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Veinte razones científicas para que tomes ajo a diario

El ajo, junto a la cebolla, es uno de los condimentos estrella de prácticamente todas las comunidades autónomas españolas
El ajo, junto a la cebolla, es uno de los condimentos estrella de prácticamente todas las comunidades autónomas españolaslarazon

El ajo, junto a la cebolla, es uno de los condimentos estrella de prácticamente todas las comunidades autónomas españolas. No parece que pueda existir un solo hogar español donde no se encuentre en la despensa una ristra de ajos.

El ajo, junto a la cebolla, es uno de los condimentos estrella de prácticamente todas las comunidades autónomas españolas. No parece que pueda existir un solo hogar español donde no se encuentre en la despensa una ristra de ajos. El ajo se usa en prácticamente todas las culturas mediterráneas en la cocina y en la medicina ya que se sabe que posee efectos medicinales. Se sabe que Hipócrates, físico y considerado el padre de la medicina, ya recetaba en la antigua Grecia el ajo para determinadas dolencias. En la ciencia moderna no han podido desmentir al padre de la medicina. Pero, ¿cuáles son esos grandes beneficios que poseen los ajos para nuestra salud? De la mano de los expertos en nutrición de Nutrición sin más y del Ajo Morado de las Pedroñeras, veremos cuáles son.

1.El ajo es rico en alicina, un componente con grandes propiedades medicinales. La alicina estimula el sistema inmunitario y es antiséptico. Se ha demostrado su capacidad de matar algunos microorganismos (cándida álbicans, escherichia coli, estaphylococus aureus, hongos de la piel y uñas). La alicina es la responsable del distintivo olor del ajo. La alicina entra en el cuerpo a través del aparato digestivo y viaja por todo el cuerpo, donde emplea sus potentes efectos biológicos.

2. Crece en muchas partes del mundo y es un ingrediente popular en la cocina debido a su fuerte olor y delicioso sabor pero a lo largo de la historia, el ajo se ha usado sobre todo por sus propiedades medicinales y beneficiosas para la salud.

3.Su uso fue bien documentado por todas la grandes civilizaciones, entre las que se incluyen los egipcios, los babilonios, los griegos, los romanos y los chinos.

4. La “cabeza” entera recibe el nombre de bulbo de ajo, mientras que a cada segmento se le llama diente. Aproximadamente, hay 10-20 dientes en un solo bulbo de ajo.

5. El ajo posee un alto valor nutritivo, pero contiene muy pocas calorías. Una porción de ajo de una onza (28 gramos) contiene (3):

-Manganeso: 23 % de la CDR.

-Vitamina B6: 17% de la CDR.

-Vitamina C: 15% de la CDR.

-Selenio: 6% de la CDR.

-Fibra: 1 gramo.

-Cantidades razonables de calcio, cobre, potasio, fósforo, hierro y vitamina B1.

-Pequeñas cantidades de otros nutrientes: 42 calorías, 1,8 gramos de proteína y 9 gramos de hidratos de carbono.

4. El ajo contiene antioxidantes que pueden ayudar a prevenir el Alzheimer y la demencia

5. La oxidación causada por los radicales libres contribuye al proceso de envejecimiento. El ajo contiene antioxidantes que sostienen los mecanismos de protección del cuerpo contra la oxidación.

6. Se ha demostrado que las dosis elevadas de suplementos de ajo aumentan las enzimas antioxidantes del ser humano, además de reducir considerablemente el estrés oxidativo en personas con hipertensión.

7. Los efectos combinados de reducción de colesterol y presión sanguínea, así como las propiedades antioxidantes, pueden ayudar a prevenir enfermedades cerebrales comunes como el Alzheimer y la demencia.

8. El ajo mejora los niveles de colesterol, lo que puede disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas. Puede disminuir el colesterol total y LDL. Para aquellas personas con colesterol alto, los suplementos de ajo pueden reducir el colesterol total y/o LDL aproximadamente en un 10-15 %.

9. Tras analizar el colesterol LDL (el “malo”) y el HDL (el “bueno”), parece que el ajo puede reducir el LDL pero no se observan efectos eficaces en el HDL.

