Embarazo

Un viaje al útero materno: ¿podemos recordar lo que vivimos allí dentro?

La técnica metamórfica, un ramal de la reflexología podal, puede conectar el cerebro con esos recuerdos

Un viaje al útero materno: ¿podemos recordar lo que vivimos allí dentro?
Un viaje al útero materno: ¿podemos recordar lo que vivimos allí dentro?larazon

La ciencia ya ha dejado claro que el bebé percibe todas las emociones que la madre siente cuando está embarazada. Ahora bien, ¿es posible recordarlas?

Dicen los expertos que la etapa uterina es la más gratificante de la vida humana. Tan solo tiene un inconveniente: no podemos recordarla. Cuando los bebés nacen están llorosos, intranquilos y solo parece que se calmen en el pecho de su madre, cerca de su corazón, olor y voz. Han salido de un medio absolutamente pacífico y sin problemas para llegar a un mundo hostil donde todo son inconvenientes: hace frío, hay hambre, ya no están tan recogidos...en la difícil transición de la vida intrauterina a la exterogestación. Quizás solo comparable a la trance de la muerte. En ninguno de los dos supuestos podemos tener testimonios. En el primero porque no lo recordamos y en el segundo porque nadie ha vuelto para contarlo. El cerebro humano se presenta, una vez más, como una enorme misterio llenos de infinitas y maravillosas posibilidades.

¿Es posible recordar lo que vivimos en el útero materno? Todas las investigaciones hechas hasta la fecha concluyen en que tenemos recuerdos a partir de los 3 o 4 años pero no de antes. Lo que sí es verdad es que lo vivido en el vientre materno nos puede afectar en aspectos relacionados con la psicología. ¿Podemos acceder a ellos a través de alguna técnica?

Renée Iglesias es reflexóloga podal y especialista en técnica metamórfica, una técnica que, si bien no consigue que recordemos lo vivido dentro del útero sí consigue (si está bien hecha por un buen especialista) ayuda a ir de lo que eres a lo que realmente eres. En otras palabras, puede ayudar a desbloquear recuerdos desagradables vividos en la etapa intrauterina.

La Técnica Metamórfica llegó hace muchos años a mi vida -explica- formando parte de la continua lucha por mejorar la calidad de vida de mi hija afectada de autismo. Para aquellos que no hayáis oído hablar de esta terapia, me gustaría comenzar definiéndola como un verdadero “masaje al alma” de la persona. En ocasiones tu vida es como un río que sigue la corriente, a veces se estanca porque hay escombros, otras veces le es imposible continuar su camino e incluso se desvía debido a los desechos acumulados. La Técnica Metamórfica ayudará a ese río a encontrar su cauce, a seguir su camino, en definitiva, te ayudará a saber cual es el propósito de tu vida, a aceptarlo y a vivirlo con la mayor alegría.

Estamos ante una terapia muy sencilla pero a la vez enormemente poderosa. La experta señala que todos podemos aprenderla y aplicarla en el entorno familiar, “haciendo que el vínculo con los tuyos se potencie”. En el caso de los bebés, ese vínculo afectivo será un medio para que tu hijo desarrolle una seguridad fundamental para explorar a su alrededor -comenta- favoreciendo así también su propia autonomía. Los vínculos afectivos que se crean los primeros años de vida son esenciales en la construcción de nuestra identidad y nuestro equilibrio emocional.

Un poco de historia

Fue creada por el Reflexólogo Podal Robert St. John, cuando trabajaba con una niña con Síndrome de Down, en la década de los años 60 . La niña, de dieciocho meses de edad, padecía infección de pulmón, infección intestinal, vómitos y diarreas constantes, insomnio, estrabismo, hiperactividad. Los médicos que la trataban le habían diagnosticado pocos años de vida, cuenta la profesional. Su madre desesperada acudió a la consulta de Robert como última esperanza. Con el tratamiento habitual de reflexología comprobó que no se producía mejoría; en un momento puntual sintió el impulso de acariciar los pies de la pequeña , y se dejó fluir. Estaba acariciando por el solo objetivo de relajar a la pequeña, y en ese momento pudo comprobar cómo se transformaba la mirada de la niña y aparecía una luz sorprendente en sus ojos. No sabía muy bien qué estaba pasando, pero sintió que era algo importante.

La explicación científica

St John, investigando con los diferentes mapas de Reflexología, se dio cuenta que las zonas reflejas de la columna vertebral estaban asociadas con el período intrauterino, desde la concepción hasta el nacimiento. Y que cuando actuamos en estas zonas del pie, estamos actuando realmente sobre la estructura de tiempo durante la que se establecieron, inicialmente, todas nuestras características.

Siguiendo su investigación, comprobó que todos los acontecimientos producidos a lo largo de la gestación y las emociones, tanto positivas como negativas, vividas por la madre quedaban registradas en la médula espinal del feto, ya que esta información es intercambiada con la madre a través del cordón umbilical y el bebé la vive como si fuera propia. “Si la mamá tiene un miedo consciente o inconsciente, si padece un estado de ansiedad por un susto, si le sucede algún acontecimiento trágico o lleva una vida estresante, toda esta información puede producir posteriormente una serie de disfunciones en el niño, estableciéndose patrones de conducta que podrían persistir durante toda su vida, ej.niños hiperactivos, tímidos, muy sensibles etc”, explica la experta.

El proceso de la metamorfosis por el que una oruga se convierte en mariposa refleja lo que sucede dentro de nosotros en cuanto dejamos atrás nuestros antiguos patrones y avanzamos hacia nuevas áreas de desarrollo.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento consiste en un toque ligero a modo de caricia sobre los reflejos espinales en pies, manos y cabeza. Uno de sus principios básicos, y que la hace muy diferente a otras terapias, es que tendría que aplicarse desde la no intención y la no implicación, es decir desde el “desapego”.

Desapego significa reconocer, aceptar y dejar ser. Pero -como refelxiona Renée Iglesias- a veces no resulta nada sencillo reconocer que tu circunstancia es difícil y está rodeada de dureza; dureza que en muchas ocasiones te niegas a ver. Este sería el primer trabajo, el segundo es aceptar, reconciliarse con la vida, con tu vida. Podría ser mejor o peor, pero es la tuya, la que escogiste para vivir esta existencia, la que te tiene que enseñar todo aquello que has venido a aprender; la que pone en tu camino a los grandes Maestros ( hijos, padres, pareja...). Y por último dejar ser, dejar fluir, no empeñarte en cambiar la circunstancia. Esta circunstancia es la perfecta para ti.

Y lo más bonito de esta terapia es la sencillez, todos podemos aprenderla, no es necesario ser terapeuta para poder ofrecer a los tuyos el beneficio tan poderoso de la Técnica Metamórfica. Ahora, eso sí, te obligará a trabajar algo que sin duda te hará crecer y en muchas ocasiones reconciliarte con tu propio yo: el desapego- concluye.