Turismo

Una de las mejores rutas de senderismo de España: pasarela de madera hasta llegar al río Mao

El recorrido circular arranca en la antigua Fábrica da Luz (Parada de Sil, Ourense) avanzando desde ahí a través del relieve abrupto del cañón

Pasarela del río Mao.
Pasarela del río Mao. Turismo de Galicia

Hubo un tiempo, o eso al menos dicen los más viejos guiados por la leyenda popular, en el que la Península Ibérica resultaba tan frondosa que una ardilla podía cruzarla de sur a norte saltando de árbol en árbol.

Una sensación semejante a la que un viajero cualquiera puede sentir en el Cañón del río Mao, en Ourense, donde una pasarela improbable de lamas de madera discurre, a ratos, por encima de los árboles en una de esas rutas de senderismo tan gallegas que se integra, casi sin quererlo, en el paraje natural.

Esta arranca en el pueblo de Parada de Sil, uno de esos pedacitos de tierra que ofrecen multitud de sitios para ver, la mayoría, muy probablemente, desconocidos para el gran público.

Allí, entre las laderas del valle del Río Mao, se pueden encontrar desde una necrópolis, hasta una antigua central eléctrica, punto de partida de una espectacular pasarela de madera que conduce a los senderistas a un viaje inesperado.

Se trata de la antigua Fábrica da Luz, cuyas instalaciones, en otro tiempo, servían para la producción de energía hidroeléctrica y que hoy se han reconvertido en albergue y centro de recepción para quienes llegan al lugar atraídos por la belleza del entorno y por sus rutas.

No en vano, en Galicia existen diferentes lugares para la desconexión, y uno de ellos son sus rutas de senderismo. Esta, un recorrido circular que avanza por el relieve abrupto del cañón que excava el río Mao antes de desembocar en el Sil, el gran afluente del Miño.

Una pasarela hasta el río

El itinerario comienza en la mencionada Fábrica da Luz. Desde ahí, la pasarela de madera conduce al visitante por un túnel de árboles en el cañón del Mao. El río no se observa, pero se escucha abajo, muy abajo, marcando el punto de llegada de un itinerario que, a través de una escalera de madera, baja hasta el agua en el lugar en el que se junta con el Sil.

Entre uno y otro punto, la senda serpentea sobre el valle combinando rampas, escaleras, carteles informativos y por supuesto, un mirador para disfrutar de un entorno inigualable.

Ya sin pasarela, justo ahí, donde se funden el Mao y el Sil, el trazado continúa su rutina hacia la aldea de Barxacova, una diminuta población que esconde, entre otras cosas, una una playa fluvial formada a partir de las aguas retenidas por el embalse de San Estevo.

Desde allí, los más intrépidos pueden continuar la marcha hasta la Necrópolis de San Vítor, cerca de San Lourenzo de Barxacova.

Se trata de una superficie que acoge un conjunto arqueológico formado por los restos de una capilla y una necrópolis con tumbas excavadas en piedra. Tras el descubrimiento y las posteriores excavaciones en el lugar, se fueron descubriendo más tumbas e incluso restos óseos que podrían datar de los siglos X y XI. Allí se localizaron también monedas del tiempo de Sancho IV, Enrique II, Alfonso V de Portugal e, incluso, una tégula romana.

Ruta más asequible

Esta no es la única ruta que surge en las inmediaciones del río Mao. Una opción más relajada para los caminantes es el itinerario que une Forcas con la propia San Lourenzo de Barxacova

Este trayecto, más corto en longitud, se presenta como la mejor opción para disfrutar de un plan familiar, apto para grandes y pequeños, y discurre por senderos con increíbles vistas al desfiladero.

No obstante, cualquiera de estas rutas aúna la magia de un paisaje difícil de imaginar con un entorno cargado de silencio y de misterio. Un tránsito que transcurre, sin ruido, a orillas del río Mao, buscando, como el agua, fundirse con la naturaleza del entorno.