Incendios forestales

Galicia arde en septiembre tras un verano tranquilo

Más de 300 hectáreas se incendian en cuatro focos simultáneos en Ourense y Pontevedra mientras que al otro lado de la frontera Portugal declara el estado de ‘calamidad’

Un helicóptero trabaja en el incendio de A Gudiña.
Un helicóptero trabaja en el incendio de A Gudiña. CRTVG

Estaba siendo un verano relativamente tranquilo en el que los esfuerzos contra el fuego, centrados en Galicia en el Pladiga -Plan de prevención y defensa contra los incendios forestales- parecía dar sus frutos.

Hasta bien entrado agosto, la actividad incendiaria había bajado de modo significativo en comparación con otros años, sin registrarse en la Comunidad grandes focos de fuego. No obstante, y como recordaba la Xunta todo el verano, la etapa de alto riesgo se extiende hasta, al menos, el 30 de septiembre.

Una alerta que, por desgracia, se está cumpliendo en este mes, que arrancaba en su primera sema con una miniola de incendios que supuso que, en apenas día y medio, durante la jornada del 5 de septiembre, ardiesen unas 532 hectáreas en cuatro focos distintos: Crecente (Pontevedra), Muíños (Ourense), Oímbra (Ourense) y Entrimo (Ourense).

Esa primera ráfaga fue controlada, en gran parte, por la borrasca que azotó Galicia en esas fechas. Ahora, sin embargo, el fuego vuelve a preocupar, con más de 300 hectáreas ardiendo en Galicia mientras que en el centro y el norte de Portugal la situación comienza a recordar al trágico verano de 2017.

En el caso gallego, y según los últimos datos de Medio Rural, hay registrado en estos momentos cuatro incendios de más de 20 hectáreas todavía sin controlar que suman las mencionadas más de 300 hectáreas arrasadas.

Así, el municipio de A Gudiña (Ourense) sufre dos fuegos en las parroquias de Pentes -estabilizado- y Barxa -activo-, que queman 200 y 90 hectáreas, respectivamente.

El último en declararse en la comunidad fue el del municipio de Chandrexa de Queixa (Ourense), parroquia de Requeixo, pasadas las 20.00 horas de ayer. Quema ya más de 20 hectáreas y en las tareas de extinción participan dos aviones, 11 brigadas y cinco motobombas, entre otros.

Mientras, está estabilizado el incendio del municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobade, parroquia de Aguasantas, que afecta a una superficie de 20 hectáreas. Trabajan cinco aviones y seis helicópteros, entre otros medios.

El fuego de mayor superficie quemada es el de la parroquia de Pentes, en A Gudiña (Ourense), que arrasa 200 hectáreas, si bien "evoluciona favorablemente", según la Consellería. Se han movilizado 10 helicópteros, ocho aviones, 26 brigadas y 12 motobombas, entre otro.

Drama en Portugal

Mientras que las provincias de Pontevedra y Ourense sufren por el fuego, al otro lado de la frontera, en Portugal, el drama comienza a recordar al vivido hace unos años, concretamente en 2017, y han llevado al gobierno luso a declarar el estado de ‘calamidad’ en los municipios afectados por los incendios que desde el fin de semana dejan siete fallecidos -cuatro de ellos bomberos- y miles de hectáreas quemadas.

La medida fue adoptada ayer en un consejo de ministros extraordinario para poder dar "apoyo inmediato y urgente" a los afectados por los fuegos y mantener toda la operación de combate, explicó el primer ministro luso, Luís Montenegro, después de la reunión.

La situación de calamidad es una figura legal que en Portugal se puede aplicar en catástrofes de gran dimensión para adoptar medidas de carácter excepcional destinadas a prevenir, actuar o reponer la normalidad. Además, desde el país vecino no se descarta recurrir al Fondo de Solidaridad de la UE

La Guardia Nacional Republicana (GNR) anunció ayer que, entre el 14 y el 17 de septiembre, detuvo a siete personas por delito de incendio forestal. La Policía Judicial también ha realizado varias detenciones por el mismo crimen.