Actualidad

Alimentación

Tomarse en serio la alimentación infantil evita adultos obesos en el futuro

La comida pre fabricada de manera continuada, el exceso de azúcar y el sedentarismo, los enemigos a batir

Naomi Shi/Pexels
Naomi Shi/Pexelslarazon

Es muy importante tomarse la alimentación de nuestros hijos en serio ya que de todo lo que sembremos en la infancia, dependerá en buena parte el futuro.

Si somos lo que comemos, está claro que una buena alimentación en nuestros primeros años tiene efectos positivos no solo para el desarrollo de los bebés, sino también en su salud durante el resto de su vida. Sin embargo, no siempre resulta fácil alimentar adecuadamente a los bebés cuando ambos progenitores trabajan, en vacaciones, al salir de viaje o comer fuera de casa. Es muy importante tomarse la alimentación de nuestros hijos en serio ya que de todo lo que sembremos en la infancia, dependerá en buena parte el futuro.

Según la OMS ”la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2016, más de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran obesos. Cerca de la mitad de los niños menores de cinco años con sobrepeso u obesidad vivían en Asia y una cuarta parte vivían en África.

Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.

La prevalencia del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes se define de acuerdo con los patrones de crecimiento de la OMS para niños y adolescentes en edad escolar (sobrepeso = el IMC para la edad y el sexo con más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS, y obesidad = el IMC para la edad y el sexo con más de dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS).

Con la ayuda de la tienda online infantil, Bebitus, estableceremos unas pautas básicas para buenos hábitos alimenticios en la infancia.

Siempre que sea posible, los recién nacidos deben iniciar la lactancia materna en sus primeras horas de vida, mantenerla en exclusiva hasta los seis meses y combinarla con la alimentación sólida a partir de esa edad. Lo ideal sería que durase hasta los dos años o, en su defecto, hasta que madre y bebé así lo deseen. La lactancia es cosa de dos. Para facilitar la prolongación de la misma sin que la mamá tenga que estar disponible permanente para dar el pecho, existen accesorios como extractores de leche, recipientes para la conservación de leche materna en el frigorífico o congelador y biberones anatómicos con los que dar al pequeño la leche extraída recreando el mecanismo de succión natural del pecho. Si la hora de la toma nos coge fuera de casa, no hay problema: los portabiberones térmicos y los calienta biberones de viaje permiten mantener la leche a la temperatura ideal. En el caso de que el bebé tome leche de fórmula, los dosificadores permiten dejar preparada la medida exacta para preparar el biberón solo con añadir agua caliente.

A partir de los seis meses, los bebés deben iniciar la alimentación complementaria, con la introducción progresiva de los diferentes alimentos sólidos. Con el fin de facilitar el trabajo a los papás y mamás más ocupados, están disponibles prácticos robots de cocina para bebés que permiten la preparación de platos frescos, sabrosos y nutritivos para los niños sin pasarse todo el día en la cocina. Estos dispositivos realizan múltiples funciones en un solo aparato (triturar, cocinar al vapor, descongelar, calentar, etc.) y en muchos casos incluyen asimismo recetarios específicos para los más pequeños.

Al salir de excursión o de viaje, tampoco hay que renunciar a alimentar a los bebés con comida casera: las fiambreras, termos y contenedores de viaje permiten llevar de forma cómoda y discreta la papilla, el puré o la comida que hemos preparado en casa a cualquier sitio, y a menudo tienen espacios para guardar la cuchara, el babero, etc. Por cierto, también existen baberos desechables que resultan perfectos para las comidas fuera de casa o en vacaciones, ya que no es necesario lavarlos luego. Finalmente, las tronas de viaje son otro accesorio práctico para dar de comer a los bebés fuera de casa, porque se acoplan a cualquier tipo de mesa y plegadas ocupan como un bolso.

“A pesar de que ambos trabajen, las madres y padres españoles no renuncian a cuidar la alimentación de sus bebés”, confirma Mia Cabrera, Responsable de Comunicación de Bebitus. “Detectamos una demanda creciente de productos para la prolongación de la lactancia materna, robots de cocina y otros accesorios para la preparación y conservación de los alimentos infantiles en casa, así como un fuerte interés por los productos de alimentación para viajes o para comer fuera de casa. Las familias españolas son conscientes de la necesidad de que sus bebés reciban una alimentación sana y equilibrada en todo momento, y no escatiman los esfuerzos para lograrlo”.

En el momento en que el bebé es capaz de sentarse por sí mismo (entre los 6 y los 8 meses), es importante que coma con el resto de la familia para poder ir ofreciéndole de manera paulatina (incluso aunque no tenga dientes), la misma comida que tomamos nosotros y que sepamos que será fácil de deglutir como trocitos pequeños de zanahoria cocida, patata, pan, arroz o trocitos de fruta blanda tipo plátano. Los bebés están perfectamente diseñados para comer sólidos incluso sin tener dientes. Además es una manera muy eficaz de ir acostumbrando a la mandíbula. No hay que tener miedo a que se atranganten y, para ello, hay que ir poco a poco, estar con ellos y con comida blanda. Cuanto antes se dejen los purés, mejor.

Si ya tienen dientes, sobre todo abajo y arriba y aunque sean pocos, hay que darles comida sólida mejor que purés. Y, para los padres con más paciencia, la recomendación de que coman solos y experimenten con la comida ya que, de esta manera, lograremos que identifiquen la hora de comer con algo divertido.

A partir de la etapa escolar hay que tener en cuenta los siguientes parámetros:

Salvo que le pediatra indique lo contrario, la leche entera ha de seguir presente en su dieta diaria.

Hay que darles fruta y verdura a diario.

Mejor la carne y el pescado a la plancha que empanados o con harina.

Los cereales también deben estar a diario en su dieta.

La comida pre fabricada solo para casos puntuales como un viaje o una excursión.

No obligarlos a comer pero sí tratar de convencerlos de que prueben texturas y sabores nuevos.