Turismo y naturaleza
Así es el Parque Natural de Galicia que esconde una duna móvil de 20 metros de alto
La erosión y los cambios en el nivel del mar podrían acelerar la transformación del paisaje y afectar gravemente a las dunas y las lagunas
Las dunas de Corrubedo, situadas en el Parque Natural Complejo Dunar de Corrubedo y Lagunas de Carregal y Vixán, en el municipio de Ribeira, se han convertido en uno de los paisajes más icónicos y protegidos de Galicia.
Este espacio natural, que se extiende a lo largo de más de mil hectáreas, alberga un ecosistema único en la región, compuesto por un sistema de dunas móviles, lagunas, marismas, playas y bosques, y es hogar de una gran variedad de especies de flora y fauna. A lo largo de los años, el parque ha atraído la atención de visitantes y expertos, tanto por su espectacularidad como por los desafíos ambientales a los que se enfrenta.
Un monumento de arena en movimiento
La gran duna de Corrubedo, de 1,2 kilómetros de largo y 20 metros de altura, es la joya del parque yuno de los últimos sistemas de dunas móviles en Galicia. Su movimiento constante, causado por la acción del viento, simboliza la dinámica natural de esta área costera.
En menos de mil hectáreas de superficie, Corrubedo alberga la duna móvil más grande del noroeste peninsular, un conjunto geológico que se formó hace más de 12.000 años, en el Cuaternario, época en la que desaparecieron los mamuts y mastodontes.
Aunque en el pasado se permitía a los visitantes ascender la duna, el alto impacto del turismo en el ecosistema llevó a las autoridades a prohibir el acceso directo para proteger su estabilidad y preservar la flora circundante, que juega un papel esencial en la consolidación de las arenas y en la sostenibilidad del hábitat.
El ecosistema del parque de Corrubedo alberga una notable biodiversidad, que incluye especies vegetales adaptadas a la salinidad y a las condiciones arenosas de las dunas, como el barrón y la camarina, además de otras variedades únicas que se encuentran en peligro de extinción.
Entre las lagunas, la de Carregal, de agua salobre, y la de Vixán, de agua dulce, actúan como refugios para aves migratorias y acuáticas. Ánades, chorlitos, zarapitos, gaviotas, alcatraces y cormoranes encuentran en estas lagunas un lugar donde descansar y alimentarse, lo que convierte al parque en un enclave de importancia ornitológica reconocido a nivel nacional e internacional.
Además, los visitantes pueden acercarse al mirador de Pedra da Ra, que ofrece una vista de la duna móvil y de varias islas del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia; o bañarse en la playa del parque, si el tiempo lo permite, un arenal de más de 3 kilómetros fruto de la unión de Ladeira y O Vilar.
La fragilidad del ecosistema
El Parque Natural de Corrubedo no solo es un lugar de belleza y valor ecológico, sino también un ecosistema frágil que se enfrenta a diversas amenazas. La presión del turismo, el cambio climático, la contaminación y la urbanización en áreas circundantes representan riesgos significativos.
Según informes de la Xunta de Galicia, la erosión y los cambios en el nivel del mar podrían acelerar la transformación del paisaje y afectar gravemente a las dunas y las lagunas. Para prevenirlo, se han implementado políticas de conservación, como la limitación de acceso en zonas especialmente sensibles y la creación de senderos señalizados para minimizar el impacto humano.
Con alrededor de 300.000 visitantes al año, Corrubedo es uno de los destinos naturales más visitados de Galicia. En este contexto, se han redoblado esfuerzos para fomentar un turismo responsable, estableciendo programas de educación ambiental que sensibilizan a los visitantes sobre la importancia de preservar el ecosistema.
El Centro de Recepción e Interpretación de Visitantes, situado a la entrada del parque, ofrece exposiciones interactivas, información detallada sobre las especies y hábitats de la zona y actividades para concienciar sobre el impacto del ser humano en la naturaleza.
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