Día Internacional de la Mujer

Siglo XXI, ¿más o menos difícil para la mujer?

Los nuevos roles cambian muchas perspectivas culturales

Siglo XXI, ¿más o menos difícil para la mujer?
Siglo XXI, ¿más o menos difícil para la mujer?larazon

La mujer de hoy vive en un mundo condicionado por “las prisas”, la falta de estabilidad laboral y los estereotipos. Se ha avanzado notablemente en materia de igualdad, sin embargo, a nuestra sociedad le queda mucho camino por delante.

La mujer de hoy vive en un mundo particularmente inestable condicionado por “las prisas”, la falta de estabilidad laboral y los estereotipos. Gracias a los movimientos feministas se ha avanzado notablemente en materia de igualdad, sin embargo, a nuestra sociedad le queda mucho camino por delante para poder alcanzar una conciliación real. La presencia de lo políticamente correcto impone dogmas en la definición de los roles de género que entremezclan lo moral y lo político. Toda imposición va en contra de las libertades individuales y nos desconecta de los propios deseos. GrupoLaberinto, el último concepto en psicoterapia, analiza en 10 claves el difícil papel de ser mujer en el siglo XXI.

-La mujer del S. XXI continua siendo la misma “hembra” que instintivamente desea perpetuar la especie y se desvive por el correcto desarrollo de sus crías, sin embargo, en los últimos años se ha desvinculado de la obligación de ocupar ese rol para ocupar otros roles en la sociedad para los que es tan válida como los hombres.

-Esto produce un cambio drástico en la familia y en la sociedad entera, diversos problemas y conflictos que no tienen vuelta atrás, porque la sociedad patriarcal descansaba sobre la base de una mujer destinada a la crianza y al trabajo sin descanso, ni reconocimiento en el hogar, pero sobre todo sin libertad de movimientos.

-Nos hemos deshecho del arquetipo de la mujer relegada al cuidado de la casa y los hijos pero sin darnos cuenta estamos estereotipándonos a la inversa: mujeres “todoterreno” forzadas a conciliar la vida familiar y tener éxito laboral, ser emprendedora, exitosa y buena madre. Esto implica inevitablemente una dificultad real.

-¿Es posible trabajar y criar? Cada una debe responderse a esa pregunta. Educar y cuidar a los hijos es una tarea importante, ardua y exigente, que requiere presencia. En multitud de ocasiones, la mujer se ve forzada a “cojear” en alguno de sus roles ante la imposibilidad de funcionar a dicho ritmo.

-Aparece el coste de intentar hacerlo todo: Los sentimientos de culpabilidad y el estrés, fruto de vivir con la exigencia de un rendimiento muy superior al saludable que puede provocar multitud de problemas físicos y mentales, como ansiedad y/o depresión.

-La “libertad” de la mujer por un lado ha volado en pedazos el concepto antiguo de familia hasta que la muerte nos separe. La nueva familia requiere de ajustes y negociaciones constantes para alcanzar un equilibrio. La pareja también se está transformando y el hombre, por su parte, está experimentando su particular reajuste y su crisis de rol.

-Al final no se trata de buscar la conciliación entre la vida laboral y familiar, sino preguntarse si yo busco esa conciliación o no. Muchas mujeres no desean ser madres, ni tampoco emparejarse con hombres. Aunque esta asimetría con respecto a los instintos y caminos de la especie tampoco va exenta de complicaciones físicas, psicológicas y sociales.

-Reflexionar sobre nuestros valores personales ¿hacia dónde quiero ir? En ocasiones, condicionamos nuestro modo de vida en base a la aprobación de los otros, la evitación del rechazo o de sentimientos desagradables como la culpabilidad, la tristeza o la angustia. El autoconocimiento y la clarificación sobre los propios valores nos permite conducir nuestra vida y dotarla de sentido.

-Priorizar ¡quien mucho abarca poco aprieta! Las necesidades van cambiando a lo largo de la vida. Es indispensable conocer nuestras prioridades, organizarnos y esforzarnos por alcanzarlas.

-Revaluar, corregir y enderezar. Muchas veces en la vida, tendremos que parar y analizar a donde nos dirigimos por muy incómodo que esto sea. Evitar o postergar esta valoración no nos ayudará a sentirnos más satisfechos. Para alcanzar una vida plena, libre de ansiedad y culpa es fundamental observar los pasos recorridos y retocar el rumbo si fuera necesario.