Turismo y naturaleza
De una playa infinita al Olimpo sagrado de los dioses: un lugar mágico en Galicia
En este entorno natural se localiza el arenal más extenso de Galicia y la única cascada de Europa que desemboca directamente en el mar
Playas, dunas y marismas; acantilados imponentes; el río Xallas y la cascada de Ézaro; las islas Lobeiras y su reserva marina; el mítico Olimpo celta de O Pindo con sus singulares esculturas naturales de granito, declarado Punto de Interés Geológico nacional... Todo ello compone uno de los espacios costeros más diversos y espectaculares de la región. Un lugar mágico donde la naturaleza se manifiesta con una grandeza desbordante.
Situado en la provincia de A Coruña, Carnota se erige como un pequeño paraíso costero que cautiva a quienes buscan la belleza natural y la tranquilidad. Un espacio único y diverso que esconde uno de los arenales más largos y espectaculares de Galicia, que se extiende a lo largo de más de 7 kilómetros.
La Playa de Carnota, la más extensa de Galicia, es una combinación de fina arena blanca y aguas cristalinas que, en marea baja, revelan un paisaje casi lunar de charcas y dunas. Además de su valor estético, este entorno es también un santuario para la biodiversidad, al estar incluido en la Red Natura 2000 y ofrecer hábitat a numerosas especies de aves migratorias.
Pero el paisaje costero de Carnota no se limita a su playa principal. En la costa, los visitantes también pueden explorar calas recónditas y tranquilas, como la Playa de Caldebarcos, donde las formaciones rocosas esculpidas por el Atlántico crean un contraste fascinante con la serenidad del mar.
Los atardeceres aquí son todo un espectáculo: el cielo se tiñe de naranja y rosa, y el sol parece fundirse con el horizonte.
El Olimpo Celta
A pocos kilómetros de la costa se levanta majestuoso el Monte Pindo, también conocido como el ‘Olimpo Celta’. Esta imponente formación granítica alcanza los 627 metros de altura y está cargada de leyendas y mitos que se remontan a la época celta.
Desde tiempos inmemoriales, el Pindo ha sido considerado un lugar sagrado, hogar de dioses y guerreros, y escenario de rituales paganos.
Subir al Monte Pindo es un viaje que ofrece una recompensa inigualable. Existen varias rutas de senderismo, algunas más exigentes que otras, pero todas con paisajes espectaculares.
Durante el ascenso, los excursionistas pueden admirar la vegetación autóctona, los riscos afilados y formaciones rocosas que parecen figuras mitológicas.
En la cima, las vistas panorámicas son impresionantes: se domina la Ría de Cee y Corcubión, con el Cabo Finisterre a un lado y la playa de Carnota a otro. Además, el monte guarda vestigios de antiguos castros y petroglifos, testigos de las primeras civilizaciones que habitaron esta región.
Ézaro y la cascada del Xallas
A los pies del Monte Pindo, en un pequeño enclave lleno de encanto, se encuentra el pueblo de Ézaro, famoso por la espectacular cascada del río Xallas, la única en Europa que desemboca directamente en el mar.
El río Xallas, tras recorrer las montañas de la Serra de Outes, cae en una cascada de más de 40 metros de altura, formando una escena de una belleza sobrecogedora. En ciertos momentos del año, sobre todo durante las lluvias, la fuerza del agua es tan grande que su estruendo se escucha a varios kilómetros de distancia.
El entorno natural que rodea la cascada resulta también impresionante, con miradores como el de Ézaro, desde donde se puede contemplar una panorámica de la desembocadura del río y las aguas del Atlántico abrazando las rocas.
Ézaro no solo es famoso por su cascada; el propio pueblo, con su puerto pesquero y sus casitas tradicionales, ofrece un encanto rural y acogedor que invita al paseo y a la relajación.
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