En Carballo (A Coruña), en la entrada a la Costa da Morte, se encuentra uno de los tesoros naturales más importantes de Galicia: la playa de Baldaio. Con una extensión de casi cuatro kilómetrosde largo por 200 metros de ancho, este arenal se integra en un ecosistema singular formado por marisma, laguna y un impresionante sistema de dunas.

La biosfera que se forma en Baldaio es un refugio de biodiversidad, un enclave paisajístico excepcional y un destino cada vez más codiciado por los amantes de la naturaleza y el surf.

Baldaio forma parte de la Red Natura y está declarada Zona de Especial Protección para las Aves por la Unión Europea. Su laguna y marisma se convierten en invierno en hogar temporal de especies migratorias, como el escribano nival, y en lugar de cría para aves como el chorlitejo patinegro, conocido en Galicia como "píllara papuda".

La riqueza ornitológica es tan destacada que en sus cielos y orillas pueden observarse alcatraces, zarapitos, charranes, garzas reales y multitud de limícolas que se alimentan escarbando el limo con sus finos picos.

Este mosaico natural se formó hace siglos, cuando un brazo de arena cerró una antigua ensenada, dando lugar a un humedal fértil en el que confluyen las aguas saladas del mar con las dulces de varios ríos.

La barra dunar que conecta Baldaio con la vecina playa de Razo se extiende a lo largo de tres kilómetros, albergando dunas de hasta 20 metros de altura, algunas de ellas ya fosilizadas. En Razo, además, aún pueden contemplarse restos de una playa fósil del cuaternario y acantilados de cantos y arena que narran la historia geológica del litoral gallego.

Este territorio también está marcado por uno de los fenómenos geológicos más significativos de Galicia: la Depresión Meridiana, una sucesión de fallas que parte de Razo y cruza el país hasta Tui. Esta fractura natural coincide con la ubicación de importantes núcleos de población como Pontevedra, Padrón o Redondela, y ha dado origen a fértiles valles y acuíferos termales, como los de Carballo, Caldas o Cuntis.

La marisma de Baldaio también destaca por su productividad. Las aguas poco profundas, bien iluminadas y ricas en nutrientes propician la abundancia de moluscos como berberechos, almejas, mejillones, navajas y ostras. También es habitual encontrar peces como lubinas, sollas, lisas o anguilas, así como anfibios, reptiles y hasta huellas de nutrias en sus orillas.

En los últimos años, Baldaio se ha consolidado como una de las mejores playas para la práctica del surf en la provincia de A Coruña. Su orientación y exposición al mar la convierten en un arenal potente, con olas huecas y rompientes que satisfacen a surfistas de todos los niveles.