales pueden ser de gran ayuda para el niño. Por otra parte aumenta la probabilidad que desarrollen Síndrome de Tourette, movimientos rápidos, repetidos e involuntarios (hábitos nerviosos) que pueden ser de carácter vocal, y de conducta, que ayudan para reducir esa ansiedad.

Cognición

La cognición del SA, se caracteriza por una inflexibilidad del pensamiento, tienen una única aproximación del problema y necesitan aprender a pensar alternativas. Tienen dificultades a comprender pensamientos de otros, por eso es bueno estimularles a que se pare y piense cómo se puede sentir una persona antes de hablar o actuar, tienen memoria de forma visual. Son muy hábiles en áreas de lectura, ortografía y con los números pero con una pobre comprensión de las palabras o de la narración.

Por último son, en ocasiones, altamente sensibles a los sonidos y al contacto. Algunos Asperger evitan los ruidos, porque les resulta insoportable, muchos niños usan la distracción, la mala conducta o el aislamiento como reacción a sonidos que tanto profesores como padres, les resulta insignificantes. Determinadas áreas del cuerpo parecen ser más sensibles, el pelo, los brazos y la palma de la mano. Por eso pueden tener problemas al ir a cortarse el pelo, o a tocar ciertas texturas como la plastilina. Afortunadamente existe la “Terapia de integración sensorial” que puede ayudar a reducir la sensibilidad táctil.

En definitiva, el niño Asperger percibe y procesa la información de forma diferente con muy buenas capacidades cognitiva, en algunas ocasiones, principalmente en áreas de memoria visual, siendo muy buenos en matemáticas y ciencias. A pesar de ello, no hay dos niños con Asperger iguales, el tratamiento debe de ser individualizado con intervención multidisciplinar, en algunas ocasiones, puede requerir medicación.

Principalmente, para una buena adaptación y reducción de la ansiedad en el niño y en los padres es fundamental, la concienciación del Síndrome, el autocontrol, el entrenamiento en las habilidades sociales, y entrenar a los padres en el comportamiento de los niños para mejorar la solución de los problemas. El diagnostico temprano evita el desarrollo de dificultades futuras en el estado de ánimo como puede ser la depresión o la ansiedad.