Vuelta a la tierra

Galicia: de la emigración al retorno

Ibán y Pablo Fernández Pérez han vuelto a casa con el apoyo del programa de retorno emprendedor de la Xunta, iniciativa que ha permitido activar ya cerca de 800 negocios en nuestra tierra

Los hermanos Ibán y Pablo Fernández Pérez en la clínica que han abierto en A Coruña.
Los hermanos Ibán y Pablo Fernández Pérez en la clínica que han abierto en A Coruña. La Razón

Hace ya muchos años, cuando los relatos se escribían con nostalgia y las fotografías se tomaban en un blanco y negro cargado de morriña y muchos grises, la historia de la diáspora se trazaba de dentro hacia fuera, desde Galicia para el mundo.

Un trayecto y una dirección, la de las flechas, la de ese de aquí hacia allá, que dotaba a las imágenes de una tristeza casi infinita. Abrazos de hasta siempre o hasta nunca, gritos expandidos por la angustia y silencios impregnados de congoja.

Miles, decenas de miles de gallegos hicieron aquel viaje incomprendido. Entre ellos, por ejemplo, parte de la familia de los protagonistas de esta historia. Unos marcharon a Argentina, donde, ya se sabe, se esconde desde siempre la quinta provincia gallega. Otros lo hicieron a Suiza, uno de los países europeos con más gallegos.

“Los tres hermanos de mi abuelo paterno se fueron a Buenos Aires y ya nunca más volvieron. Mis tíos estuvieron en Suiza 30 años y luego regresaron a España. Nosotros seguimos un poco la tradición familiar”, recuerda, desde el presente, Ibán Fernández Pérez que, junto a su hermano Pablo, son también un claro ejemplo de que Galicia es hoy tierra de retorno.

Dos hermanos que se fueron a Francia una vez acabada la carrera. “Yo estuve fuera 13 años, Pablo, 6; yo estaba en París, él en Toulouse”, prosigue el relato Ibán, que recuerda aquél primer momento como una decisión difícil que implica “cambiar un poco tu esfera, tu vida”.

Ibán, en París.
Ibán, en París. La Razón

“Tienes que aprender un nuevo idioma, a relacionarte allí, a saber cómo funcionan las cosas”, continúa Ibán, que añade, eso sí, que “una vez que ya estás asentado las oportunidades laborales son muy grandes”.

Un marco en el que pudieron formarse y aprender para, ahora, una vez retornados, poner en práctica todo ese caudal. Lo hacen en una clínica de fisioterapia, FÍSICO, ubicada en el Paseo de los Puentes, en A Coruña.

“Mi hermano Pablo se especializó en enfermedades respiratorias y neurológicas, que es algo que aquí en España de momento no está muy extendido. Casos de EPOC, de gente que a lo mejor caminando le falta el aire… En mi caso, estoy más centrado en problemas de artrosis, para los que también hay formas de trabajar que trajimos de allí”, explica Ibán.

Conocimientos adquiridos que ahora, una vez que han vuelto, disfrutan con la mejor calidad de vida que imaginan. La de su tierra, la de esa Galicia en la que nacieron, en Vigo, en la que viven sus padres, EN Monforte (Lugo), y en la que trabajan ellos, A Coruña, un destino a mitad de trayecto del origen y el final y en el que se pueden unir todos los puntos.

La calidad de vida

“La calidad de vida que tenemos en Galicia es muy buena. Además, como nos gusta la naturaleza, el mar, la gastronomía… Pues no hay demasiados sitios mejores. Creo que aquí estamos muy bien”, apunta Ibán, que recuerda todavía aquellos días alejados de lo suyo y de los suyos.

Una distancia antes casi insalvable, aquel océano inmenso que cruzaron generaciones de gallegos que hoy retornan. “Ahora todo está mucho más conectado, puedes viajar más rápido, con mejores frecuencias en avión; con las redes sociales estás al día… Pero al final te ibas perdiendo un poco. Veníamos en momentos puntuales -Navidad, Semana Santa, verano-, y comprobabas que las cosas pasaban un poco sin ti”.

Un cóctel que, sumado a la morriña, la nostalgia, la añoranza o la saudade -echar de menos a la familia, a los amigos y a la tierra admite tantos nombres como enorme es la tristeza que se esconde-, derivó, en 2021, en el retorno.

Era un poco el momento clave, ese en el que te planteas que es ahora o luego ya igual… pues ya se retrasaba más la cosa. Entonces decidimos apostar por instalarnos aquí y fue cuando nos pusimos en marcha para ver cómo encajábamos, cómo hacíamos encajar lo que estábamos buscando”, prosigue Ibán.

Retorno emprendedor

Para conseguir unir los puntos contaron con la ayuda del programa de retorno emprendedor que cada año promueve la Xunta de Galicia a través de la Secretaría Xeral de Emigración. Una iniciativa que ahora mismo tiene abierto el período de solicitudes hasta el próximo 30 de septiembre, y que busca facilitar la vuelta a casa de aquellos que un día tuvieron que partir, permitiéndoles atender los gastos que origina la puesta en marcha de un negocio.

Esta línea, que ha permitido activar ya cerca de 800 negocios en Galicia, ofrece apoyos de 6.000 euros, que pueden llegar hasta los 10.000 euros en caso de que la beneficiaria sea mujer y la empresa se ubique en un ayuntamiento del rural. De este modo, se facilita tanto el retorno del talento gallego como la recuperación del rural y el impulso económico y demográfico de la Comunidad.

Con su mujer, en París.
Con su mujer, en París. La Razón

Objetivos, todos ellos, incluidos en la Estrategia Galicia Retorna, un ambicioso documento que tiene en marcha la Xunta y que destina 50 millones directos y 400 millones transversales entre todos los departamentos de la administración autonómicoa de aquí a 2026, con la meta de facilitar la vuelta a casa de 30.000 gallegos en este período, el 60% de ellos, menores de 45 años.

Récord de retorno

Por ahora, Galicia parece ir por el buen camino. O eso dicen, al menos, las últimas cifras hechas públicas por el Instituto Nacional de Estadística hace apenas diez días: casi 8.000 personas volvieron a nuestra tierra a lo largo de 2022, último año completo recogido, marcando un nuevo récord para la Comunidad.

Este aumento en el número de retornados se acompaña de un significativo incremento en el total de personas que optaron por trasladarse a Galicia desde el extranjero en 2022. Una cifra que ascendió a 39.281 personas, lo que supone un aumento del 54% en relación al ejercicio anterior, cuando ya más 25.500 personas habían elegido Galicia como su nuevo hogar.

No es el caso de Pablo ni de Ibán. Ellos nacieron en Galicia, crecieron aquí y un día, como tantos, decidieron poner rumbo hacia el futuro. Un futuro que, cosas de la vida, les ha traído de vuelta a los orígenes.