Tragedia

Caso Asunta: once años de un crimen que conmocionó a toda España

Mañana se cumple un nuevo aniversario de la muerte de la pequeña, un caso que no admite dudas y que deja una gran cuestión sin resolver: ¿cómo unos padres pueden matar a su hija?

Asunta Basterra Porto
Asunta Basterra Portolarazon

El nombre de Fang Yong, así, soltado en el aire como dos sílabas chinas inconexas, no suena a nada. Podrían ser onomatopeyas de un partido de tenis, derecha va, izquierda viene; tal vez el balbuceo de un niño aprendiendo a hablar, o incluso los golpes de una pelea de comic envuelta en bocadillos.

Todo cambia, sin embargo, si las dos sílabas se pudiesen traducir, renombrar o asignar a una adopción: Asunta Basterra Porto. Entonces las cosas cobran sentido, al menos el sentido de saber de qué se habla aunque resulte imposible encontrárselo a un caso que conmocionó a la opinión pública española y que este fin de semana celebra, si es que en esta historia se puede emplear este verbo, su decimoprimer aniversario.

Tiempo más que suficiente para especular, para tratar de comprender cómo la realidad puede superar a la ficción, que tampoco ha sido ajena a un desenlace que, lejos de las dudas que plantea el relato de las series, ofrece más certezas que otra cosa. Lo cierto es que todo se resume, tras la investigación y el juicio, en que Asunta fue asesinada por sus padres cuando tenía doce años.

Los hechos

El 21 de septiembre de 2013 Asunta desapareció en Santiago de Compostela. Comienza la búsqueda de una niña que había sido adoptada en China por la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra. Rosario, su madre, es quien da la alerta sobre la desaparición de la niña alrededor de las 22.30 horas, acudiendo a la policía para denunciar que no la encontraba.

Al día siguiente aparece el cuerpo de Asunta en una pista forestal en Teo, una localidad cercana a Santiago de Compostela. El cadáver se encontraba en una cuneta y no mostraba signos evidentes de violencia externa. Además, había sido dejado en el suelo en una posición que denotaba que, quien la hubiese abandonado allí, la conocía.

Ya el 23 de septiembre Rosario Porto y Alfonso Basterra son detenidos bajo sospecha de homicidio. Las autoridades encuentran contradicciones en sus declaraciones y evidencias que los sitúan en lugares clave durante las horas previas al hallazgo del cuerpo.

En este sentido, en la primera versión de Rosario Porto, esta declara que el día del crimen tanto ella como Alfonso comieron juntos con Asunta en la casa de él. Después, la dejó sola en el piso de ella y, al regresar, la pequeña no estaba.

Asimismo, en el transcurso de la investigación los agentes que llevan el caso solicitan a ambos que los acompañen a la casa de Teo, próximo al lugar en el que había aparecido el cadáver de Asunta. Ellos se muestran reticentes, pero al final acceden. Al llegar, Rosario, visiblemente nerviosa, pide ir al baño y sube a la planta de arriba.

Ofrenda floral por Asunta, hija asesinada por Rosario Porto y su pareja
Ofrenda floral por Asunta, hija asesinada por Rosario Porto y su parejaPepe FerrínLa Razón

Uno de los agentes la sigue y encuentra en la papelera un trozo de cuerda naranja idéntica a la que apareció en el lugar del crimen y con la que se ataron las manos y los pies de la niña, además de unos clínex en los que luego aparecerá el ADN de la madre y de Asunta, apuntando a que fue cómo la asfixiaron.

El día 25 de septiembre Rosario y Alfonso son imputados formalmente por el asesinato de Asunta. Las pruebas indican que la niña habría sido sedada y asfixiada. Los investigadores descubren que, en los meses previos, Asunta había recibido dosis de lorazepam, un ansiolítico, lo que refuerza la hipótesis de que había sido drogada antes de morir.

En octubre se realizan nuevas pruebas que confirman la presencia de restos de lorazepam en el organismo de Asunta. Además, las cámaras de seguridad muestran a Rosario Porto y a Asunta saliendo en coche hacia la casa de campo en Teo el mismo día del crimen, y más tarde se observa a Rosario regresando sola a Santiago.

Durante la instrucción del caso, se revelan detalles de la vida familiar y las tensiones entre los padres. Se habla de posibles motivos relacionados con el control, la obsesión por el futuro de Asunta y la tensión entre Rosario y Alfonso tras su separación. Además, la policía encuentra indicios de que Rosario había planeado el asesinato con antelación.

El juicio

En octubre de 2015 comienza el juicio en la Audiencia Provincial de A Coruña. Rosario Porto y Alfonso Basterra son acusados de homicidio con alevosía. La fiscalía sostiene que ambos padres planearon conjuntamente el asesinato de su hija.

Entre las pruebas figura el Lorazepam, que se presenta como clave la prueba toxicológica que revela que Asunta había sido sedada en reiteradas ocasiones antes de su muerte, y el fallecimiento por asfixia, con un informe forense que determina que fue asfixiada mecánicamente, lo que implica que alguien le bloqueó la respiración con un paño, una almohada o similar.

Una imagen de Asunta Basterra obtenida por la Guardia Civil en sus registros
Una imagen de Asunta Basterra obtenida por la Guardia Civil en sus registroslarazon

Asimismo, vecinos y allegados testifican sobre las actitudes extrañas de los padres, en particular de Rosario Porto, quien había mostrado signos de inestabilidad emocional en el pasado, mientras que las cámaras de seguridad refuerzan la teoría de que Rosario llevó a Asunta a la casa de campo la tarde del asesinato.

Pese a las evidencias, ambos acusados se declaran inocentes y niegan haber cometido el crimen. Rosario Porto sostiene que dejó a Asunta en casa antes de que desapareciera, y Alfonso Basterra afirma que no estuvo presente en el momento del crimen. La defensa trata de sugerir la posibilidad de que una tercera persona hubiera estado involucrada.

Finalmente, el 30 de octubre de 2015, tras más de un mes de juicio y siete días de deliberaciones, el jurado popular declara culpables a Rosario Porto y Alfonso Basterra por unanimidad. La sentencia concluye que ambos planearon el asesinato de manera premeditada, sedando a la niña y asfixiándola en la casa de campo de Teo.

Posteriormente, en diciembre, la Audiencia Provincial condena a ambos padres a 18 años de prisión por homicidio con alevosía. El tribunal considera probado que el crimen fue ejecutado por ambos con conocimiento y premeditación.

El suicidio

La mayoría de tragedias suelen conllevar nuevas tragedias. La de Asunta no tenía por qué ser una excepción.

Así, y en una secuencia macabra de los acontecimientos, el 18 de noviembre de 2020, Rosario Porto fue hallada muerta en su celda en la prisión de Brieva (Ávila), en lo que fue catalogado como un suicidio. Ya había intentado suicidarse en dos ocasiones anteriores. Este hecho cerró el caso con un trágico final para una de las principales acusadas.

El otro, Alfonso Basterra, sigue guardando silencio con la promesa escribir un libro cuando recobre la libertad. Allí, tal vez, se ofrezcan nuevos matices o un poco de más luz sobre un caso que, a la vista de los hechos y de la sentencia, parece tan claro que no podrá responder nunca a una gran pregunta: ¿Cómo unos padres pueden matar a su hija de doce años?