Real Madrid

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«Nadie quiere ir», los pocos valientes madridistas que van al Clásico Barcelona-Real Madrid

Se han pedido muy pocas entradas en comparación con el partido aplazado

peña el prat
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Sergio Díaz coge el teléfono desde Bruselas, donde ha ido a ver al Real Madrid el partido de Champions contra el Brujas. El día de la llamada estaba organizando un viaje para los que fueron al partido de Mestalla a presenciar el empate de los de Zidane y va a ir este miércoles al Camp Nou a ver el Clásico más incómodo que se recuerda. Otros han dudado, no han querido o no han podido. Él no. Es del Real Madrid en las buenas y en las malas, en los días de alegría y en los días en los que es mejor pasar inadvertido, como, por ejemplo, este Clásico. Ni él ni sus acompañantes de la peña El Prat van a llevar nada que les distinga o que les identifique como madridistas. Nunca lo hacen en el Camp Nou, pero el partido de esta semana invita a no llamar la atención antes del encuentro, para ir superando barreras de seguridad hasta llegar al estadio. Sergio insiste en que no está preocupado por su seguridad, va con un par de adolescentes y sólo le preocupa que, una vez en el estadio, el partido pueda empezar y después, pueda terminarse.

Más que preocupación, lo que siente es tristeza. «Toda la temporada esperamos para ver aquí a nuestro equipo y que se amenace con que no se juega, o que se cancele la firma de jugadores que siempre se hace por seguridad, nos entristece», cuenta. Cuando el Real Madrid viaja fuera organiza una sesión de firmas de dos futbolistas con peñistas o socios que viven en la localidad. En Barcelona, esta vez, ha sido imposible. Nada lo aconsejaba.

No son muchos los madridistas que van a a ir al Camp Nou. Ni la fecha ni las condiciones invitan a ir a un campo que ya muchos rechazan por no pisar nunca territorio enemigo. Para el choque aplazado sí que había más ganas de ir. La peña El Prat movilizó unas 43 personas. Siete van ahora. La peña «La Gran Familia» había planeado un viaje también grande, pero este miércoles no va a ir ninguno. «En algunas ocasiones hemos ido hasta cuatro autobuses», cuenta Gerardo de «La Gran Familia». Para el encuentro que se aplazó se habían pedido 26 entradas. Se tuvieron que devolver, claro. El aplazamiento del choque dejó a muchos fuera de juego. «Vinieron seis personas de Argentina, y estuvieron en Barcelona, pero claro no pudieron ver el encuentro. Había planes para que vinieran otros cuatro de Alemania: ya tenían billetes y hotel y no pudieron devolverles todo. A este partido no quiere ir nadie», dice.

No lo han puesto fácil: miércoles laborable por la noche y con la incertidumbre hasta el último minuto acerca de si el Barcelona-Real Madrid se va a poder desarrollar en condiciones normales. Eso ha reducido la ganas de viajar al mínimo. Sergio insiste en que «no va a pasar nada» y va a ir al fútbol a disfrutar. Los peñistas cuentan que hubo tiempos peores, cuando les ponían entre el público general y no podían decir ni mú durante el encuentro. Para hoy, el objetivo es pasar inadvertido antes del partido; luego, en la zona de madridistas, se pueden sentir más libres. Aunque acristalados y en franca minoría poco pueden hacer. Contra el Brujas, cuando los hinchas locales sacaron una bandera sobre Cataluña, la grada madridista, en la que estaba Sergio, gritó: «Puigdemont, a prisión».

Ser aficionado blanco en Cataluña es ser de una minoría silenciosa dos veces. Cuando el Madrid fue a Girona a finales de 2017, los peñistas reconocían lo difícil que era ser madridista: «Ser del Madrid siempre se lleva mal», aseguraba esos días un peñista, «enseguida te dicen que eres un facha». Esa palabra, que tanto se utiliza en estos momentos y que por eso está perdiendo cualquier significado también la utiliza Carlos García, presidente de la Coordinadora de peñas madridistas de Cataluña. «Enseguida te sacan a Franco, cuando el Barcelona le dio varias medallas».