
Agresión
Detenida en Vigo tras atacar a un portero y ser neutralizada con una inyección relajante
Amenazó al trabajador con cortarlo con un botellín de cerveza roto y lo agarró de la barba, golpeó en el pecho a un agente y se abalanzó sobre la médico que la atendió

La madrugada del pasado sábado 3 de mayo, una mujer protagonizó un violento altercado en el centro de Vigo que terminó con su detención y con la necesidad de que se le suministrara una inyección relajante tras mostrar una actitud extremadamente agresiva tanto con personal de seguridad como con agentes de la Policía Local y personal sanitario.
Los hechos, detallan desde la propia Policía Local, comenzaron a las 04.19 horas, cuando la mujer intentó acceder a un local de ocio situado en la calle Rogelio Abalde.
Según el testimonio del portero del establecimiento, la mujer se mostró desde el primer momento muy agresiva, por lo que se le denegó la entrada. Lejos de calmarse, la implicada amenazó al trabajador con cortarlo con un botellín de cerveza roto y llegó incluso a agarrarle de la barba y tirarle de ella.
El portero solicitó ayuda inmediatamente a través de una llamada a la Sala de Comunicaciones del 092 de la Policía Local de Vigo. Una patrulla se desplazó al lugar de los hechos y, tras recabar el testimonio del propio portero y de un testigo presencial, los agentes localizaron a la mujer en las inmediaciones del local gracias a la descripción facilitada.
La mujer fue identificada como M. V. T. V., de 46 años y vecina de O Porriño. Cuando los agentes intentaron hablar con ella, lejos de calmarse, mantuvo una actitud desafiante y amenazante.
Según fuentes policiales, en un momento dado comenzó a golpear en el pecho a uno de los agentes mientras profería amenazas, por lo que tuvo que ser reducida, engrilletada y detenida por un presunto delito de atentado contra la autoridad.
Después, la mujer fue trasladada al Punto de Atención Continuada (PAC) de Pizarro para su evaluación médica. Allí continuó con su comportamiento violento, mostrando una actitud alterada tanto en la sala de espera como en la consulta médica. Según el parte policial, llegó a amenazar a la médico con romperle las gafas y se abalanzó sobre ella, teniendo que intervenir nuevamente los agentes para inmovilizarla.
Dada la situación, y ante el riesgo que suponía para ella misma y para los profesionales que la atendían, fue necesario administrarle una inyección relajante, tras ser contenida físicamente por los agentes presentes.
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