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Gastronomía y turismo
Combarro es pequeño pueblo marinero pontevedrés que llena de vida sus estrechos callejones a orillas de la ría. El casco antiguo mantiene intacto su encanto, con más de 60 hórreos al borde del mar, antiguos cruceiros de piedra, y casas de pescadores, conocidas como "casas mariñeiras". Este pueblo fue declarado conjunto de interés artístico en 1972, y es uno de los mejores ejemplos de arquitectura rural gallega.
En este entorno, el restaurante Leucoiña ha encontrado su hogar, fusionando la mitología, la historia local y la gastronomía más auténtica de la zona. El nombre del restaurante hace referencia a una figura mítica: Leucoiña, la sirena que guió al guerrero griego Teucro por el Océano Atlántico hasta llegar a las rías gallegas. Aquí, Teucro fundó una colonia llamada Hellenes, precursora de lo que hoy es Pontevedra.
Leucoiña representa un espacio que celebra las raíces pesqueras de Combarro, ya que ocupa un antiguo almacén de salazón del siglo XIX.
Enclavado en un antiguo almacén donde históricamente se salaban sardinas y arenques, rinde homenaje a las tradiciones pesqueras gallegas. En estos mismos espacios, que servían también para reparar y restaurar los aparejos de pesca, hoy se ofrece una propuesta culinaria que fusiona los sabores del mar con una presentación moderna y cuidada.
Su oferta culinaria se enriquece aún más con la bodega que alberga, con una selección de vinos de las mejores denominaciones de origen, desde los D.O. Rías Baixas hasta referencias internacionales.
Justo encima de Leucoiña se encuentra el Restaurante Alvariñas, un espacio singular que lleva el apellido de la familia propietaria, que ha sido sinónimo de generosidad y tradición en la zona. Aseguran en su página web que "Ser Alvariñas" es un concepto que implica hospitalidad y ayuda incondicional, algo que la familia ha aplicado a su restaurante, ofreciendo a los clientes un servicio personalizado y un salón privado para menús exclusivos bajo reserva previa.
Al igual que en Leucoíña, en Alvariñas, la gastronomía continúa siendo la protagonista, con una oferta que combina platos tradicionales gallegos con toques modernos y una presentación impecable. La sala Cristóbal Colón, decorada con elegancia, invita a los comensales a sumergirse en un ambiente único mientras disfrutan de una experiencia culinaria de primer nivel.