
Mitos y leyendas
Así es la leyenda gallega sobre estas místicas aguas milagrosas
Este pequeño pero fascinante destino cautiva a peregrinos y curiosos con una leyenda milenaria y un legado patrimonial único

La localidad ourensana de Santa Mariña de Augas Santas solo cuenta con 67 habitantes, pero esta pequeña parroquia gallega ostenta una riqueza espiritual y arquitectónica que atraviesa siglos y leyendas. Situada a 122km de Santiago, es parada obligada para peregrinos que recorren el Camino del Sudeste.
La leyenda de Santa Mariña y sus augas santas se remonta hasta el siglo II. La versión más extendida cuenta que Mariña, hija de un gobernador romano y criada por una cristiana llamada Ana, abrazó la fe cristiana pese al escándalo familiar. Mariña despertó el deseo del funcionario romano Olibrio, quien no dudó en castigar su rechazo con tormentos dignos de un martirologio. Azotes, fuego, y pozos no conseguían doblegar a la joven, cuyo cuerpo sanaba una y otra vez de forma milagrosa.

Arrojada a un horno subterráneo al pie del castro de Armeá, la futura santa sobrevivió gracias a lo que la leyenda atribuye a la intervención de San Pedro. Sin embargo, Olibrio ordenó su decapitación. Y en ese último acto, se produjo el prodigio que cambiaría para siempre la historia local. La cabeza de Mariña rebotó tres veces sobre el suelo, pronunciando la palabra “creo” y haciendo brotar tres fuentes que hasta hoy manan aguas consideradas milagrosas, capaces, según dicen, de curar enfermedades y alejar el mal.
Sobre el exacto lugar del martirio se edificó primero una pequeña ermita, conocida como el Horno de laSanta, y siglos después, en el XII, una imponente iglesia románica. La obra, iniciada por los canónigos regulares de San Agustín y completada por los templarios en el siglo XIII, es hoy uno de los ejemplos más destacados de arte románico en Galicia, con detalles góticos en varias estancias.

Testigos de su importancia han sido reyes e historiadores, como Felipe II, quien renovó la iglesia y la integró en el Patronato Real, o Ambrosio de Morales, que dejó constancia del fervor por la santa en sus relatos del siglo XVI.
Actualmente, Santa Mariña de Augas Santas conserva los restos de su mártir en su iglesia de tres naves, donde miles de devotos peregrinan cada 18 de julio para celebrar su festividad.
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