Familia
Usar a los abuelos de cuidadores de nuestros hijos es maltrato
Los abuelos no tienen que ocuparse de cuidar a los nietos a diario. Esto les provoca niveles altísimos de ansiedad, estrés y cansancio que muchas veces se traducen en depresiones.
Hay muchos hijos que sin querer van poco a poco introduciendo “un chantaje emocional” hacia sus padres utilizando su cariño incondicional de abuelos hacia sus nietos que muchas veces el disfrutar de los nietos, termina siendo un regalo envenenado...
Hay muchos hijos que sin querer van poco a poco introduciendo “un chantaje emocional” hacia sus padres utilizando su cariño incondicional de abuelos hacia sus nietos que muchas veces el disfrutar de los nietos, termina siendo un regalo envenenado...Los abuelos ya hicieron sus deberes como padres de manera insustituible en su día con sus hijos y ahora ellos ya no pueden ni deben sustituir a sus hijos en su nueva función de padres. Salvo en casos de urgente necesidad o calamidad, que ninguna familia desea que esto llegue a ocurrir nunca....
Entonces ¿Qué es lo que le toca dar a los abuelos?
Cariño.
Calma.
Diversión.
Seguridad.
Consejos.
Ser asesores en algunas experiencias familiares.
Ser transmisores de la memoria histórica de la familia.
Pero estas funciones tan positivas solo pueden ser posibles si se les da a los abuelos la oportunidad de ser “abuelos a tiempo parcial” y no con un horario fijo y con una dedicación absoluta y una atención permanente a sus nietos que les prive de tiempo para ellos.
No hay que aprovecharse de que los abuelos de hoy son personas mayoritariamente activas, sanas y orgullosas de haber sido abuelos. Los padres no deben forzar a los abuelos e insinuarles de forma explícita y/o velada “si no os convertís en unos abuelos a mi servicio... es que no queréis a vuestros nietos suficientemente...”
Cuando el placer de disfrutar de tus nietos se convierte en una obligación por chantaje, puede llegar a considerarse maltrato doméstico en toda regla, ya que esa dedicación puede generar síntomas médicos inequívocos de estrés y ansiedad por agotamiento y sobre-esfuerzo en la dedicación a los nietos, y que incluso el propio chantaje les impide a los abuelos verbalizar las consecuencias negativas a sus propios hijos.
Esta disponibilidad por parte de los abuelos y su consiguiente abuso por parte de algunos padres, hace que aunque pudieran resistir con buena salud el esfuerzo también tiene otro importante doble riesgo social:
Al dedicarse casi al 100% a uno o varios nietos al menos hasta los 9 años que es cuando ya empiezan a tener más autonomías sus nietos, los abuelos se quedan sin vida social y se aíslan de su mundo de relaciones. Y cuando sus hijos y sus nietos ya no les necesitan, se enfrentan al drama de la soledad más absoluta por parte de los que ya no les necesitan como antes y de los que se cansaron de invitarles a salir y nunca podían hacerlo porque tenían que atender a sus nietos o que por cuidarles en exceso o “full time” estaban agotados que no les quedaban fuerzas para salir a ninguna parte.
Abuelos, los años de experiencia os han tenido que enseñar a saber decir NO y BASTA con cariño y amabilidad cuando se ha necesitado y si no, siempre es tiempo de aprender a hacerlo por el bien de toda la familia.
Sara Pérez-Tomé en Gabinete Sophya y es experta en terapias familiares. Además de su experiencia profesional aporta su experiencia personal ya que es madre de nueve hijos y abuela de 13 nietos y subiendo.
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