Turismo e historia
El milagro de O Cebreiro en la ruta hacia Santiago
El primer pueblo de Galicia en el camino, la leyenda del santo grial y el escudo autonómico configuran el relato de un lugar imprescindible en el Camino
Es apenas una pequeña aldea en el municipio de Pedrafita do Cebreiro (Lugo), que suma poco más de 1.000 habitantes en plena comarca Los Ancares, donde la montaña se pierde muchos días entre brumas y niebla del otoño. Y sin embargo resulta un patrimonio incalculable en el conjunto del Camino de Santiago. Porque O Cebreiro no es sólo el primer pueblo del Camino Francés a Compostela, sino que es un lugar cargado de historia y tradición que dota de sentido a la ruta jacobea.
Su fundación data, aproximadamente, del año 863, cuando, en torno a la hospedería que daba cobijo a los peregrinos que caminaban a Santiago tras descubrirse la tumba del Apóstol comienza a edificarse una diminuta aldea de la que, hoy en día, todavía permanece en pie un conjunto de pallozas o viviendas de piedra con techo de paja, habitadas hasta no hace mucho.
Una de ellas, de factura moderna, se integra en uno de los dos establecimientos de turismo rural que conforman el núcleo de este espacio. Otra, mucho más antigua, ha sido transformada en museo etnológico, de entrada gratuita, abierto mañana y tarde.
Pero en O Cebreiro, sin duda, es obligatoria la visita a su iglesia prerrománica, la más antigua de la ruta jacobea y que se conserva íntegramente: Santa María la Real. Sus campanas sonaban durante los inviernos medievales para orientar a los peregrinos en medio de la niebla, y allí se esconde también un Santo Grial que conecta directamente con la historia.
El santo grial
Según cuentan los lugareños, un día de invierno, durante una intensa tormenta de nieve, un humilde campesino llamado Juan Santín, que vivía en Barxamaior, decidió asistir a misa en la iglesia de Santa María la Real en O Cebreiro. A pesar de la adversidad del clima, su fe y devoción lo llevaron a emprender el arduo camino hasta la iglesia.
El sacerdote encargado de oficiar la misa, que no tenía una fe tan profunda, pensó para sí mismo que era absurdo que alguien pusiera en riesgo su vida sólo para arrodillarse ante un poco de pan y de vino.
Sin embargo, durante la consagración de la Eucaristía se produjo un milagro: ese pan y ese vino se transformaron en carne y sangre, y la imagen de la Virgen, colocada en un lateral de altar mayor, se postró de rodillas para adorar el cuerpo y la sangre de Jesús.
Años después, en 1486, se cuenta que los Reyes Católicos fueron a visitar O Cebreiro y allí la reina Isabel quiso llevarse el cáliz antes de volver a la Corte. Sin embargo, un extraño suceso hizo que lo devolviera al monasterio junto a un relicario que donó para poder conservarlo, exponiéndose ambos en la iglesia de Santa María do Cebreiro.
El cáliz, que fue incorporado al escudo de Galicia, y la patena son afamadas piezas del románico, y son objeto de veneración por parte de los peregrinos que recorren el Camino de Santiago. La iglesia, de origen prerrománico, se ha convertido en un lugar de visita imprescindible, tanto por su valor histórico y arquitectónico como por la leyenda que la envuelve.
O Cebreiro es, por lo tanto, una de las etapas más emblemáticas del Camino de Santiago. La historia del Santo Grial añade un profundo valor espiritual a esta parada, atrayendo a peregrinos que buscan no solo completar la ruta, sino también comprender la historia y la tradición que la rodean. La iglesia y el cáliz representan la fe y la dedicación de los peregrinos a lo largo de los siglos.
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