Psicología

¿Se puede ser un poquito infiel?

No todas las infidelidades tienen un contacto carnal por medio

Mujer hablando por teléfono
Mujer hablando por teléfonolarazon

¿Tontear con un compañero de oficina por wasap es una infidelidad? ¿Dónde están los límites de la fidelidad? Cada pareja pone los suyos.

“Llevaba quince años casada y dos hijos rozando ya la adolescencia. Nos llevábamos bien y, como todas las parejas, teníamos nuestros altibajos. A los años de casados había que sumar cinco de novios lo que a mis 45 años implicaba llevar desde los 25 con Antonio. En mi trabajo me ascendieron de un día para otro y empecé a dirigir un departamento con más de 70 empleados repartidos por toda Europa lo que significó empezar a hacer muchos viajes. Comencé a perder peso y a sentirme mucho más atractiva. Y con ese sensación de nueva “libertad” tan diferente a las rutinas de los años anteriores en los que como una autómata iba de casa al trabajo y viceversa, me empecé a dar cuenta de que seguía siendo atractiva. Tanto es así que un compañero de la oficina de Bruselas empezó a chatear conmigo en wasap y pasó de lo profesional a lo personal en cuestión de semanas. Fue todo muy sutil hasta que me di cuenta un buen día que, si no me escribía, me sentía como rara. En uno de los viajes, al salir de una renión nos fuimos a tomar una copa y se me declaró y ahí tuve claro que había llegado demasiado lejos y debía cortar inmediatamente esa situación si no quería echar por tierra mi compromiso con mi familia. Entonces me planteé si había sido o no infiel y en qué medida había sido responsable de haber transmitido a aquél compañero una idea de querer tener algo con él más allá del flirteo”.

Quién habla así es Lorena G. una ejecutiva de 45 años que se planteó si esas conversaciones por wasap con su compañero podrían ser consideradas una infidelidad o un pequeño flirteo sin importancia o como se llama ahora una microinfidelidad. ¿Qué opinan los expertos?

Según el coach especialista en la gestión del divorcio, Carlos Miguel Fernández, se definen “como un conjunto de acciones en los que un miembro de la pareja muestra interés o atención, ya sea física o emocionalmente, por otro persona. El hecho de anteponer el prefijo micro se debe a que no llega a ser una infidelidad propiamente dicha, sino más bien pequeñas acciones que no han llegado a una intimidad sexual o emocional”.

Podríamos decir que alguna de estas infidelidades a pequeña escala se producen cuando envías mensajes a alguien por Whatsapp o redes sociales ocultándolo a tu pareja o cuando anotas en tu agenda del teléfono un nombre falso para despistar a tu compañero. También es una microinfidelidad si te arreglas más para conseguir la atención de un tercero o cuando tratas de retomar el contacto con tu expareja. A veces son actos inconscientes pero que delatan que algo está cambiando en tu relación.

Dime qué escondes y te diré si eres infiel

En algunas ocasiones ni uno mismo está seguro de estar cometiendo una microinfidelidad, pero ciertas actitudes delatan y pueden indicar si tu pareja te está engañando o tú mismo estás entrando en el círculo de la infidelidad. Es cuestión de analizar y preguntarse.

● Si te relacionas con alguien que no es de tu círculo amistoso pero se muestran signos de atracción.

● Cuando se ocultan conversaciones o no se indica a los demás que ya tienes un compromiso.

● Si criticas a tu pareja con una tercera persona.

● Si se mantienen conversaciones subidas de tono o material erótico con otras personas fuera de la pareja.

Cuando dos personas se unen en una relación de pareja es fundamental hablar con claridad y establecer límites de manera que la otra persona sepa hasta qué punto su comportamiento puede causar daño emocional en su pareja y por lo tanto perjudicar la relación.

Carlos Miguel Fernández indica que “pretender que tu pareja solamente se sienta atraída por ti durante toda la vida es algo sencillamente imposible. La atracción es algo que no se puede controlar y por lo tanto es normal y

sano sentir atracción y tener fantasías con otras personas”.

Los motivos por los que una persona empieza a relacionarse con otra por la que puede sentir cierta atracción fuera de la pareja son tan diversos como los propios individuos que lo llevan a cabo. El hecho de sentirse atractivos o poder sentir la emoción de sentir atracción por alguien nuevo son dos de los motivos por los que alguien puede hacer acciones tan inofensivas como dar a me gusta en Facebook, mandar mensajes de felicitaciones o seguir a alguien en una red social. “El hecho de que esto se quede solo en eso o vaya a más depende exclusivamente de la propia persona, de ahí que pretender juzgarlo o ponerle nombre desde fuera es sencillamente inútil” explica el experto.

Mucha gente empieza a interesarse por alguien y mostrar interés como un juego sin intención de ir más allá y acaba llegando a la infidelidad, lo que puede suponer la ruptura de la pareja. En ocasiones resulta imposible predecir si esos pequeños gestos van a acabar derivando en algo más o no van a pasar de ser algo completamente inofensivo.

Los límites de la relación

Entonces, ¿dónde están los límites de la microinfidelidad? Cada pareja debe establecer su nivel de tolerancia. En una relación de pareja puede llegar a haber un nivel de apego muy elevado y acciones sin importancia que pueden llegar a causar un dolor emocional profundo en la otra persona.

Por otro lado, uno debe mantener un elevado nivel de independencia y libertad individual y no condicionar su comportamiento por completo a otra persona. De ahí la dificultad de establecer barreras. Por eso el coach especialista en los procesos de separación destaca que cuando muestres interés por otra persona fuera de la pareja pregúntate si a ti te importaría que tu pareja actuase de esa manera o si tu comportamiento podría perjudicar vuestra relación. Si es así puede que sea el momento de replantearse la relación o centrarte más en ella para mejorarla”.

Y añade “Tal vez resulte más conveniente dejar de poner etiquetas a todo y simplemente fomentar la comunicación dentro de la pareja. Tanto si estás mostrando interés por otra persona como si sientes que tu pareja puede estar haciéndolo siempre debes preguntarte si estás con la persona adecuada, si vuestra relación necesita un cambio y si su comportamiento sobrepasa tus límites o no.”

Una buena relación se asienta sobre una comunicación abierta y fluida, que sin duda es la base para una confianza mutua. Esta confianza es en lo que sirve de balanza entre lo que es aceptable y no dentro de una relación.

Esta reflexión hace que Carlos Miguel Fernández concluya afirmando de estar “ante un nuevo paradigma dentro de las uniones de pareja en el que las relaciones duraderas y el modelo de familia tradicional dé paso a un estilo relacional mucho más abierto a constantes cambios”.

La adaptación a este nuevo escenario puede ser la clave, no solo para disfrutar de una relación satisfactoria, sino también para lograr un bienestar emocional duradero.