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Señora ministra, la osteopatía también es ciencia

Carta abierta de una fisioterapeuta y osteópata a la ministra de sanidad

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Llevamos muchos meses oyendo y leyendo noticias en las que se pretende hacer creer a la población que la osteopatía es pseudociencia.

El ser humano, las propias instituciones, incluso el Ministerio de Sanidad de España, pueden equivocarse, pueden errar por estar mal asesorados.

Estoy convencida de que, una vez escuchen a los verdaderos expertos en Osteopatía y estudien los informes elaborados por profesionales en la materia, sabrán enmendar el error.

Dada la incertidumbre que recientemente se ha creado en distintos medios de comunicación, es del todo necesario aclarar y definir quién debe ser el fisioterapeuta osteópata con la competencia formativa y legal oportuna que debe atender a los ciudadanos españoles que eligen esta disciplina terapéutica.

Todo ello, perfectamente acorde con el objetivo principal que persigue el plan propuesto por el Gobierno, que no es otro que el de garantizar seguridad y eficacia en los tratamientos. Llevamos muchos meses oyendo y leyendo noticias en las que se pretende hacer creer a la población que la osteopatía es pseudociencia. La mayoría de las personas que se han expresado en este sentido, son absolutamente desconocidas dentro de nuestro ámbito profesional. Han vertido información en los medios de comunicación sin contrastarla previamente con las agrupaciones de osteópatas y tampoco se han molestado en documentarse con un mínimo de rigor.

Hubiese sido suficiente con revisar recientes normativas europeas para conocer los estándares de formación y las competencias profesionales adquiridas a la conclusión de los procesos académicos establecidos.

La Osteopatía no es una terapia alternativa o una terapia no convencional como se viene diciendo.

La osteopatía es una disciplina científica, convencional, basada en el conocimiento de la anatomía y fisiología, de la biomecánica y de la patología. Naturalmente con indicaciones y contraindicaciones que como profesionales titulados conocemos bien y utilizamos de acuerdo a cada paciente y desde un razonamiento clínico riguroso.

Utilizamos procesos diagnósticos convencionales comunes con otras ciencias de la salud, especialmente con fisioterapia. Lo que define y diferencia la osteopatía con otras metodologías de intervención es que utiliza técnicas manuales para la prevención, diagnóstico y tratamiento. No quiero decir con esto que “curamos con las manos”, eso sería demasiado pretencioso, lo que hacemos todos los profesionales de la salud, todos, incluidos nosotros, es ayudar al organismo a recuperar y equilibrar funciones que faciliten el alcanzar estados de mejoría o salud. Si esto lo tenemos claro, entonces si podríamos decir, que colaboramos en los procesos de mejoría o curación de los pacientes.

Aunque la osteopatía se relacione fundamentalmente con problemas que afectan al aparato locomotor, lo cierto es que evalúa y trata al ser humano de forma global, como no puede ser de otra manera, dado que el organismo funciona como un conjunto en el que sus partes están estrechamente relacionadas entre si.

Por otro lado, esta campaña de desprestigio que se está desarrollando en España en contra de la osteopatía, contrasta con la posición de reconocimiento con la que goza esta disciplina a nivel internacional, ya que son muchos los países en los cuales está reconocida e implantada como una ciencia más de la salud. Como muestra, debo mencionar algunos ejemplos como; EEUU donde es una licenciatura en medicina Osteopática, impartida en más de cuarenta universidades con una formación de 6 años. En Australia la “University of Western Sydney-McArthur” y la “ Victoria University of Tecnology” forman a los osteópatas de este país amparados por la Australian Osteopathic Association, desde mitad del siglo pasado. En Europa, la Osteopatía está también reconocida en multitud de países como reino Unido, Francia, Bélgica, Portugal, Italia, Suiza, donde la profesión está asentada y reconocida a través de un Diploma nacional de Osteopatía. Solamente en Francia existen 35.000 osteópatas, de 30 escuelas oficiales, y no olvidemos a nuestros vecinos portugueses, que desde hace 4 años, han implantado el Grado universitario en osteopatía, y así en mucho países más.

En un mundo cada vez más globalizado, en el que esta misma información circula entre los propios ciudadanos Españoles de a pie, no es entendible que las voces críticas protagonistas en nuestros medios de comunicación puedan obviar todos los argumentos científicos que han llevado al resto de países del mundo a reconocer y respetar a los profesionales de la osteopatía.

En cuento a la parte académica, considero necesario informar que la Unión Europea estableció dos posibles itinerarios formativos de osteopatía: una como profesión independiente y otra como enseñanza de postgrado para los titulados de Ciencias de la salud (norma UNE-EN 16686-2015, publicada en el BOE en enero de 2016).

Aquí en España está establecido en el formato tipo II de esta norma, con lo cual la mayoría de osteopatas somos fisioterapeutas y hemos adquirido estos conocimientos durante 9 años de formación , cuatro durante el grado en Fisioterapia y cinco de postgrado en osteopatía, en mi caso, cursado en la Escuela de Osteopatía de Madrid (EOM)que se fundó hace 30 años e imparte formación en 75 sedes de todo el mundo, con un modelo de postgrado de cinco años (1500 horas presenciales) para profesionales sanitarios que ya tenemos una formación previa en fisioterapia. Además, esta institución se encuentra desde 2014 en el Scimago Institution Rankings de Iberoamerica (SIR IBER), clasificación de las Instituciones de Educación Superior de Iberoamérica, basada en la producción científica de los últimos 5 años. Estamos hablando por tanto, de una formación de excelente reputación a nivel estatal e internacional, que se ajusta a todos los estándares académicos establecidos en Europa y que logra formar profesionales altamente cualificados.

En definitiva, como Fisioterapeuta- Osteópata miembro del ROFE (Registro de osteopatas fisioterapeutas de España) mi opinión es que definir la osteopatía como una pseudociencia es un grave error, que se aleja de la realidad que representa esta disciplina en España y en el resto del mundo a nivel científico, formativo, legislativo y de reconocimiento social.

Supone además, un grave perjuicio para miles de profesionales de todo el mundo, adecuadamente titulados que nos encontramos en pleno derecho del ejercicio de nuestra profesión o preferencia terapéutica.

Muchos de mis colegas profesionales de la Osteopatía, clínicos, académicos, científicos, estarían encantados en colaborar con su Ministerio para que los responsables políticos tengan una información veraz y completa, así podrán regular o legislar con equilibrio y justicia, los profesionales y los usuarios lo merecen.

Beatriz Alfonso Lázaro es Fisioterapeuta-Ostéopata

Miembro nº 57 del R.O.F.E (Registro de Osteopatas Fisioterapeutas de España)

www.clinica-beatrizalfonso.es