Naturaleza
Así es el paraíso natural recuperado en el corazón de la Terra Chá lucense
A escasos 25 kilómetros de Lugo, este espacio representa uno de los humedales más importantes y singulares de Galicia
Declarada Espacio Natural en Régimen de Protección General por la Xunta de Galicia, la Laguna de Cospeito forma parte de la Red Natura 2000 y está integrada en el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) Parga-Ladra-Támoga, dentro de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño, reconocida por la UNESCO en 2002.
Este enclave natural, también conocido como Laguna de Santa Cristina, constituye un refugio privilegiado para la biodiversidad, especialmente para aves migratorias que encuentran aquí un hábitat ideal durante los meses de octubre a marzo.
Gracias a sus condiciones ecológicas únicas, es uno de los mejores lugares de Galicia para la observación de aves. Entre las especies más representativas se encuentran el ánade real, el ánade silbón, el pato cuchara, la cerceta común, la garza real, el zarapito real y el martín pescador, así como rapaces como el halcón peregrino, el azor o el ratonero común.
La laguna, alimentada por el río Guisande (afluente del Támoga y a su vez del Miño), se localiza en una llanura aluvial y se mantiene conectada por un sistema de compuertas construido en 1991, año en que culminaron las obras de restauración tras su desecación en la década de 1960 por el Instituto de Colonización Agraria.
Originalmente, Cospeito contaba con dos lagunas que ocupaban unas 75 hectáreas. Hoy, tras la recuperación parcial llevada a cabo en los últimos años, la laguna central posee una lámina de agua permanente de más de cinco hectáreas, rodeada de una rica diversidad ecológica.
El humedal se compone de tres grandes ecosistemas: aguas estancadas (con masas permanentes y charcas temporales), aguas corrientes (el río Guisande y pequeños canales) y un medio semiterrestre o higrófilo, con bosques, matorrales húmedos, juncales y prados de siega.
Esta combinación de hábitats permite la existencia de una amplia variedad de especies: anfibios como tritones, ranas y salamandras; reptiles como culebras de agua; invertebrados como el gasterópodo Geomalacus maculosus, el lepidóptero Maculinea alcon y el ditisco; peces como la trucha común; y mamíferos como la nutria, el erizo, el corzo o el jabalí.
En cuanto a la flora, la Laguna de Cospeito alberga una notable riqueza vegetal, destacando la presencia de un pequeño cardo (Eryngium viviparum), considerado la mejor población mundial de esta especie.
Aunque la acción humana transformó parte del ecosistema en prados agrícolas, aún persisten bosques de robles, abedules, sauces, castaños y espino blanco. El sotobosque está formado por zarzas, tojos, retamas y helechos, mientras que en las zonas húmedas prosperan espadañas, juncos y lentejas de agua.
Este espacio natural, de titularidad autonómica, está plenamente adaptado para el uso público, con sendas señalizadas, un centro de interpretación y observatorios de aves.