
Historia
Este es el impresionante castillo de Galicia en el que dicen que vivió Colón
Entre murallas y camelias, guarda ocho siglos de historia, la leyenda de un fantasma y el enigma que vincula a Pedro Madruga con el descubridor de América

La carretera serpentea sin prisa por el valle del Verdugo, en Pontevedra, como si no quisiera anunciar lo que aguarda tras la próxima curva. De pronto, elevado sobre un promontorio de apenas 120 metros, aparece el castillo de Soutomaior. No es una fortaleza de cuento ni una mole inexpugnable, pero su presencia llama la atención. Es una de esas construcciones que parecen hechas para sobrevivir al tiempo y a las leyendas, un bastión oculta la ría de Vigo entre montes y silencios.
Quien se acerca hasta Soutomaior siente que entra en un espacio con algo de místico y mucho de terrenal. Los muros, las torres y los jardines hablan en voz baja, como si se guardasen secretos que nadie ha conseguido descifrar del todo. Quizá porque esta fortaleza encierra más de ocho siglos de historia y algunos de los episodios más fascinantes de la historia de Galicia: desde las luchas de los Irmandiños hasta la extraña teoría que identifica a su señor más célebre, Pedro Madruga, con Cristóbal Colón.
El baluarte de Pedro Madruga
El origen del castillo se remonta al reinado de Alfonso VII, cuando se levantó como torre defensiva en un lugar estratégico: protegido de incursiones marítimas, pero cerca de la costa; capaz de dominar el valle del Verdugo y de controlar las comunicaciones de norte a sur. Con el tiempo, aquella torre evolucionó hasta convertirse en fortaleza con doble recinto amurallado en el siglo XV.
Fue entonces cuando emergió la figura de Pedro Álvarez de Sotomayor, el temido Pedro Madruga, conde de Camiña, vizconde de Tui y mariscal de Baiona. Un noble guerrero, hábil en la diplomacia y feroz en el combate, que convirtió Soutomaior en su centro de operaciones. Desde aquí desafió a la jerarquía eclesiástica, combatió a familias rivales como los Sarmiento y se alineó con la Beltraneja en la Guerra de Sucesión.
Algunos historiadores, intrigados por coincidencias biográficas, amistades y enemigos comunes, e incluso por la toponimia del Nuevo Mundo, han llegado a plantear que Pedro Madruga y Cristóbal Colón pudieran ser la misma persona. El misterio permanece abierto, y el castillo es el escenario perfecto para alimentar esa hipótesis.
Del esplendor al declive
Tras la devastadora revuelta de los Irmandiños, Soutomaior fue reconstruido y adaptado a los nuevos tiempos: por primera vez en Galicia se emplearon armas de fuego desde una fortaleza. Aquella fue su edad dorada, pero los siglos posteriores traerían pleitos familiares, ventas y un progresivo abandono.
Ya en el XIX, bajo la propiedad del marqués de la Vega de Armijo, el castillo se transformó en residencia de verano. Fue entonces cuando se levantó la célebre Galería de las Damas, que convirtió el recinto en un híbrido entre fortaleza medieval y palacio neogótico.
A su alrededor, los antiguos maizales dieron paso a un parque formidable: castaños de ocho siglos, robles majestuosos, palmeras, naranjos, eucaliptos y, sobre todo, camelias. Una colección tan extensa y cuidada que hoy está reconocida con el sello de Jardín de Excelencia Internacional.
La Marquesa Roja y el fantasma del Alemanote
El testigo más brillante de la siguiente etapa sería María Vinyals, sobrina del marqués, escritora y defensora de la causa femenina, apodada la Marquesa Roja. Nacida en la fortaleza, convirtió el castillo en un hervidero cultural al que acudían artistas, intelectuales y viajeros. Entre sus amistades se contaban mujeres ilustres como Emilia Pardo Bazán o Carmen de Burgos.

A ella debemos también una de las leyendas más fascinantes de Soutomaior: la del fantasma del Alemanote. Se trataba de un preceptor alemán que, según cuentan, instaló un laboratorio en los sótanos y llegó a descubrir una fórmula capaz de cambiar el curso de la Primera Guerra Mundial.
La muerte lo sorprendió antes de revelar el hallazgo, pero su espíritu habría confesado la historia a un periodista invitado por la propia Vinyals, que narró el encuentro con el espectro en las estancias del castillo.
Símbolo de Galicia
El deterioro del siglo XX llevó el castillo a salir a subasta en 1917 y a sufrir un largo periodo de decadencia. No sería hasta 1982 cuando la Diputación de Pontevedra lo rescató del olvido, emprendiendo una rehabilitación integral. Desde entonces, Soutomaior afronta una nueva edad dorada.

Hoy el recinto se puede visitar y combina la visita musealizada con el disfrute de sus jardines, ofreciendo la posibilidad de caminar entre siglos de historia. Desde las murallas que defendieron a Pedro Madruga hasta las camelias que colorean sus laderas, cada rincón es un testimonio vivo de la identidad gallega.
Recorrer el castillo de Soutomaior es adentrarse en un relato interminable, uno que entreteje historia, leyenda y naturaleza. Es, quizá, lo más parecido a un libro abierto de piedra y vegetación, un lugar donde Galicia se reconoce y en el que aún resuena, entre muros y jardines, la pregunta sin respuesta: ¿y si Cristóbal Colón hubiese vivido aquí?
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