10. Los compuestos activos del ajo pueden reducir la presión sanguínea

11. Las enfermedades cardiovasculares, como los infartos o los derrames cerebrales, son las que más muertes causan en el mundo. La presión sanguínea elevada, o hipertensión, es una de las causas más importantes de estas enfermedades. Diversos estudios en seres humanos han demostrado que los suplementos de ajo tienen un impacto significativo cuando se trata de reducir la presión sanguínea en personas con hipertensión.

12. En un estudio en concreto, el extracto de ajo envejecido en dosis de 600-1500 mg fue tan eficaz como los fármacos betabloqueantes a la hora de reducir la presión sanguínea durante un periodo de 24 semanas. Sin embargo, las dosis de suplementos deben ser bastante elevadas para obtener los efectos deseados: la cantidad de alicina necesaria equivale a cerca de 4 dientes de ajo al día.

13. El ajo puede combatir enfermedades, incluido el resfriado común extracto-de-ajo. Los suplementos de ajo son conocidos por mejorar el funcionamiento del sistema inmunitario. Un amplio estudio de 12 semanas reveló que los suplementos de ajo, en comparación con el placebo, reducían el número de resfriados en un 63 % (14). La duración media de los síntomas del resfriado también disminuyó en un 70 %, desde 5 días de duración con el placebo a solo 1 día y medio con el ajo. De acuerdo con otro estudio, una dosis elevada de extracto de ajo (2,56 gramos al día) puede reducir en un 61 % el número de días de enfermedad por resfriado o gripe. Si eres una persona propensa a los resfriados, añadir ajo a tu dieta puede ser increíblemente útil.

14. Comer ajo puede ayudar a desintoxicar el cuerpo de metales pesados y en dosis elevadas, se ha demostrado que los compuestos de azufre contenidos en el ajo protegen contra el daño en los órganos derivados de la toxicidad de dichos metales. Un estudio de 4 semanas realizado a empleados de una fábrica de baterías de coche (exposición excesiva a plomo) reveló que el ajo disminuía los niveles de plomo en la sangre en un 19 %. También redujo muchos signos clínicos de toxicidad, incluidos dolores de cabeza y presión sanguínea.

15. El ajo puede mejorar la salud ósea. A pesar de que no existen experimentos en seres humanos que hayan analizado los efectos del ajo sobre la pérdida de hueso, sí que ha habido estudios en roedores que han demostrado que se minimiza la pérdida ósea en las hembras al elevarse el estrógeno.

16. Un estudio en mujeres menopáusicas reveló que una dosis diaria de extracto de ajo seco (equivalente a 2 gramos de ajo crudo) reducía significativamente un indicador de deficiencia de estrógeno, por lo tanto el ajo puede tener efectos beneficiosos en la salud ósea de las mujeres.

17. Se ha demostrado que alimentos como el ajo y las cebollas poseen efectos beneficiosos en la osteoartritis.

Resumiendo: parece que el ajo posee efectos beneficiosos en la salud ósea al incrementar los niveles de estrógeno en hembras. No obstante, es necesario realizar más estudios en seres humanos.

18. El ajo fue una de las primeras sustancias utilizadas para mejorar el rendimiento. Tradicionalmente, se usaba en las civilizaciones antiguas para reducir la fatiga y mejorar la capacidad laboral de los trabajadores. Muy en particular, se administraba a los atletas olímpicos en la Antigua Grecia. Estudios en roedores han demostrado que el ajo contribuye al rendimiento deportivo, pero se han realizado muy pocos estudios en humanos.

19. Los sujetos con enfermedades cardíacas que ingirieron aceite de ajo durante 6 semanas presentaron una reducción del 12 % en el máximo de la frecuencia cardíaca y una mejora de su capacidad deportiva (21). Sin embargo, en un estudio realizado a nueve ciclistas profesionales no se observaron mejoras en el rendimiento y otros estudios indican que el ajo puede disminuir la fatiga provocada por el ejercicio (2).

20. El ajo puede prolongar tu vida. Los efectos en la longevidad son básicamente imposibles de probar en los seres humanos. Pero, dados los efectos beneficiosos del ajo en los factores importantes de riesgo como la presión sanguínea, tiene sentido decir que el ajo puede prolongar tu vida. El hecho de que pueda combatir enfermedades infecciosas también es un factor a tener en cuenta, ya que estas son causas de muerte comunes, sobre todo en personas mayores o con problemas en el sistema inmunitario.