Atlético de Madrid

Fútbol

Morata desatasca al Atlético

Los rojiblancos derrotan a Osasuna (2-0) con goles del delantero y de Saúl

ATLÉTICO MADRID OSASUNA
Morata y Saúl, los goleadores del AtléticoJuanJo MartínEFE

Es Joao Félix el que activa al Atlético, pero el gol pertenece a Morata. El delantero es el que ha solucionado los problemas de remate de su equipo durante toda la temporada. Y contra Osasuna volvió a hacerlo. El suyo es un negocio casi en exclusiva en el equipo rojiblanco. Esta vez, como tantas otras, fue en un cabezazo después de un saque de falta de Trippier.

Morata es la contundencia del equipo del Cholo. El único que la aporta. El oficio de Joao Félix es otro. No acabó el partido, pero en los 80 minutos que jugó fue el principal animador del Atlético. Partía como compañero de Morata, pero juega en todo el campo. Y en todo el campo es importante. Tuvo ocasiones para marcar, un mano a mano que le sacó Sergio Herrera, pero también dio pases de gol. Como uno a Morata que sonaba a gol y que acabó en córner.

Pero la mejor oportunidad había sido un remate de cabeza que Sergio Herrera desvió al larguero. El portero de Osasuna fue un muro para el Atlético. Atento a todo y capaz de alcanzarlo todo. Por abajo y por arriba. Llegaba a casa de Oblak para demostrar que hay porteros sin tanto nombre que saben hacer muy bien su trabajo. Lo demostró también en un disparo lejano de Thomas, con mucha fuerza y mala intención.

Sergio Herrera sostenía a Osasuna por detrás, pero su equipo no se conformaba con eso. Rubén García y Brasanac fueron los primeros del partido en disparar. El remate de Brasanac pegó en el poste antes de que pudiera atraparlo Oblak. No fue el único peligro que llevó al área del Atlético. No mucho después reclamó un penalti de Felipe, que le arrastró la pierna y lo derribó sin que Munuera Montero lo apreciera.

Osasuna llegaba constantemente por la izquierda, con las subidas de Estupiñán. Ése no debía ser el lado débil de la defensa del Atlético, que por el otro costado estrenaba a Manu Sánchez. Eso permitía que, ante la ausencia de Lodi, Saúl pudiera mantenerse en el centro del campo.

Osasuna ponía ritmo e intensidad al juego, dos de las características del Atlético de Simeone de toda la vida. Y en eso se veía capaz de competir, con futbolistas veloces, molestos y que marchan directos al área, como Rubén García y Chimy Ávila. Un incordio constante para la defensa.

Pero el Atlético remató su victoria con una llegada de Saúl desde el centro del campo. Era el gol que daba tranquilidad al Atlético y que le permite despejar los fantasmas de la falta de puntería.

El Atlético superó una dura prueba y fortalece su moral para el futuro. Sólo falta que Joao Félix acierte con el gol –y no sea de penalti como contra el Lokomotiv– para que los rojiblancos puedan volver a mirar cara a cara a cualquier rival. De momento, sigue sumando y ahora de tres en tres.Es Joao Félix el que activa al Atlético, pero el gol pertenece a Morata. El delantero es el que ha solucionado los problemas de remate de su equipo durante toda la temporada. Y contra Osasuna volvió a hacerlo. El suyo es un negocio casi en exclusiva en el equipo rojiblanco. Esta vez, como tantas otras, fue en un cabezazo después de un saque de falta de Trippier.

Morata es la contundencia del equipo del Cholo. El único que la aporta. El oficio de Joao Félix es otro. No acabó el partido, pero en los 80 minutos que jugó fue el principal animador del Atlético. Partía como compañero de Morata, pero juega en todo el campo. Y en todo el campo es importante. Tuvo ocasiones para marcar, un mano a mano que le sacó Sergio Herrera, pero también dio pases de gol. Como uno a Morata que sonaba a gol y que acabó en córner.

Pero la mejor oportunidad había sido un remate de cabeza que Sergio Herrera desvió al larguero. El portero de Osasuna fue un muro para el Atlético. Atento a todo y capaz de alcanzarlo todo. Por abajo y por arriba. Llegaba a casa de Oblak para demostrar que hay porteros sin tanto nombre que saben hacer muy bien su trabajo.

Sólo se le escapó el remate de Morata y el segundo de Saúl en el que llegó el segundo del Atlético.